Siete años sin Daniel
En la madrugada del 5 de noviembre de 2011 tres policías sacaron a golpes del boliche Macuba en Choele Choel a Daniel Solano. Fue la última vez que se lo vio. Lo asesinaron pero su cuerpo aún no aparece y si bien siete policías fueron condenados a perpetua, sus prisiones aún no se hicieron efectivas.
Se cumplieron 7 años de la desaparición de Daniel Solano. Uno más, de impunidades múltiples, a pesar del fallo judicial que dictó perpetua para los policías asesinos. Parte del pueblo de Choele Choel se reúne, se abraza, pide, reza, exige. Uno de los que participa es el cura Cristian Bonin, quien le brindara asilo -en su momento, en la parroquia- a Gualberto, padre de Daniel, cuando iniciaba su búsqueda.
También cobijó al abogado Sergio Heredia, y a las causas, y al otro abogado, Leandro Aparicio. Tras varios meses de dictada condena a los 7 policías, estos siguen libres. La búsqueda del cuerpo de Daniel no se detiene. "Desde las 19 se va a compartir una misa en el acampe al estilo de siempre, algo que se hace porque la familia Solano así lo solicita", explicó Bonín tras ser consultado por Cítrica.
Dijo que "se va transformando en una instancia un poco más contemplativa, más tranquila, pero una instancia en que la centralidad la sigue manteniendo la pregunta de 'Dónde está Daniel', donde procuramos tejer una unidad humana ante este o cualquier desafío en la que haya una injusticia, o muchas injusticias, que afecten la vida de la comunidad".
Leandro Aparicio, abogado de la familia Solano, también conversó con Cítrica y contó que "después de la condena, los abogados de los policías presentaron un recurso de casación ante el Superior Tribunal de Justicia de Río Negro y -atento que tras el fallo no se dispuso la detención- ellos siguen en libertad, cobran el sueldo, como siempre lo hicieron, y siguen trabajando como policías portando armas".
Los policias siguen en libertad, cobran el sueldo, como siempre lo hicieron, y siguen portando armas.
Con respecto al cuerpo de Daniel, Aparicio explicó que existen testimonios "de que fue arrojado en un jagüel -depósito natural de agua que se emplea como abrevadero- en diciembre de 2014. Fuimos hasta ese lugar, lo identificamos junto con el testigo y en ese momento el fiscal -a quien denunciamos y que ahora es juez, Guillermo Bodrato-, junto además con un juez de instrucción (Julio Martínez Vivot -quien elevó la causa a juicio en 2015 y a la vez liberó a los siete policías que se encontraban con prisión preventiva-) por un lado, trajeron testigos falsos, que dijeron que era imposible bajar, y que se iba a derrumbar".
"Entonces nos impidieron bajar, y a la vez dijeron que era un caso de desaparición forzada. Por lo cual, la causa estuvo dos años dando vueltas, entre los juzgados federales y provinciales, para que se termine la competencia, cosa que finalmente -después de 2 años- la Corte Suprema dijo que era competencia provincial, y que era por homicidio", describió.
Agregó además que "en todo ese tiempo tratamos de bajar al jagüel, cosa que hicimos en agosto de 2015 y finalmente en febrero de 2018. Tenemos filmado las adulteraciones que hubo en el jagüel. En febrero hicimos todo lo posible para vaciarlo, cosa que no pudo hacerse. Se suspendió ese trabajo posteriormente porque las herramientas no eran las adecuadas, el método tampoco, y nosotros empezábamos ya con el juicio en General Roca. Y por esa razón lo suspendimos en ese momento. Y lo vamos a continuar lo antes posible".
Aparicio dijo que "este caso no terminó. Estoy orgulloso del trabajo que se ha realizado para poder llevar esta causa a juicio y una condena que -aunque todavía no es efectiva- hay una condena a perpetua. No tengo más que agradecerle la confianza de la familia Solano, recordar a Gualberto que se murió en el camino, buscando justicia. A mi amigo Sergio Heredia, que ha perdido parte de su vida buscando justicia en este caso. También al padre Cristian, a Marcelo Torres, a Pablito que está en la carpa del acampe, a Fran, a Margarita, a toda la gente que nos ha ayudado y que ha ayudado a la familia Solano desde un primer momento; y que le hicimos una promesa a Gualberto, la de encontrar el cuerpo de su hijo, que todavía no lo hemos cumplido, y es el único tema pendiente que nos queda".
Gualberto que se murió en el camino, buscando justicia
¿Por qué los policías continúan libres a pesar de la condena?
Porque la Cámara del Crimen decidió condenarlos y no hacer efectiva la cadena perpetua hasta tanto no estén agotados los recursos de apelación que pueden interponer. Eso -en otros casos- no pasa, por la pena en expectativa, porque se pueden fugar, o por lo que sea. Los tiempos judiciales son: dos o tres años que dure su apelación en el Supremo Tribunal de Justicia, más dos años que puedan estar apelándolo en la Corte Suprema. Es decir que aún se puede tardar 5 años más en que se haga efectiva la condena.
EL VÍA CRUCIS DE QUIENES PIDEN JUSTICIA EN CHOELE CHOEL
Luisina Fantino es nacida y criada en Choele Choel. "Es un pueblo chico", le cuenta a Cítrica. "Todos temen comprometerse con cosas así; siempre hay un amigo o conocido que está implicado. También en general hay mucha hipocresía. Por las redes sociales se ve mucha movida, pero en las calles muy poco".
