"Tenemos un país de señores de la Sociedad Rural que perpetúan sus negocios"

“Cuando entrás a un campo donde se crían animales y se producen alimentos, hay olores que impresionan y te quedan en la ropa, en el cuerpo. El olor a tóxico es recurrente, la mugre y los gritos no se llegan a ver en las góndolas de los supermercados. Todo el tiempo escuchamos realidades que no son. La realidad está escondida; y cuando corrés la cortina, ves que nos alimentamos y consumimos escenarios de crueldad, horror y vulneración de derechos.

Nadie sabe cómo llegan los alimentos a los supermercados. Y está todo perfectamente programado todo el tiempo para que eso suceda, para que no nos cuestionemos y se mantenga en la invisibilidad. Consumimos cosas adictivas que adormecen el cerebro. Nos devoramos entre nosotros. Nos volvimos una sociedad ignorante que come como zombie sin pensar.

El Estado nos da de comer lo peor posible, hace acuerdos con marcas en vez de hacer acuerdos con personas. Nos mienten, nos venden al mundo como productores de alimentos y en realidad lo que tenemos es un país de señores de la Sociedad Rural Argentina que perpetúan sus negocios y su manera de mal alimentar a toda la población. Que apuestan a que no haya diversidad, a que haya una sola cultura, una sola manera de existencia. Creímos en los actores equivocados de la sociedad para llevarnos a buen puerto. Les dimos la llave de uso de todo.

Tenemos una paciencia infinita de todo el mal que están haciendo a nuestro alrededor; tenemos pueblos del cáncer, pueblos de la malformación, pueblos de productores de nuestros alimentos primarios que están marginados y son reprimidos.

Estamos en el precipicio, pero tenemos herramientas para salir de este embrollo. Hay que volver a creer en lo humano, en el trabajo de los pequeños productores que es de resistencia, honestidad y cooperativismo, para sacarnos de estos encantos, de esta hipnosis; para ponerle un freno a la destrucción a la que nos están exponiendo”