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Chubut en llamas por el rechazo a la Iniciativa Popular

por Mariano Pagnucco
Fotos: Luan Colectiva Fotográfica
07 de mayo de 2021

Trece votos en la Legislatura provincial dejaron de lado más de 30 mil firmas juntadas con paciencia en plena pandemia para decirle no a la megaminería. La reacción popular fue cortar rutas y ocupar edificios municipales. Qué dicen los históricos asambleístas y cómo confluyen en la lucha los pueblos originarios.

La democracia chubutense tiene la extraña capacidad de subvertir la lógica de las matemáticas. En ese territorio patagónico, 13 vale más que 30.000. En la jornada de ayer, que será recordada como un hito más en la larga historia de lucha socio-ambiental que tiene la provincia, los votos de 13 representantes del pueblo le dieron la espalda en la Legislatura provincial a una Iniciativa Popular que tenía el respaldo de 30.916 firmas recogidas en distintas localidades durante algunos (pandémicos) meses de 2020.

¿Qué es lo que está en juego? El avance de la megaminería contaminante, una actividad a la que la IP (construida en asambleas y con el aval de muchos años de aprendizajes ambientales) le quería poner freno. Fueron trece votos que refrendaron lo que el día anterior había sucedido en la Comisión de Desarrollo Económico, Recursos Naturales y Medio Ambiente: el rechazo a la IP.
La lista de “traidores al pueblo”, según la definición del portal No a la Mina: Miguel Agustín Antin, María Magdalena Cativa, Graciela Cigudosa, Gabriela De Lucia, Carlos Eliceche, Xenia Adriana Gabella, Carlos Gómez, Roddy Ingram, Sebastián López, Emiliano Mongilardi, Pablo Sebastián Nouveau, Juan Horacio Pais y Claudia Mariela Williams. Las abstenciones de María Andrea Aguilera y Manuel Pagliaroni, de la UCR, jugaron a favor del primer grupo. Los doce votos restantes fueron favorables a la IP.

La usuaria @GiseFeregotti tuiteó el miércoles: “Si nos habremos cagado de frío todo el invierno juntando esas firmas, hablando con la gente, explicando 50 veces al día lo mismo. Controlando cada una 2 o 3 veces, contándolas. Preparando como defenderla. Poniendo todo de nuestros bolsillos y dejando las vidas personales de lado. Lo que está haciendo esta gente es imperdonable. Una corrupción tiene esta legislatura que no se ve en otro lado. Asqueroso el manoseo, la falta de comunicación hacia el pueblo”.

La respuesta al conocerse la “traición” fue casi inmediata: cortes en la Ruta Nacional 3 (en Puerto Madryn, Trelew, Rawson y Dolavon) y en la Ruta Nacional 40, y tomas pacíficas de los edificios municipales de Esquel y Trevelin. Inclusive en Comodoro Rivadavia, la cuna del extractivismo petrolero en el país, hubo manifestaciones de repudio.

“Es un día de luto para la participación ciudadana de la provincia, es un día gris”, definía el sentimiento generalizado Pablo Lada, un histórico de la Unión de Asambleas de Comunidades de Chubut (UACCH), donde comenzó la resistencia contra el modelo extractivo provincial en el lejano 2002.

Lada explicaba vía WhatsApp: “En menos de 24 horas sacaron un dictamen negativo, a pesar de las notas que habían presentado los promotores de la Iniciativa Popular, este proyecto que busca ampliar y mejorar la prohibición que existe a la gran minería en Chubut. Nunca fuimos convocados ni escuchados. Casualmente, para la semana que viene habíamos organizado una campaña de lucha, actividades para fundamentar el proyecto de ley y presentar la documentación. Habíamos invitado a los diputados y diputadas, a especialistas de distintas áreas. Sin embargo, las cámaras mineras y distintos sectores del lobby salieron a denostar completamente la Iniciativa Popular con argumentaciones falsas”. 

Imponer la zonificación minera es una continuación de lo que fue el genocidio fundante con la Campaña del Desierto.

