*Por el colectivo jurídico-ambiental Naturaleza de Derechos.
Esta vez, nos corresponde denunciar, sin eufemismos, el riesgo pandémico que vincula el Memorándum Porcino Argentino-Chino con la ciudad de Buenos Aires. En efecto, ese megaplan, que sellaría el Memorándum y que comprende la instalación de megagranjas porcinas en varios puntos del país, tiene su primer eslabón en la ciudad de Buenos Aires, en la que todo el ganado porcino (chanchas madres y chanchos sementales) proveniente de China, aterrizaría para ser alojado transitoriamente hasta su admisibilidad, como paso previo a su destino final en las provincias, las que recibirían el mayor impacto ambiental y sanitario del megaproyecto.
En el caso de la Ciudad de Buenos Aires, se trata de un paso legal que se oculta deliberadamente por parte de las Autoridades Nacionales. Por razones de salubridad e higiene a fin de evitar incidentes de zoonosis y la circulación de virus, todos los animales que vienen del extranjero deben ser puestos en cuarentena (30 días como mínimo) en un establecimiento que se llama Lazareto. Ese Lazareto está en la Ciudad de Buenos Aires.
Si bien desde distintos niveles del Gobierno Nacional, se trató de desmentir la información original que empezó a circular desde Enero de 2020, en cuanto a que el megaproyecto porcino incluye la importación de chanchas madres y chanchos sementales de China; el cruzamiento de información, el acuerdo marco y hasta el propio texto del proyecto de Memorándum de entendimiento con dicho país, dan cuenta que esa data tiene su lógica con los datos reales, las necesidades, condiciones y los tiempos del país asiático.
La razón fundamental de la importación de la genética porcina de ese país, reside en la mayor capacidad de producción que presenta respecto a la genética local. Caso contrario, los objetivos propuestos en el acuerdo previo al Memorándum entre las cámaras empresariales porcinas de ambos países y la empresa farmaceútica involucrada Biogénesis Bagó, delineados y proyectados para satisfacer las demandas del mercado chino, no se alcanzarían de ningún modo.
De confirmarse, efectivamente, la importación de ganado porcino a los efectos de la reproducción, en la Argentina hay un solo lugar que está previsto para "cumplir" con la función cuarentenaria animal y es el Lazareto Capital que encuentra en la zona donde comienza la Costanera Sur, desde la Dársena Sur, en la calle Elvira Rawson de Dellepiane s/n y Av. Calabria, (a 500 metros del Casino Flotante Buenos Aires) de la Capital Federal, en un predio que ocupa 8 hectáreas aproximadamente.
Dicho Lazareto tiene una regulación base a través de la Ley Nacional 3959 del año 1900, cuyo objeto es la defensa de los ganados en el territorio de la República contra la invasión de enfermedades contagiosas exóticas, y la acción de las epizootias ya existentes en el país. En una era pandémica también es una medida de salud pública preventiva.
Todos los animales que vienen del extranjero deben ser puestos en cuarentena en un establecimiento que se llama Lazareto y está ubicado en la Costanera Sur porteña.
Sin embargo, por tratarse de un establecimiento de más de 100 años, el Lazareto Capital quedó absolutamente obsoleto ya que sólo cuenta con una capacidad de residencia animal de entre 200/300 plazas y además con el avance de las edificaciones quedó rodeado de viviendas familiares, lindando con el Barrio Rodrigo Bueno y el Puerto Madero. Por lo tanto, su función de aislamiento y prevención se volvió absolutamente incompatible con su ubicación urbana, y se transformó en un lugar de alto riesgo de transmisión de enfermedades para la población de la ciudad de Buenos Aires, con riesgos de pandemia.
Ante la situación de precariedad del Lazareto Capital, ya en el año 2011, el SENASA había dictado la resolución 70/11 que aprobó las condiciones sanitarias para autorizar el registro y funcionamiento de predios cuarentenarios de importación (PCI) de reproductores porcinos a la República Argentina, cuyo objeto es autorizar nuevas instalaciones oficiales o privadas para ser utilizadas en la operatoria cuarentenaria de importación de animales porcinos (PCI).
