Abriendo caminos

por Martín Gordo
31 de marzo de 2017

El equipo Pumpas XV incluye a chicos con síndrome de down de todo el país. Ya son más de 35 jugadores y 40 facilitadores. El seleccionado nacional de Mixed Ability Rugby sueña con el próximo mundial.

La escena, de lejos, es la misma que puede verse cualquier día en cualquier club. Chicos con pelotas ovaladas escuchando atentamente a sus entrenadores. Una práctica de rugby. De cerca, sin embargo, se respira otro aire. Otra mística. Se ven familias sonrientes, chicos riendo, gente unida por una causa común. Otra vez, el deporte como herramienta de inclusión social. La obra es un entrenamiento de Pumpas XV, el seleccionado nacional de Mixed Ability Rugby, modalidad de juego para chicos con síndrome de down.

 El principal responsable de este proyecto es Daniel Fernández. Su hijo mayor, Joaquín, tiene síndrome de down. En 2011, tenía 6 años y Daniel quería insertarlo de alguna forma en el rugby, para que disfrute del deporte que este ex jugador de la primera de Banco Hipotecario lleva en la sangre. Buscando compartir ese placer fue que nació Rugby Inclusivo Banco Hipotecario (RIBH).

“Arrancamos con mi hijo y algunos más. Éramos poquitos. Pero empezó a crecer. Muchas familias se acercaron porque les gustaba la propuesta, que no era una actividad terapéutica ni un tratamiento. Se trataba de un momento de disfrute para toda la familia. Fue por eso que tuvo tanta aceptación”, recuerda Fernández.

En un principio, el rugby era algo secundario: “Arrancamos con chicos y chicas. Lo más importante, en aquel momento, era que se acerquen las familias. De a poco, empezamos a introducir los primeros conceptos del juego: ir hacia adelante, llevar la pelota con las dos manos y apoyarla detrás de las haches como objetivo. Así, se empezaron a enchufar con el rugby. Los chicos estaban encantadísimos. A las familias también les gustó la propuesta y le dimos para adelante sin dudarlo”.

Más allá de lo deportivo, Daniel afirma que el objetivo es “insertar a los chicos en la vida social del club. La idea es que cuando crezcan puedan asistir en forma autónoma y encuentren un lugar”.

El salto al plano nacional llegó, como en tantos otros casos, por la influencia de las redes sociales. RIBH tenía su página de Facebook, en la que publicaba la actividad de todos los fines de semana. Entre tantos posteos, un día llegó un mail: “Era un tipo que estaba organizando un mundial en Inglaterra, en 2015. La modalidad era Mixed Ability Rugby. Nosotros no sabíamos qué era eso. Me explicó cómo era el sistema y yo le dije que no tenía un equipo como para llevar a una competición tan grande. Igualmente, logramos juntar un grupo de chicos, a los que llevamos y jugaron para Italia y España”. Regresó del torneo con la idea fija de armar el seleccionado. 

El Mixed Ability Rugby tiene las mismas reglas que el rugby convencional, con la diferencia de que el scrum es sin disputa. Los equipos están compuestos por 7 jugadores y 8 facilitadores. Los primeros son personas con capacidades especiales, mientras que los otros son, en el sentido reglamentario, personas con buen entendimiento del juego, que hacen las veces de guías dentro de la cancha.

Así, entonces, nació Pumpas XV. El nombre no fue escogido al azar. Lo eligieron en familia, al igual que “Abriendo caminos”, la frase que Daniel considera el eslogan del equipo, que “surgió porque nos dimos cuenta de que estábamos empezando a entrar en un camino nuevo tanto para nosotros como para toda la gente que nos acompañaba”.

“Se abría el camino para jugar al rugby, pero también muchos más, porque cada chico tenía posibilidad de levantar su autoestima y su confianza, conocer gente, viajar y divertirse. Nos sentimos muy identificados con lo que hacemos, ya que nos genera mucho placer ver que siempre surgen cosas nuevas que generan un efecto muy lindo en todos nosotros”, completa.

En la actualidad, el equipo tiene chicos de seis provincias distintas. Hay más de 35 jugadores y cerca de 40 facilitadores. “Estamos muy contentos, porque la verdad es que tuvimos un crecimiento impresionante”, reconoce.

Desde su fundación, Pumpas XV ha tenido la posibilidad de vivir experiencias increíbles para cualquier amante de este deporte. Entre otras, hay que destacar una clínica de rugby con los All Blacks neozelandeses, un partido ante los Jaguares (franquicia argentina del Super Rugby) y entrenamientos con el seleccionado argentino de seven, previo a su participación en los Juegos Olímpicos de Río 2016.

Así fue como empezaron a forjar una identidad de equipo, para lo que también tuvieron apoyo de los clubes: “Comenzamos a quedarnos a dormir en el Club San Fernando, que nos prestó sus dormis. Hicimos varias pernoctadas, en las que creció mucho la unión entre los chicos y su identidad con los Pumpas”.

“Trabajamos mucho sobre el sentido de pertenencia, para poder generar una identidad a partir de los Pumpas”. La química del plantel es “como la de cualquier otro equipo de rugby, pero con condimentos especiales. Esto es porque no hay un solo entrenador manejando todo, sino que hay varios trabajando con ellos constantemente. Esto hace que entre todos vayamos empujando para un mismo lado y se genere una relación muy especial”.

Tan buena fue la experiencia humana del equipo que cerraron 2016 con una gira: “A fines del año pasado, nos fuimos a Mendoza a jugar contra un combinado de equipos de allá (Los Tordos, Marista y Classics Mendoza XV)”.

Pasaron casi dos años desde que Daniel regresó de Inglaterra con la idea de formar Pumpas XV. En aquella ocasión, no pudo juntar un equipo para jugar en representación del país, por lo que los chicos debieron hacerlo en otros seleccionados. Sin embargo, la actualidad es muy distinta y en el horizonte aparece el gran objetivo: el Mundial de Vitoria 2017. En agosto, el equipo viajará a España para la gran cita ecuménica, en la que participarán diez combinados.

“Queremos coronar todo el trabajo de este tiempo con el viaje al Mundial. Lo vivimos como algo muy lindo y muy especial. Muchos de nosotros somos apasionados de este deporte y nunca tuvimos la suerte de participar de un Mundial. Ahora tenemos la chance de hacerlo con nueve países más. Para los chicos también es algo muy especial, ya que muchos de ellos van a poder jugarlo con familiares y amigos. Estamos viviendo algo único”, grafica Fernández.

Pero esto no termina en el Mundial. Lejos de eso, Daniel sueña con el crecimiento de este proyecto y sabe los puntos a reforzar: “Necesitamos una estructura más fuerte. Esto es todo a pulmón. No tenemos oficinas ni gente trabajando exclusivamente para que estas 70 familias estén organizadas haciendo algo. Lo hacemos con mucho corazón y tenemos perspectivas de que siga creciendo, ya que se sigue sumando gente”.

Para concluir, confiesa que su ilusión es que “se pueda jugar en todo el país al Mixed Ability. Ojalá que la Unión Argentina de Rugby pueda organizar y dirigir todo esto”.

Como cualquier otro día en cualquier otro club, el entrenamiento llega a su fin. Se arma la ronda final. Pero esta no es cualquier ronda. Otra vez, hay una mística diferente. Los chicos hablan. Agradecen. Se emocionan. En la foto del final, todos juntos y sonrientes, cantan al ritmo de “¡vamos, Pumpas, vamos!”. Nuevamente, el deporte y la inclusión. Pumpas XV abre caminos para un futuro mejor.

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