Ya no hay paritaria nacional, los salarios no son dignos y las escuelas no son seguras. Por eso los gremios docentes llevan adelante un paro de 48 horas y marcharon hoy por la Ciudad de Buenos Aires. “La única manera de frenar el avance neoliberal sobre la educación es luchando”.
Por Esteban Kraizer *
Los y las docentes de todos los niveles, de todo el país, nucleados en federaciones nacionales, estamos iniciando un paro de 48 horas y la adhesión al paro internacional de mujeres, el viernes 8. Hoy y mañana, la movilización será contundente y el paro tendrá un alcance mayor al de paros anteriores. Las razones son obvias: la situación para el trabajador docente es insostenible. La gran mayoría de nosotros y nosotras cobramos salarios por debajo de la línea de pobreza que establece el INDEC.
La medida se da como resultado de infructuosas negociaciones salariales jurisdiccionales, con epicentro en la provincia de Buenos Aires y en la Capital.
Las ofertas del Gobierno siempre son tardías y siempre cercanas al inicio de clases para intentar amedrentar, extorsionar y victimizarse. Las propuestas no sólo no logran alcanzar la inflación que anticipan las consultoras cercanas al mismo Gobierno y lo que marca la tendencia de enero y febrero. A esa expectativa inflacionaria hay que agregarle que no se tiene en cuenta la pérdida del poder adquisitivo del salario docente del año pasado, que se estima cercana al 20 por ciento si contáramos sólo la inflación oficial, que encima no contempla la proporcionalidad del impacto de los productos que consumen los docentes: alimentos, transporte y servicios.
Como ya no existe la paritaria nacional docente, eliminada por decreto de manera anticonstitucional, las negociaciones ahora son en cada provincia y en la Ciudad de Buenos Aires. Con eso, el Gobierno intentó dividir al movimiento docente. Sin embargo, el paro y la movilización vienen con una fuerza en crecimiento, en función de las últimas victorias parciales y chiquitas del movimiento, como haber frenado el cierre de las escuelas nocturnas porteñas, o haber frenado el cierre del lactario del jardín Ramos Mejía.
Son conquistas que nos demuestran que la única manera que tenemos en este momento de frenar el avance neoliberal sobre la educación es luchando. Nos quisieron hacer creer que el paro no tiene sentido. Que el paro es antieducativo. Y la realidad es que demostramos que si no hubiésemos estado en la calle el año pasado, la disminución de los salarios y el avance sobre la educación pública hubiesen sido aún peor.
*Docente de las escuelas Osvaldo Pugliese y Carlos Pellegrini.
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