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Petróleo en el mar, conflicto en la tierra

por Saverio Lanza
13 de junio de 2022

Entre fallos judiciales y una insistente militancia ambientalista, la exploración offshore para extraer hidrocarburos no convencionales está frenada. Qué dicen las asambleas, cuáles son los riesgos latentes y cómo se desarrolla la batalla legal.

Hubo pocos seres proféticos en la Argentina como Luis Alberto Spinetta, que cantaba en 1997: “Puedes mejorar el lifting / aunque puedes mendigar / lo que tienes es petróleo en el mar”. Veinticinco años después de la profecía artística de Spinetta y los Socios del Desierto, el país que practica distintas formas de extractivismo en su territorio intenta (por voluntad de sus gobernantes y con resistencia de una parte de sus habitantes) extraer petróleo y gas del mar. 

Un poco de historia reciente... En octubre de 2018, el entonces Presidente Mauricio Macri llamó a licitación pública internacional para el permiso de exploración hidrocarburífera en las cuencas Austral, Argentina Norte y Malvinas Oeste. En mayo de 2019, la Secretaría de Energía otorgó en concesión 18 áreas con empresas extranjeras muy poderosas, como Equinor, ExxonMobil, Qatar Petroleum, Total Austral, Tecpetrol y Shell. Meses después, Macri otorgó otras cinco áreas. De las 23 áreas en cuestión, la participación nacional (a través de YPF) se da en tres y el resto es capital foráneo.

El bloque Cuenca Argentina Norte (CAN) 100, uno de los espacios concesionados para la explotación offshore, tiene una superficie equivalente a 75 veces la Ciudad de Buenos Aires y está ubicado justo frente a Mar del Plata. El abogado ambientalista Enrique Viale decía en julio del año pasado, cuando la Asamblea por un Mar Libre de Petroleras puso en agenda el tema: “La empresa petrolera Equinor se asocia con Shell, que acaba de ser condenada en su país de origen, y también está YPF para la perforación de este bloque, que sería el primero en aguas profundas y ultra profundas en el mar argentino”. 

Un dato curioso (y preocupante): si la compañía noruega Equinor aplicara los estándares ambientales que rigen en su país, en Mar del Plata no podría haber extractivismo oceánico. Por eso la reacción de distintas poblaciones de la zona costera atlántica que veían y ven con preocupación el avance de la perforación en el lecho marino. 

Después de una audiencia pública cuestionada por organizaciones ambientales (por el corto plazo de convocatoria) que se realizó el año pasado, la opinión mayoritaria fue de negativa hacia el proyecto offshore. La decisión del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible de la Nación fue avalar el avance de la exploración.

Desde los territorios en conflicto se presentó un amparo judicial. Recientemente, la Justicia contestó que Equinor y sus asociadas pueden explotar los hidrocarburos offshore, pero son necesarios estudios de impacto ambiental más rigurosos. Sin embargo, la incertidumbre manda: más dudas que certezas.

¿Cuáles son los riesgos de la explotación offshore?

Entre las “varias razones” que encuentra la licenciada en Ciencias Químicas Adriana Anzolín para la negativa, señala: “Los combustibles fósiles son los responsables fundamentales del cambio climático. Se trata de la principal razón del aumento del dióxido de carbono y de metano en la atmósfera. A nivel mundial existe toda una tendencia de ir abandonando esta fuente de energía”. 

En casi 30 años de profesión, Anzolín transitó por diversas áreas de la temática ambiental. Dice sobre el petróleo: “Como fuente de energía, es absolutamente antinatural, porque está sepultado a cientos de metros, es producto de vegetales y animales de otras eras geológicas que quedaron sepultados, comprimidos a grandes presiones y temperaturas, y el hombre lo que hizo fue tomar un material que no tenía contacto con la biósfera, es decir, con la superficie del planeta, la trajo a través de la extracción con pozos e hizo emerger un material con el cual la biósfera no coevolucionó”. 

En este sentido, remarca que “no hay animales que se alimenten de petróleo o que lo usen para hacer sus nidos”. Para la especialista, “se trata de un material desconocido, entonces no se degrada o lo hace muy lentamente, porque los únicos que pueden llegar a usar el petróleo son algunas bacterias que se han adaptado a esta sustancia”.

Anzolín habla de los “pasivos ambientales” que ha dejado la exploración de petróleo en distintos puntos de la Tierra y se refiere al agotamiento de las reservas convencionales en el territorio argentino: “Estamos apelando a lo último que queda de petróleo. Es decir, que estamos como rascando la olla, porque los pozos convencionales ya han sido explotados, entonces tenemos que ir a formas de explotación que son mucho más impactantes ambientalmente, como por ejemplo el fracking”. Con Vaca Muerta como paradigma, este método introduce a presión miles de litros de sustancias químicas bajo tierra, con el objetivo de fracturar la roca y poder así extraer un petróleo mucho más denso que el convencional.