"Después de la sentencia, la gente se indigna porque los policías están libres, pero no se hace nada a la hora de reclamar. Muchos creen que con la sentencia ya está. Algo así como 'sellar y listo'. Y en realidad no es así, porque el entramado es más profundo. Hay jueces y fiscales cómplices. Y aún no se encontró el cuerpo de Daniel. Algo tan básico como poder enterrar a nuestros muertos", describe. Luisina comenzó a participar con la causa de Daniel cuando volvió a Choele Choel en 2013, desde Bahía Blanca, donde estudió. " Yo soy profe en secundaria. Me pasa que me fijo mucho en lxs pibxs cuando pienso en Daniel. En la violencia que sufren día a día, cómo los etiquetan, cómo estigmatizan, cómo sufren el desamparo económico y la violencia policial".
Inmediatamente agrega, con un cierto dejo de alivio, que ahora esa violencia mermó. "Se han calmado porque la condena social aumentó en cuanto a los apremios ilegales. Pero también se ve que el castigo para los que no estudian es 'laburar en la chacra' como el peor de los males. La amenaza más cruel".
Tenemos pendiente encontrar el cuerpo de Daniel, como se lo prometimos a su padre
"Así es el trabajo que hacen los golondrinas, los que nadie quiere, que se mantienen en los márgenes de la sociedad. Ese trabajo que se sabe mal pago pero nadie quiere verlo. Y que son discriminados. Algunos asisten a nuestras escuelas, con normas culturales diferentes, y no sabemos qué ni cómo enseñarles. Me duele la violencia del Estado sobre los más vulnerables. Me duele que hayan pensado que a nadie le iba a importar que asesinaron a Daniel. Me duele que las causas tengan clase social. Eso siempre me dolió", remarca.
"Lamentablemente los medios locales no han cubierto el caso como nosotros hubiéramos querido. Siempre es importante el abrazo de los medios independientes que se ocupan del caso", señala Luisina y agrega que en la jornada del sábado "decidimos realizar las actividades y fue a una jornada movilizadora muy fuerte, pero con poco acompañamiento de la gente de Choele Choel, y del Valle medio, de los pueblitos cercanos. Eso fue bastante duro para todos".
Vamos a seguir por los responsables empresariales, y hasta encontrar el cuerpo de Daniel
"Por suerte tuvimos el acompañamiento de familiares de otras víctimas de desaparecidos en democracia y otras víctimas de violencia institucional. También se acercó el abogado de la familia de Luciano Arruga, que nos ayudó a entender el caso de Daniel en un marco más general", señala. "El hecho de que no esté la familia de Daniel nos pesa mucho. Después de la muerte de Gualberto se fue una parte grande de la lucha. Nos dejaron un legado súper importante y se está haciendo muy difícil. Pero dentro de todo lo malo, buscamos lo bueno, que es que estamos, y que -a pesar de todo- seguimos. Y que está bueno visibilizar que no nos conformamos con la sentencia, que vamos a seguir por los responsables empresariales, y continuaremos hasta encontrar el cuerpo de Daniel", arenga Luisina.
"Faltan los responsables empresariales, los dirigentes de Agrocosecha y de Expofrut, que es una multinacional explotadora que viene a explotar trabajadores golondrina", detalla la docente. Dijo además: "entendemos que los desaparecidos en democracia no son al azar, y que hay una maquinaria que funciona en torno a todo esto, y que se activa para proteger a los poderes empresariales, políticos, policiales, judiciales".
Al cumplirse los 7 años de su desaparición, sostuvo que se va a llevar a cabo "una celebración simple, pero muy emotiva, la que siempre pedía Gualberto, que se hiciera en torno a un arbolito, que se le llama 'El arbolito de Daniel', en el acampe.
"Fue plantado, y fuimos viendo cómo crecía esa vida, mientras esperábamos justicia. Y la seguimos esperando. Y el árbol sigue creciendo. Nosotros seguimos en pie de lucha. Acá necesitamos de esa justicia, por que convivimos con estos jueces, y estos policías, y estas empresas, que están acá, a la vuelta de la esquina". La última vez que vieron con vida a Daniel Solano fue en la madrugada del 5 de noviembre de 2011, en el momento en que tres policías lo sacaban a golpes del boliche Macuba. Sigue desaparecido.
Seis años en busca de justicia
En Río Negro se inició el juicio por la desaparición y muerte de Daniel Solano en 2011, que dejó a la vista todo un engranaje oscuro entre empresas, policías y los poderes político y judicial.
Son casi 200 y el Estado es responsable
María del Carmen Verdú, abogada y referente de la Coordinadora contra la Represión Policial e Institucional, recuerda a las personas desaparecidas por las fuerzas de seguridad estatales en democracia y destaca un factor en común en casi todos los casos: jóvenes pobres, con una historia previa de hostigamiento policial.
“Todavía pueden hacer desaparecer a una persona”
A 11 años de la desaparición de Julio López, su hijo Rubén renueva su pedido: aparición con vida y castigo a los culpables. También pregunta por Santiago Maldonado. Y critica a Gendarmería, al Gobierno y a los medios de comunicación.