En Moreno no pasó nada
El cierre de campaña libertario fue una pieza olvidable del horror show al que nos quiere acostumbrar Javier Milei con sus voz ronca, agresiva y redundante. El hit del momento se impuso ante tanto espectáculo: "Alta coimera, Karina es alta coimera" decían los carteles.
El cierre de campaña libertario fue una pieza olvidable del horror show al que nos quiere acostumbrar Javier Milei con sus voz ronca, agresiva y redundante. "Kirchnerismo" sonó decenas de veces pero no comunicó ninguna política pública para las y los bonaerenses.
El fundido abrazo con su hermana, con quien había llegado en auto, para la foto, no calmó la sed de los cánticos en el país: "Alta coimera, Karina es alta coimeraaa".
Incluso en los recintos del Congreso de la Nación, se repite lo que parece no ser oido por la Justicia: 3%. El "tres" molesta. Molesta en la calle, en twitter, en todos lados y jamás fue negado.
El tres incluso generó censura previa, histórica, e incluso repercutió en el allanamiento de periodistas.
3% es lo que, según los audios de Spagnuolo, pide Karina Milei en coimas de la caja de las personas con discapacidad. Es apenas una de las bombas que circulan pero que no les estalla a ellos... ¡ni fu, ni fa! No hay pericias a sus celulares, no son citados ni ella ni los Menem, y lo único que instalaron fue el espionaje "venecoruso" que carece de seriedad.
Sobre todo bajo la voz de Bullrich, que insiste en que es una conspiración extranjera para desestabilizar al desestabilizado gobierno. Un Las Vegas cancelado, un cierre de campaña vacío, gente encapuchada para decorar las calles de Moreno y un acto que no logró el impacto esperado.
Mientras tanto, el Senado le dio la razón a las familias y a las personas con discapacidad que la pasaron todas: ¡hasta los gasearon! Ajuste sobre ajuste, recorte sobre recorte. ¡El veto de Milei, afuera! La Ley de Emergencia hasta 2027 fue aprobada para reforzar en las terapias interrumpidas, en medicamentos que no llegan, talleres de oficios clausurados y para las familias que cargan solas con lo que debería ser una política de Estado.
El 3% desnudó la obscenidad del poder, que sospechábamos pero no teníamos pruebas. Ahora están los audios. No es un guarismo cualquiera, es el símbolo de un sistema que protege a los amigos y ajusta a los más vulnerables. Y no importa cuánto quieran disfrazarlo: los números siempre terminan dándole la razón al pueblo.