Desde que el expresidente de Brasil quedó detenido, el poder concentrado dio por terminado su liderazgo. Ivana Bentes invierte esa idea: analiza por qué la prisión de Lula hará que broten nuevos cuadros políticos y nuevos movimientos que reforzarán a los ya existentes. Porque Lula trascendió las burbujas y ya no pertenece a nadie: es del pueblo.