El Feriazo, una original forma de protesta de familias productoras, se lleva adelante hasta el viernes en diferentes plazas de CABA: frutas y verduras a 10 pesos y un problema de fondo del que poco se informa.
Miércoles, jueves y viernes, en distintas plazas de la Capital podrás comprar frutas y verduras de estación a sólo diez pesos. ¿Es una buena noticia el Feriazo?
No tanto, porque es la forma de visibilizar un reclamo que lleva mucho tiempo y que se hace más urgente: miles de familias viven de lo que producen, pero el precio de lo que les pagan por ello es Ãnfimo, a causa de intermediarios y grandes empresarios que después a vos te cobran lo que ellos quieren, siempre a precios muy por encima de lo que deberÃa ser.
¿Sabés cuánto le pagan por cada kilo de lechuga a esas familias productoras? Dos pesos.
¿Sabés cuánto le pagan por cada kilo de morrón? Ocho pesos.
¿Y a vos, cuánto te cobran la lechuga y el morrón?
Se podrÃan nombrar cientos de ejemplos de verduras y frutas a lo largo del paÃs. Hay provincias donde los intermediarios pagan ¡un peso por cada melón!
¿Y después cuánto te cobran un melón?
Los camiones de los intermediarios se llevan nuestra producción sin decir cuánto la van a pagar, con la excusa de conocer el precio recién cuando la bajan en el Mercado Central.
“La mayorÃa de las veces es peor todavÃa, porque los camiones de los intermediarios se llevan nuestra producción sin pagar ni decir cuánto la van a pagar, con la excusa de conocer el precio recién cuando la bajan en el Mercado Central. Los productores no generamos precios, estamos en la misma situación del consumidor. Lo ponen los intermediarios. Y obviamente después vienen con un precio más bajo, y no hay forma de controlarlos”, dice Zulma Molloja, que es productora y con angustia se pregunta: “¿Qué pasarÃa si no podemos producir más alimentos? Somos los que alimentamos al pueblo argentino y no damos más.”
¿Cómo se soluciona esto? Acortando las cadenas de comercialización. Con ferias locales, con mercados de abastecimiento municipales y regionales. Evitando que se concentre todo en el Mercado Central y con compras públicas, para que los comedores, colegios y tantos otros espacios comunitarios consuman verduras y frutas directamente desde las familias productoras.
Y con una discusión que parece no querer darse en Argentina: el acceso a la tierra.
“El 70 por ciento de las familias productoras no somos dueñas de la tierra, tenemos que alquilar.
Los mismos productores nucleados en la UTT promueven un proyecto de ley para la creación de lo que llaman Procear Rural, un mecanismo de crédito blando para que las familias puedan comprar sus terrenos.
“El 70 por ciento de las familias productoras no somos dueñas de la tierra, tenemos que alquilar, y ahora nos venimos a enterar que el Gobierno está negociando su deuda con grupos extranjeros a cambio de darle más tierra”, dice uno de los productores que, lejos de quedarse en la queja, sigue acomodando cajones en plena Plaza de Mayo, donde la policÃa en un momento amenazó, con más de cien efectivos, impedir lo que ya era una marea de gente comprando todo a diez pesos.
El miércoles enfrente de la Casa Rosada y en Plaza Constitución.
El jueves, en Plaza Once y Plaza Constitución.
Y el viernes en Retiro, Once y Constitución. Entre las 10 y las 16, acercate a comprarle a las familias productoras, que venderán en cada dÃa en cada plaza 10.000 kilos de verdura y frutas de estación a un precio que no existe, como forma original de protesta. Y de paso aprovechá y preguntales a esas mujeres y hombres cómo es su vida cotidiana, su producción, su supervivencia. Hacelo vos, sin intermediarios.
“El modelo basado en agroquÃmicos le quita el derecho a la alimentación a los sectores más pobres”
La enviada del Consejo de Derechos Humanos de la ONU Hilal Elver concluyó que el Gobierno está aprovechando la crisis para desmantelar el apoyo a la agricultura familiar, que es justamente el sector que combate la inseguridad alimentaria.
¿Por qué en Argentina sufrimos inseguridad alimentaria?
La SecretarÃa de Agroindustria recomienda consumir frutas y verduras. Sin embargo, sus medidas y sus programas apuntan a todo lo contrario: a beneficiar a los exportadores de granos.
La vida en peligro
La desconexión con el mundo natural, la pérdida del control de la producción de alimentos y haber considerado al cuerpo humano y a la naturaleza como máquina son tres profanaciones que ponen en riesgo la vida en la Tierra.