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¿Por qué hay que irse?

por Revista Cítrica
05 de marzo de 2025

Les presentamos el ciclo de podcast "¿Por qué Hay que irse?". Históricamente las personas del colectivo LGBTIQ+ de la Patagonia Argentina abandonaban sus pueblos y se trasladaban a las grandes ciudades, donde podían vivir libremente. Hoy algo cambió...

“Me acuerdo de pasar por el lado del patio, como todas las niñas, se asomaron contra la rueda y empezaron a gritar, puto maricón, no sé qué más”. Éfri tenía 14 años, volvía del colegio a su casa en Ingeniero Jacobacci, un pueblo del sur de Río Negro. A esa edad, Éfri creía que nunca iba a poder vivir su identidad libremente en un pueblo donde la atacaban hasta los niños. Los insultos de esa tarde fueron el detonante. Éfri se dio cuenta de que algo había cambiado en ella. “Yo también quiero mi pueblo, yo también elijo este lugar. Y no quiero que sea una expulsión que lo único que pueda elegir sea tener que irme”. 

¿Qué pasa cuando lesbianas, gays, bisexuales, travestis, trans, se niegan a irse de sus pueblos? ¿Qué historias nuevas florecen? ¿Por qué hay que irse? De eso trata la serie de Podcast “¿Por qué hay que irse”, realizado por Cynthia Verónica Angel Flores y Carolina Blumenkranc para Revista Cítrica en el marco del proyecto Cambia la Historia de la DW Akademie y Alharaca, medio de comunicación feminista de El Salvador. También participaron del podcast Sebastián Ortega, como editor de guión, Mateo Corrá en edición de sonido y Tomás Pérez Vizzón realizó una asesoría de producción. La música es de Carina Carriqueo.

Históricamente las personas del colectivo LGBTIQ+ de la Patagonia Argentina abandonaban sus pueblos y se trasladaban a las grandes ciudades, donde podían vivir libremente. Pero hace algunos años, algo cambió: La Grupa LGBTIQ+ Wawel Niyeu de Ingeniero Jacobacci (Río Negro) lucha por romper el mandato. Deciden quedarse en sus pueblos, visibilizar su lucha y resistir.

Éfri Rúa, joven travesti de 22 años, que nació, creció y estudió en Ingeniero Jacobacci es la protagonista del primer capítulo.

“Yo tenía muchos animalitos. Y jugaba afuera, jugaba mucho con el agua, tomaba agua y tenía granja. Y había de todo en esa granja. También me gustaba jugar a las muñecas, aunque mis padres me lo prohibían. Tengo muchos recuerdos al respecto. Incluso me acuerdo de la figura de las muñecas y de tener miedo, de jugar con miedo. Una vez mi papá me vio jugando a las muñecas con mi vecina y no me dejaron ver más a mi vecina”, recuerda Éfri quien encontró refugio en otras personas de su familia.

“Mi abuela Alicia siempre me supo ver como lo que era. Yo siempre fui marica, por decirlo así. Mi abuela siempre fue mi compinche. Realmente creo que fue un escudo, ante todo. Mi abuela siempre me permitió poder ser, poder estar tranquila en mi casa”, cuenta Éfri. 

Una vez la abuela le dijo a la madre que no le importaba que fuese marica. “Yo lo voy a querer igual”, dijo la abuela. Hoy Efri llora con ese recuerdo: “Fue muy liberador para mí”.

Efri hizo un pacto consigo misma. Iba a quedarse en el closet y en el pueblo hasta terminar el colegio porque se lo debía a sus padres. Pero no veía un futuro más allá de eso. 

Escuchá el primer episodio para conocer cómo Efri transicionó y se quedó en su pueblo. Y también cómo recuperó su identidad mapuche y impulsó la Grupa Wawel Niyeo.

Este trabajo periodístico se realizó y publicó originalmente en la tercera edición de #CambiaLaHistoria, proyecto colaborativo de DW Akademie y Alharaca, promovido por el Ministerio Federal de Relaciones Exteriores. Conocé el proyecto y más historias en cambialahistoria.com