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A las etiquetas ni cabida

por Mariana Aquino
04 de mayo de 2016

Con contenidos sociales y un enfoque de género siempre presente, Miss Bolivia combina ritmos y estilos como pocas. “Comunicar y hacer música es hacer política", nos dice.

Que Miss Bolivia fusiona cumbia con dancehall, folklore, hip hop, electrónica y reggae ya lo sabíamos de antemano pero nos encontramos con mucha más música en sus ideas. De estilo rebelde y fresco, de sonrisa fácil y palabras cálidas recibió a Cítrica en las oficinas que el sello Sony Music tiene en el barrio de Palermo.

Paz Ferreyra, antes de ser Miss Bolivia, fue cajera de un supermercado de una cadena francesa. Ahí trabajaba los fines de semana para juntar unos mangos y pagarse los estudios. Después recorrió los escenarios de Latinoamérica y Europa con el tema
Tomate el palo; primero fue psicóloga, profesora de yoga y productora de televisión. “Entre otras cosas”, advierte. Pero mantuvo su esencia obrera, la conserva desde esos sábados y domingos en el super.“Y el tiqui-tiqui de la caja registradora sonaba todo el día en mi cabeza”, agrega con una sonrisa más. Y así lo reflejó en Bien Warrior, segundo corto de difusión del disco Miau, albúm que Miss Bolivia despidió el sábado a la noche con un show en Niceto Club.

Paz nos cuenta de qué se trata poner sus canciones a disposición de ciertas luchas que la interpelan: la despenalización del aborto, del uso medicinal y recreativo de la marihuana, el empoderamiento del pueblo y la soberanía alimentaria. Define a su arte como “militar a través de la música”. “Siempre que me llaman y me convoca la causa pongo la voz y adhiero. Me parece importante ocupar ese rol. No es obligatorio pero a mi me convoca”.

Sin banderas

“Yo toque en el homenaje a Néstor (Kirchner), en el picnic del Partido Obrero y en los homenajes a Mariano Ferreyra. Y a la bandera ni cabida”. Así explica su militancia artística. “Comunicar y hacer música es hacer política. Los últimos años en nuestro país se hicieron (con sus pro y contra) muchos cambios en derechos humanos. La consigna
Ni una menos es producto de más de una década de trabajo también. Yo no cargo una bandera pero sí me reconozco y me identifico con ciertas líneas de diseño de políticas públicas.”

¿Y ahora cómo ves al país?, le preguntamos. “Me dolieron los despidos de los trabajadores del sector público. Yo pasé por eso. A veces me sorprende lo que veo o escucho, otras pienso que era previsible todo. Lo que espero es que no se sigan vulnerando derechos, que no se marche para atrás con todo el trabajo y los años de laburo. Estos son bifes masivos que recibimos como pueblo. Hay que aguantar los trapos. Para eso está la música también”, sentenció.

Con el culo en la playa
Hace 15 años Paz terminó una búsqueda. Mazunte, un pueblo sobre la costa del Pacífico en Oaxaca (México), es su lugar en el mundo. “Me escapo del invierno de Buenos Aires. Soy como una golondrina”, dice.

“En México tengo una conexión especial. Parte de mi laburo lo tengo que hacer allá. Acá tengo unos bloqueos bárbaros, y el mar se metió en mis contenidos, en las letras y en la música también. Voy a la playa y me instaló ahí. Me paso la vida así, en el mar, comiendo palta, camarón y mezcal. Me lo tomé muy en serio. ¿Qué me gusta? ¿Qué necesito? Bueno, me voy y compongo allá. ¿Por qué tengo que estar acá con el culo en el tiro balanceado? No tengo ganas. Gasto la misma plata y soy feliz así. Ojo, es difícil ser comprendida pero estoy contenta”, reconoce.

Después de la presentación en la ciudad de Buenos Aires ante cientos de personas que danzaron al ritmo de Tomate el palo, y con Leo García como invitado especial, adelanta que su próximo trabajo tiene como base la cumbia, el rap y el reggae pero es “un disco más playero, bastante autobiográfico que habla mucho de amor”.

“Está el contenido social, pero la mayoría de los temas son más autobiográficos. Me permití contar situaciones más de mi intimidad, desnudar más mi neurosis. Tiene mucho de antihéroe, es como un looser del amor este disco”, cuenta, nos mira con picardía, y agrega: “como es casi siempre el amor”.