“El fútbol no era una salida laboral para ponerle todas las fichas”
Nos Digital27 de noviembre de 2013
Santiago Solari cuenta cómo es tomar una decisión siendo tan joven.
Su vida de chico y de grande estuvo siempre marcada por el fútbol. De nene, viajaba a todos lados donde su padre tuviera que jugar. De joven, viajó a Buenos Aires para entrar en las Inferiores de River. De un poco más grande, viajó a España para seguir su carrera. Ahora, entrena a las categorías inferiores del Real Madrid. De un lado y del otro, Solari analiza lo que es para un niño vivir bien cerca de la pelota.
- En algún momento, cuando estabas en Inferiores en River, ¿pensaste en dedicarte a otra cosa?
- No es que lo pensara, mientras estaba en River me dedicaba también a otra cosa. Dividía el tiempo entre los entrenamientos, a la mañana, y el Profesorado de Educación Física que curse en el ISEF N1. Era todos los días de la una a las seis de la tarde. Por suerte el instituto, que funciona al final de Crisologo Larralde donde está el CENARD, me quedaba cerca de la cancha de River o del Circulo de la Policía, justo detrás de Lugones, que era donde entrenábamos habitualmente. No fue solo en inferiores, seguí cursando hasta terminar, aun cuando ya era profesional. Siempre quise jugar al futbol y le puse todo lo que tenia desde muy chico, pero a partir de determinada edad tuve claro que no era una salida laboral a la que se le pudieran poner todas las fichas. Ahora si tu pregunta se refiere a si alguna vez pensé en dejar el futbol en inferiores la respuesta es que no. Tal vez esos días que uno estaba demasiado cansado, lejos de su familia y había jugado especialmente mal se hacía algunas preguntas, pero nunca pensé seriamente en dejar de jugar.
- Cuando eras un niño, ¿qué decías que querías ser de grande?
- Quería jugar al futbol, pero era una ilusión de lo mas natural porque mi vida transcurría entre el colegio y la cancha. Donde fuera que estuviéramos con mi familia (en Buenos Aires, en La Plata, en Barranquilla, en Guadalajara o en Tenerife) a la tarde me llevaban a buscar a mi viejo a los entrenamientos y me quedaba pateando a un costado, esperando que terminaran los grandes. Tengo muchos recuerdos de imágenes de estadios vacíos que son de esa época, cuando tenia entre 8 y 13 años. Los recuerdos de cuando jugaba son de estadios llenos. Ahí la memoria es mas auditiva que visual. Yo cuando era chico quería jugar en esos estadios vacíos que me parecían enormes donde tenia que inventarme a los rivales y a la gente cantando.
- Ahora que trabajás como entrenador de Inferiores, ¿qué diferencia ves en los chicos de ahora en comparación a los de antes?
- No sé si el futbol es un buen lugar donde intentar encontrar diferencias entre generaciones. Por más que pase el tiempo, los chicos no cambian sus necesidades de atención, de contención o de ejemplo. Tampoco cambian sus ilusiones. Los deportes de equipo crean su pequeño mundo de obligaciones, de valores y de reglas. Quiero decir que no me parece que el chico de 14 o 15 años que, además de ir al colegio, tiene la constancia y la disciplina para ir a entrenarse 5 o 6 veces por semana porque tiene la ilusión de llegar a jugar al futbol profesional sea muy distinto que el de hace dos décadas.
“El futuro del fútbol es de las mujeres”
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