“Se ha visto en los lugares donde se practica el fracking que se producen microsismos”, detalla Anzolín. La “alteración profunda del ecosistema” también sucede en mar abierto: “Está comprobado que es imposible que no haya accidentes y liberación de petróleo al mar”. 

Algunos antecedentes mundiales de derrame de petróleo: el del buque cisterna Exxon Valdez, ocurrido en 1989 en Alaska (causó un severo daño ecológico al matar miles de aves marinas, así como focas, ballenas y peces) y el choque entre el Atlantic Empress y el Aegean Captain en el Mar Caribe, en 1979, que originó el derrame de 287.000 toneladas de petróleo en sus aguas. 

¿Cuál es el reclamo ambiental en torno de la explotación offshore?

Los Atlanticazos son acciones de protesta y visibilización que han realizado organizaciones ambientales en distintas partes del país y de otros países que miran al Océano Atlántico. Jazmín Safi, integrante de la Asamblea por un Mar Libre de Petroleras, repasa las consultas que hizo el Gobierno nacional para escuchar las voces de los territorios. 

Su balance: “Lo que se busca es que la población apruebe el manejo ambiental que se va a hacer del tema. En este sentido, se aplica de alguna manera el Acuerdo de Escazú, sin embargo, el estudio de impacto ambiental, realizado por la consultora Serman, siempre señala que los impactos van a ser bajos o poco significativos y no se va a tener en cuenta que esto se superpone con áreas que deberían ser declaradas áreas marinas protegidas”. Menciona que Argentina “solamente cuenta con el 3% de su mar en rango de protegido” y que, “según lo que sostiene la ONU, Argentina debería tener en este momento el 10% de la superficie marina protegida”.

“Estas áreas marinas protegidas ya se encuentran designadas, se sabe cuáles deben ser, están estudiadas a fondo, se sabe por qué deben protegerse, y muchas de ellas se superponen con las áreas de explotación petrolera”, asegura. ¿Qué sucede con la fauna marina? “En estas áreas, que debieran ser protegidas, está la ballena franca austral, que es un monumento natural, considerado de esta manera bajo las leyes argentinas”. Allí también hay “pingüinos y riquezas de importancia comercial, como el langostino”.

Safi remarca que hay “un gran faltante en el debate”: “Sencillamente cuentan cómo va a ser el procedimiento y hablan sobre lo que están interesados en hacer, que es descubrir el petróleo y el gas, pero en ningún momento mencionan a los seres vivos que habitan en el mar”.

¿Qué sucede con el Acuerdo de Escazú?

El 5 de mayo de este año, el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible llamó a dos instancias de consulta pública “temprana”, abiertas hasta el 18 de mayo de 2022. Con trece días de distancia, muy temprana no resultó la consulta.

Mediante este mecanismo, el Ministerio convocó a la ciudadanía a expresar su opinión a través de la selección de una serie de opciones predeterminadas en una plataforma digital, respecto de la calidad de la información y medidas propuestas por Equinor e YPF para obtener la autorización para la perforación de un pozo exploratorio de hidrocarburos y el desarrollo de una campaña de exploración sísmica en el Mar Argentino (en las áreas CAN 100 y 102, licitadas en 2019, y otras 18 que se licitaron y adjudicaron entre 2018 y 2019).

En el sitio web en cuestión se informaba sobre la posibilidad de enviar comentarios a través de un foro y un correo de contacto, y de participar a través de puestos digitales instalados en distintas zonas del país, cuyo funcionamiento todavía no es conocido por la población. 

Esta publicación cita como fundamento al Acuerdo de Escazú. En los hechos, colocaron una serie de documentos muy extensos y complejos sobre los que se invita a opinar en un período de apenas dos semanas.

Según las especificaciones de Escazú, el Gobierno nacional incurrió en ciertas irregularidades, como la falta de claridad sobre el proceso. Por otra parte, hubo casi nulo margen para la población de realizar observaciones, a la vez que se evidencia la falta de claridad sobre el resultado del proceso. A modo de ejemplo, la consulta pública convocada establecía un plazo relámpago para la presentación de observaciones de 10 días hábiles (del 4 al 18 de mayo de 2022).

¿Cuál es la situación judicial real?

La organización Naturaleza de Derechos emitió a comienzos de junio un comunicado a raíz del fallo judicial de la Cámara Federal de Mar del Plata que suspende la actividad sísmica en el Atlántico, y realizó una serie de consideraciones “ante la desinformación de los medios hegemónicos y oficialistas”.