“Esto generó zozobra, esto nos roba la paz social por la falta de un tratamiento respetuoso –decía en tono serio–. Si hubiesen tenido el coraje de rechazarnos a cada vecino y vecina poniendo la cara, sería distinto. Por eso hay toda una comunidad movilizada”.
Al ingresar al hall de la Municipalidad de Esquel, el grupo de personas que encabezó la ocupación pacífica comenzó a cantar: Olé olé olé olá / la iniciativa es popular / si no la aprueban / qué quilombo se va a armar”.

MANTENER PRENDIDO EL FUEGO

La Iniciativa Popular estuvo cajoneada más de dos meses en los despachos legislativos y su tratamiento, frente a la expectativa social, pareció responder a las intenciones del gobernador Mariano Arcioni. El mandatario tiene su propio proyecto de ley, que hasta ahora no pudo ser tratado por falta de consensos: el de la tan temida “zonificación”, que dispone de áreas para la actividad megaminera (con uso de sustancias contaminantes del ambiente).

Una de las “zonas” de sacrificio, si avanza el proyecto del Ejecutivo, es la vasta meseta central que se extiende entre la cordillera y la costa atlántica. De allí es Iván Paillalaf, 20 años, integrante de la Comunidad Mapuche Tehuelche Laguna Fría – Chacay Oeste.

Iván lee en clave histórica la votación en la Legislatura: “Fuimos parte de la construcción colectiva de la Iniciativa Popular y el proyecto de ley. Ver cómo los diputados se burlan de este trabajo, de esta lucha que estamos llevando adelante para prohibir la megaminería, nos produce mucha bronca e indignación. Es una muestra más del carácter extractivista, megaminero y capitalista de este Estado que nos oprime y domina. El negarnos la Iniciativa Popular, el querer imponer la zonificación minera, son parte y continuación de lo que fue el genocidio fundante con la Campaña del Desierto. Después de todo, el objetivo es el mismo: quedarse con el territorio, saquear nuestras riquezas, vulnerar nuestros derechos como pueblos originarios y exterminarnos definitivamente”.

Mientras habla al teléfono, de fondo se escuchan los bombos de protesta que retumban en Trelew, donde Iván está estudiando.  Su participación en las luchas ambientales no es nueva. En noviembre pasado, cuando regresaba en auto desde Rawson luego de una de las tantas movilizaciones populares para remarcar que No es No a la megaminería, sufrió el hostigamiento policial de cerca: otro vehículo se les cruzó en la ruta y efectivos de civil bajaron para golpear y llevarse detenidos a dos compañeros de viaje. “Quieren imponer la megaminería por la fuerza y con mucha brutalidad y violencia”, denunciaba entonces.

Ahora dice: “Con la excusa del progreso buscan enriquecer sus bolsillos. En este caso, los bolsillos de empresas canadienses que son realmente las que están gobernando Chubut. Nuestra exigencia es que se retire el proyecto de zonificación minera y como pueblo Mapuche Tehuelche exigimos que se respeten nuestros derechos y que los legisladores se retiren, porque no nos representan. Sólo representan los intereses de capitales extranjeros. Nosotros vamos a seguir defendiendo el agua y el territorio”.


Entrada la noche, las fogatas seguían ardiendo en la RN 3, en el acceso norte a Trelew, donde las fotos panorámicas del drone de Aníbal Aguaisol mostraban filas de camiones que se perdían más allá de los márgenes del encuadre. La temperatura, apenas por encima de los cero grados, se potenciaba por la bruma húmeda que caía sobre los grupos de manifestantes que bancaban el corte después de un día larguísimo. La decisión asamblearia era habilitar el paso de un reducido grupo de camiones por hora y sostener la permanencia en la ruta.

Casi en simultáneo, las ollas populares y los bombos de los estatales (acostumbrados al pago escalonado y los sueldos atrasados que impone el Gobierno provincial) armaban la escena nocturna en la Casa de Gobierno de Rawson. Hoy se espera una nueva jornada de protestas, cortes selectivos y un pueblo movilizado, aunque las formas de la democracia chubutense estén tan peleadas con las matemáticas y con la propia voluntad popular.