La lucha del fútbol callejero
09 de abril de 2014
Mientras se instala el discurso de la inseguridad, la política no piensa en los pibes y no habilita espacios públicos para hacer deporte.
Reunirse a charlar de fútbol con un tipo como Heraldo Mora requiere, entre otras muchas consideraciones, atesorar recuerdos con forma de pelota, de baldío sitiado.
Y también de solidaridad, de “código” bien entendido.
Este ex-trabajador de SOMISA, nacido en San Nicolás (provincia de Buenos Aires), llegó a El Bolsón hace ya 22 años, junto a su familia. “El Bolsón nos abrió las puertas, y nos agarramos como la mosqueta”, resume Heraldo, quien hoy se desempeña laboralmente en el Equipo Técnico de Apoyo Psicopedagógico (ETAP), siendo reconocido por su trabajo como mediador en la promoción de fútbol callejero.
-Aquel Bolsón al cuál llegaste ¿contaba con espacios para el fútbol?
-Cuando llegamos, había algunos espacios. Yo estuve unos años sin hacer nada, acá. E incluso no encontré grupos donde jugar al fútbol. Luego empecé a conocer gente y lugares (de hecho, fui director técnico durante un buen tiempo, en inferiores de distintos clubes).En Bolsón siempre hubieron lugares (seguramente ahora menos que antes, porque los espacios se han ocupado bastante, la población ha crecido bastante, y se ha echado mano a muchos espacios verdes, para instalarse). Recuerdo algunos espacios importantes que los chicos habían ocupado, y que hoy ya no están.
-¿Y los chicos están?
-Regularmente, no hay políticas centradas en niñez y adolescencia: los chicos están bastante relegados. Seguramente hay otras urgencias a las cuales debe responder la parte política; entonces niñez y adolescencia quedan medio relegadas.
En cambio, sí quedan responsabilizadas a partir de algunos hechos que nos conmueven, y que nos muestras que la realidad ha cambiado sustancialmente; y ahí empezamos a alarmarnos, a preocuparnos. Pero “a ocuparnos”, no tanto. Y como lugares físicos, no hay. No es que se crearon más: al contrario. Sí hay clubes de fútbol, que cumplen una función muy importante, aunque no siempre son acompañados en tema de recursos. Trabajan mucho a pulmón.
-Cuando llegamos, había algunos espacios. Yo estuve unos años sin hacer nada, acá. E incluso no encontré grupos donde jugar al fútbol. Luego empecé a conocer gente y lugares (de hecho, fui director técnico durante un buen tiempo, en inferiores de distintos clubes).En Bolsón siempre hubieron lugares (seguramente ahora menos que antes, porque los espacios se han ocupado bastante, la población ha crecido bastante, y se ha echado mano a muchos espacios verdes, para instalarse). Recuerdo algunos espacios importantes que los chicos habían ocupado, y que hoy ya no están.
-¿Y los chicos están?
-Regularmente, no hay políticas centradas en niñez y adolescencia: los chicos están bastante relegados. Seguramente hay otras urgencias a las cuales debe responder la parte política; entonces niñez y adolescencia quedan medio relegadas.
En cambio, sí quedan responsabilizadas a partir de algunos hechos que nos conmueven, y que nos muestras que la realidad ha cambiado sustancialmente; y ahí empezamos a alarmarnos, a preocuparnos. Pero “a ocuparnos”, no tanto. Y como lugares físicos, no hay. No es que se crearon más: al contrario. Sí hay clubes de fútbol, que cumplen una función muy importante, aunque no siempre son acompañados en tema de recursos. Trabajan mucho a pulmón.
Y hay otros pibes que no van a ningún club, y a los que le gustaría que su espacio de barrio se compartiera con otros chicos, con los que se encuentran continuamente. Se trata de tener ese espacio, donde juntarse a jugar a la pelota y desarrollar otras actividades.
Esos espacios se fueron acotando.