En los fundamentos de la reglamentación se señala que nuestro país cuenta a la fecha con una Estación Cuarentenaria Oficial (la Estación Cuarentenaria Oficial "Lazareto Capital", ubicada en la Dársena sur del Puerto de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires), en condiciones de albergar estas importaciones y de efectuar las tareas cuarentenarias de aislamiento y de chequeos laboratoriales, como instancia previa en caso de resultar las mismas satisfactorias, a la admisión definitiva de estos animales al territorio argentino.
Pero después se reconoce expresamente que no obstante lo expuesto precedentemente, las limitaciones de espacio que hoy brinda la mencionada Estación, no permiten albergar los volúmenes y la frecuencia creciente de las partidas de importación ni ofrecer las garantías suficientes para el mantenimiento de la condición sanitaria de los reproductores importados en relación con las enfermedades que puedan presentar los animales alojados.
Por lo que se observa, estamos ante un reconocimiento estatal explícito sobre la situación precaria del Lazareto Capital. Por ello, en los fundamentos de la resolución para aumentar el número de Lazaretos, ahora denominados PCI, las autoridades del SENASA, señalan que “considerando la tendencia creciente de importación de reproductores porcinos con mayores niveles de exigencia sanitaria, en remesas cada vez más numerosas y/o más frecuentes, se ha decidido acompañar el fortalecimiento de la producción porcina nacional sin dejar de priorizar su función específica, que es la de minimizar el riesgo sanitario que puede acompañar este tipo de operaciones comerciales”.
Sin embargo, desde el 2011 a la fecha, no se han creado nuevos Lazaretos, ahora denominados Predio Cuarentenario de Importación (PCI). El Lazareto Capital sigue siendo el establecimiento que debe "cumplir" con esa función de prevención, aunque de modo absolutamente deficiente, imprudente y muy peligroso, por su ubicación y dado que solo tiene una capacidad máxima por ingreso de 300/400 plazas y opera entre 7 y 8 veces al año.
Por tratarse de un establecimiento de más de 100 años, el Lazareto Capital quedó obsoleto y el desarrollo urbano hizo que quedara rodeado de viviendas, tanto de la villa Rodrigo Bueno como de Puerto Madero.
Una información periodística señala que "el rol del lazareto es fundamental para prevenir el ingreso de animales con Síndrome Respiratorio Reproductivo Porcino (PRRS) a la Argentina, que actualmente se encuentra libre de éste. Sin embargo, la ubicación actual del lazareto con dicha capacidad podría motivar a que se comiencen a "romper reglas" y por ende hacer plausible el ingreso de enfermedades que no se encuentran en el país y podrían representar importantes problemas para la producción nacional".
*Por lo pronto, si el Gobierno Nacional avanzara con la firma del Memorándum con China y consecuentemente con el megaplan porcino, ello implicará la importación de chanchas madres y chanchos sementales con genética de China para satisfacer la demanda interna del país asiático. Y toda adecuación y respeto a la normativa vigente importará que el ganado porcino sea alojado, para cumplir con la cuarentena, en el establecimiento centenario ubicado en plena zona urbana de la Ciudad de Buenos Aires. O bien, en un PCI que podría construirse -bajo la Resoluciòn 70/2011 del SENASA- en silencio, rápidamente y sin información ni participación de la sociedad civil dentro de un radio de 100 kms a la Capital Federal.
Por ello, corresponde alertar sobre esta situación que involucra a la región del AMBA, ya que un PCI, mas allá del caracter transitorio de las remesas porcinas, dado el volumen y los plazos del Memorándum, se transformará en una megagranja de modo continuo que producirá constantemente residuos y generará altos impactos ambientales, tal como un establecimiento definitivamente instalado.
Siendo que gran parte de la existencia del ganado porcino de China fue afectado por la PAP (Peste Africana Porcina), que motiva el Acuerdo Porcino con nuestro país, el alojamiento de los animales -en un plazo no inferior a los 30 días- con la posibilidad de portar dicha enfermedad, en el Lazareto Capital, dará lugar a una exposición inaceptable de la población a una situación de altísimo riesgo pandémico inadmisible e intolerable. Lo mismo sucederá si se trata de un PCI.
