Trabajadores despedidos cortaron las vías del Roca en Constitución

La voz del altoparlante advertía a la multitud de Constitución y las otras estaciones del ferrocarril Roca desde temprano: “Su atención por favor. Por posible corte de vías en horas de la mañana, por personal ajeno a la empresa, recomendamos prever alternativas al servicio habitual”.

El corte de vías se produjo al mediodía, en un tramo de las vías entre Constitución e Hipólito Yrigoyen. El detalle tramposo es que no fue protagonizado por “personal ajeno a la empresa”... fue un grupo de trabajadores y trabajadoras que quedaron en la calle durante la gestión macrista y quieren seguir trabajando.

Son 380 personas perjudicadas por el ajuste ferroviario, o sea, casi 400 familias sin una fuente de ingreso regular.

Walter, que pertenece al grupo de despedidos del Roca, dice desde el corte: “Estamos junto a los compañeros ferroviarios de las líneas Belgrano Sur y Belgrano Norte, haciendo una medida de fuerza ya que ni el Gobierno ni la empresa nos dan respuesta. Los ferroviarios no queremos migajas, queremos nuestros puestos laborales arrebatados durante la era macrista. Este Gobierno, que pregonó gobernar por y para los obreros, hoy avala esos despidos y sigue despidiendo compañeros. Los ferroviarios estamos en pie de lucha. Queremos la reincorporación ya de cada uno de los que estamos en la calle”.

Unidad de los trabajadores,
y al que no le gusta,
se jode, se jode.

Sosteniendo sus banderas que piden por la reincorporación, el grupo de manifestantes enfrentó dos enemigos implacables: el sol furioso del mediodía y el despliegue policial a metros del corte. Hubo intentos de negociación, con autoridades policiales remarcando el “delito federal” que estaban cometiendo y hasta una promesa de generar una instancia de diálogo con Trabajo o Desarrollo Social.

La postura de lxs despedidxs es clara: ni bolsones de alimentos, ni puestos de trabajo informales. Quieren volver a sus trabajos de siempre.

Como Víctor, que hacía tareas de limpieza en Constitución y lo fueron denigrando desde Recursos Humanos hasta que lo despidieron sin causa en 2019. Ahora tiene que hacer changas de remisero para parar la olla en una casa con un hijo discapacitado.

Como Edgardo, forzado a un retiro voluntario en 2018, después de 15 años de trabajo continuado en el Roca. Contra su voluntad, y tras aprietes varios, agarró una plata que apenas le alcanzó para comprar una camioneta para fletes y para hacer algunas reformas en su casa.

Como Aníbal, al que le comunicaron su despido en enero de este año como punto final de un tironeo que comenzó en noviembre de 2019: mientras trabajaba de seguridad en los talleres de Remedios de Escalada del Roca, se descompensó y tuvo que sentarse y apoyar la cabeza contra una pared. Un superior le abrió un sumario por “dormir” en horario laboral. Su historia de 13 años de servicio sin problemas, concluyó con un telegrama.

Y así todxs, cada cual con su historia de trabajo y de posterior injusticia. Las responsabilidades son claras: el ajuste macrista a todo nivel que repercutió en el desguace de los ferrocarriles y las conducciones gremiales de la Unión Ferroviaria y la Fraternidad, más amigas de las patronales que de las bases representadas.

El corte se levantó unas horas más tarde, cuando a lo lejos, por las vías, se aproximaba un malón corriendo hacia Constitución. Lxs manifestantes quisieron evitar que se repitiera la “noticia” del 20 de enero: ante un corte similar, una patota ferroviaria comenzó a atacarlxs con piedras luego de que la Policía liberara la zona. Los medios de (des)información publicaron que “los pasajeros” se habían enfurecido.

El servicio volvió a la normalidad en las primeras horas de la tarde. Pero el conflicto sigue en pie. Habrá que prestar atención a los altavoces del Roca, el Belgrano Norte y el Belgrano Sur.

Los cortes de vías van a seguir.