Explica que el fallo de Cámara “no revocó la medida cautelar dictada por el Juez Federal de primera instancia” que ordenó la suspensión de las exploraciones sísmicas, sino que “la sustituyó estableciendo que las mismas sólo podrán desarrollarse si se cumplen con las objeciones planteadas por la sociedad civil en los amparos”.

Cabe destacar que hubo medios de comunicación masivos, incluso agencias oficiales de noticias, que anunciaban lo contrario. Desde Naturaleza de Derechos señalaron “los aspectos esenciales que fueron analizados y valorados" en la sentencia de la Cámara Federal de Mar del Plata.

El primero: “Incumplimiento de la Resolución 434/2019 que regula la Evaluación Estratégica Ambiental EAE, que fue ignorada por el Estado Nacional, pues al tratarse de un proceso extractivo que comprende varias concesiones en un área marítima, no corresponde realizar una evaluación de impacto ambiental individual, segmentada, sino evaluar de modo integral los riesgos acumulativos y sinérgicos”.

El segundo: “La violación de los estándares del Acuerdo Regional Escazú en materia de participación ciudadana, ya que la sociedad civil no fue debidamente informada”.

El tercero: “Está relacionado con las Ballenas Francas Australes, las cuales fueron ignoradas por el Estado Nacional, al no darle intervención a la Administración de Parques Nacionales, que debe realizar una evaluación ambiental específica respecto a dichos seres sintientes, que son Monumento Natural”.

Explicaron además que, en base a esas consideraciones, el fallo establece que para que la actividad de exploración sísmica sea habilitada en las áreas marítimas concesionadas, “debe cumplirse con las deficiencias y observaciones planteadas en los amparos mencionados”. Eso implica que “no pueda interpretarse que la sentencia habilitó la actividad sísmica como maliciosamente lo hacen los medios de comunicación hegemónicos y oficialistas”.

También indicaron sobre el fallo de la Cámara: “En dos de los considerandos muestra contradicciones significativas al tratar de justificar la actividad sísmica y petrolera como parte de una política energética, procurando morigerar lo decidido en primera instancia. Esa esquiva fundamentación es tomada por los medios de comunicación para desinformar a la población y mostrar a la sentencia como un triunfo para el Gobierno Nacional, cuando en realidad no lo es”.

El comunicado refuerza el fundamento de la suspensión de la actividad: “En lo concreto, y sin los eufemismos a los que recurre la Cámara Federal de Mar del Plata: Equinor e YPF, desde el viernes 3 de Junio 2022, no pueden realizar las exploraciones sísmicas autorizadas por el Gobierno Nacional a fines de 2021”.

En un tramo celebratorio, Naturaleza de Derechos expresa: “El fallo judicial es un logro colectivo de la sociedad civil y muy principalmente de todas las personas que articulan dentro de la Asamblea Mar Libre de Petroleras, que con sus propios cuerpos en las calles resisten la pretensión estatal de instalar las petroleras off-shore sobre la costa bonaerense, denunciando todas las implicancias negativas, climáticas e insostenibles ambientalmente que representan para la naturaleza, la sociedad actual y las generaciones futuras”.

¿Quién debe realizar los estudios de impacto ambiental?

El abogado ambientalista Enrique Viale señala que es “muy importante subrayar que el proyecto sigue suspendido por la Justicia”. Dice que “estamos en una batalla interpretativa”, ya que el Gobierno “juega sus cartas a través de fuentes oficiales, y lo hace desinformando”. 
En este sentido, remarca que la Justicia resolvió que “el Estado Nacional deberá dictar una nueva Declaración de Impacto Ambiental, diferente de la ya dictada, e integrada con los estudios referidos a posibles impactos acumulativos”. Para eso deben cumplirse los siguientes recaudos:

*luego de otorgar la necesaria participación de la Administración de Parques Nacionales para que cumpla el rol encomendado por las leyes 22.351 y 23.094, deberá evaluarse y valorarse su opinión o dictamen, tomándose entonces las medidas que correspondan en consecuencia;

*deberán valorarse las intervenciones participativas organizadas a nivel municipal (audiencia pública consultiva de fecha 30 de mayo de 2022) y nacional (consulta popular que culminó el 19 de mayo de 2022); 

*deberá incluirse al Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible en el control y fiscalización del cumplimiento de la Declaración de Impacto Ambiental (DIA) y su correspondiente Plan de Gestión Ambiental.

*las indicaciones de la DIA a dictarse deberán ser emitidas asertivamente, y no en modo potencial o condicional.

¿Qué sucederá con “el petróleo en el mar” del que hablaba Spinetta? ¿Quedará en una profecía artística o será motivo de una ardua lucha socioambiental agitada como las aguas del Atlántico?