Despojado de su hábitat natural, perseguido durante décadas, convertido en presa valiosa de caza, el puma americano, lejos de extinguirse, logra sobrevivir. La provincia de Santa Cruz autorizó la caza deportiva de animales salvajes, incluido la de este felino, y reavivó un debate. “Con cada puma que muere, muere la esencia del espíritu americano".