Que asimismo, esa situación además de violar el derecho a la salud y a un ambiente sano, vulnera abiertamente el derecho de acceso a la información ambiental, dado que se le oculta a la ciudadanía porteña que en ese lugar (Lazareto Capital o eventual PCI) lindante a sus viviendas, habrá una especie de megagranja porcina con tránsito y alojamiento continuo de chanchas madres y chanchos sementales provenientes de China, país no solo con PAP, sino también con una nueva cepa de gripe porcina, recientemente identificada en cerdos de dicho país, que tiene el potencial de contagiar a humanos y entidad suficiente para provocar una nueva pandemia, sin haber terminado la del COVID-19.
Esa información tiene fundamento científico. No es alarmista ni fakenew. Un estudio realizado por el científico Liu Jinhua de la Universidad de Agricultura de China y publicado recientemente por la revista científica Proceedings of the National Academy of Sciences of the United States of America (PNAS), encontró 179 virus diferentes de la gripe porcina. Entre ellos se encuentra uno denominado G4 que es una "combinación única de tres linajes", entre los que figura la cepa del H1N1 que mutó de los cerdos a los humanos y fue responsable de la pandemia de gripe de 2009.
Los investigadores realizaron experimentos en hurones, que muestran síntomas de gripe parecidos a los humanos -como fiebre o tos- al exponerse a este tipo de virus, y concluyeron que la cepa G4 es "altamente infecciosa" y que causa "síntomas graves". "Es especialmente preocupante porque uno de los orígenes de este virus se remonta también a la gripe aviar, contra la que los humanos no tienen inmunidad", asegura uno de los científicos.
No obstante, los investigadores no presentan pruebas de que la cepa pueda transmitirse entre humanos: "las probabilidades son bajas", según la investigadora Martha Nelson, citada por la revista científica Science. "Pero nadie sabía de la cepa H1N1, que saltó de los cerdos a las personas, hasta que aparecieron los primeros casos humanos en 2009", añade. Por ello, los investigadores piden que se tomen medidas de prevención dado que "es cada vez más frecuente que los cerdos se infecten con virus que tienen el potencial de saltar a humanos".
SENASA: "Se ha decidido acompañar el fortalecimiento de la producción porcina nacional sin dejar de priorizar su función específica, que es la de minimizar el riesgo sanitario que puede acompañar este tipo de operaciones comerciales"
Los científicos Sun Honglei y George Gao, director del Centro Chino para el Control y la Prevención de Enfermedades, apuntan que "tendría sentido desarrollar una vacuna contra el virus G4 tanto para cerdos como para humanos".
Esta información científica está disponible y ya es de público conocimiento:
1. Científicos chinos advierten sobre un nuevo virus de la gripe con riesgo de pandemia.
2. Científicos chinos alertan de una nueva gripe porcina que podría transmitirse a humanos. Los investigadores demandan medidas de prevención y defienden que tiene sentido desarrollar una vacuna para esta nueva cepa de gripe porcina que consideran "altamente infecciosa". SE BASA EN MÁS DE 30.000 MUESTRAS.
3. Científicos chinos alertan de una gripe porcina que podría transmitirse a humanos. Esta nueva cepa tiene el potencial de provocar una nueva pandemia, según un estudio del país asiático.
4. Investigadores chinos alertan de una nueva cepa de gripe porcina que podría transmitirse a humanos.
5. Científicos chinos alertan sobre un tipo de gripe porcina que podría trasmitirse a humanos. Los investigadores han encontrado una nueva cepa de la gripe aviar en cerdos chinos, un virus que podría saltar a los humanos.
En plena pandemia del covid/19 las autoridades nacionales pretenden avanzar en la firma de un Memorándum para ejecutar un megaplan porcino que además de un alto impacto ambiental y climático representa una situación de grave riesgo sanitario, y que en el caso de la Ciudad de Buenos Aires, ya tiene un foco de probabilidad pandémica con el Lazareto Capital, al frente del Barrio Popular Rodrigo Bueno donde viven centenares de familias con niños y niñas, a metros del complejo de edificios de Puerto Madero y a unas 10 cuadras aproximadamente de la vivienda particular del Presidente de la Argentina, Alberto Fernández. Un simbolismo de la transversalidad que representa la ubicación de lo que sería el primer eslabón del acuerdo porcino con China.
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