Vivir entre la basura, morir en el basural

por Revista Cítrica
16 de febrero de 2022

Un cartonero fue aplastado por un camión compactador en Pergamino, en un basural al que asisten unas 100 personas a diario para sobrevivir. "Los basurales a cielo abierto son una bomba de tiempo", dice un militante territorial que conoce la precariedad de quienes viven de los residuos en la provincia de Buenos Aires.

A “Jarri”, como le decían sus compañeros de cartoneo a Alejandro Durán, esa noche le tocaba empezar a trabajar en el galpón, un espacio venido a menos que con lucha le habían arrancado al Municipio de Pergamino para poder clasificar bajo techo los residuos recogidos del basural a cielo abierto de esa ciudad bonaerense. Jarri no llegó al galpón porque esa mañana (la del 9 de febrero de 2021) murió literalmente compactado por un camión en el basural, donde todos los días iba a buscar algo para luego vender y hacer unos pesos que le permitieran apenas subsistir.

“Los basurales a cielo abierto son una bomba de tiempo, lo del compañero salió a la luz porque fue una fatalidad, pero todo el tiempo tenemos accidentes producidos por las condiciones extremas en que se encuentran los compañeros que van a buscar algo para vender entre la basura”, dice Gerardo Chichizola, militante del Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE), que nuclea a cartoneros y cartoneras en distintos puntos del país a través de la Federación Argentina de Cartoneros, Carreros y Recicladores – UTEP.

En el basural ingresan no menos de 90 toneladas de residuos por día, con un movimiento constante de camiones. “El trabajo se realiza de manera muy precaria, no hay ningún tipo de señalización para las maniobras de los camiones”, explica Chichizola, quien realiza tareas territoriales en la zona de San Nicolás. También describe la fatalidad que le tocó a Jarri: el camión compactador empezó a descargar los residuos y el cartonero, que se había acercado para empezar a hurgar en la montaña de materiales, quedó atrapado en la compuerta del camión y después empujado hacia la compactadora.

¿Cuáles son las responsabilidades políticas alrededor de este caso? “Conozco muchos basurales a cielo abierto y rellenos sanitarios de la provincia de Buenos Aires. No importa quién gobierne, en la mayoría de los lugares las condiciones son similares hace años, con los compañeros y las compañeras haciendo el trabajo en condiciones extremas”, dice el referente.

De manera variable, entre 80 y 100 cartoneros y cartoneras circulan a diario por el basural de Pergamino, que si bien tiene un portón de ingreso para los camiones, está plagado de accesos irregulares. Chichizola: “La ausencia del Estado es total en términos de control”. La organización y la insistencia lograron que el municipio gobernado por Javier Martínez (Juntos por el Cambio) cediera aquel galpón cercano al basural (sin agua, ni luz, ni baños) como base de acopio para mejorar un poco las condiciones de vida de quienes viven de la basura y sacan el dinero justo para la subsistencia. Habían organizado turnos de trabajo y Jarri estaba entusiasmado por el nuevo panorama que se abría.

"No importa quién gobierne, en la mayoría de los lugares las condiciones son similares hace años, con los compañeros y las compañeras haciendo el trabajo en condiciones extremas."

“Hoy es Pergamino, pero mañana, pasado o la semana que viene la fatalidad puede pasar en cualquier parte si no se toman medidas políticas de fondo para resolver estas situaciones que se llevan la vida de la gente”, anticipa Chichizola. Desde su experiencia, “nadie quier vivir así, y eso se ve claro cuando aparecen posibilidades reales de trabajo para los compañeros”.

Mientras leés esto, centenares de cartoneros y cartoneras hurgan entre las montañas de residuos de los basurales a cielo abierto de la provincia de Buenos Aires y otros puntos del país. Lo hacen para llenar la olla del día. No para dejar la vida (precarizada) en ello.

 

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