Una ronda de discusión para pensar la urgencia de los incendios en la Patagonia con el foco puesto en el pensamiento crítico y las salidas colectivas frente a los límites destructivos que muestra el modelo extractivista.
Una asamblea abierta, en la emergencia de una “Argentina en llamas”, con voces de mujeres originarias, ecofeministas, militantes socioambientales, docentes universitarios, comunicadorxs populares, representantes de la investigación científica y de sindicatos. Esa pluralidad atravesó el encuentro en el Sindicato de Prensa de Buenos Aires (SiPreBA), convocado para pensar la complejidad del presente y delinear estrategias de otros horizontes políticos-socioambientales-económicos.
Impulsada por Cítrica y por la Red de Medios Alternativos (RNMA), esta asamblea realizada en la Ciudad de Buenos Aires nació de la necesidad urgente de poner voz y pensamiento a la emergencia del fuego que vive la Patagonia.

Mientras la palabra circulaba, distintos temas se fueron entrelazando: los territorios como zonas de sacrificio para el capital, la complicidad de los medios comerciales de comunicación en instalar falsos enemigos para desviar la atención, las balas estatales y el persecución judicial para disciplinar todo intento de oposición al plan de saqueo, el racismo que salpica a gran parte de la sociedad, la fragmentación de las luchas.
Mirta Millán, de la lof Pillan Mahuiza, fue una de las que tomó la palabra: "Cuando nos enseñaron que somos minoría es una mentira. Somos una gran mayoría de diversidad".
Con casi 40 mil hectáreas hechas cenizas en la Patagonia, entre Neuquén, Chubut y Río Negro, la activista mapuche nos dejó unas frases que invitan a reflexionar sobre el presente: "Tienen un fin muy claro: la muerte no solo de las comunidades mapuches sino de los llamados barrios populares donde los rostros son marrones y que olvidaron o no saben que sus abuelos y abuelas también son originarios".

"No nos vamos a resignar a que nos saquen los sueños colectivos y el grito esperanzador de la diversidad. Nos unimos con quienes tienen un buen corazón y con quienes quieran mirar un buen vivir", dijo Mirta Millán.
Frente a la complejidad del presente, aparecieron algunas propuestas de salida del laberinto en las voces participantes:
*poner la vida en el centro de toda discusión;
*recuperar imaginarios socioecológicos por fuera del extractivismo capitalista;
*enriquecer los debates con diversidad de discursos y saberes (de los pueblos originarios a la Universidad);
*reunificar las luchas por el Buen Vivir (sindicatos, asambleas, derechos humanos, feminismos);
*construir alianzas duraderas, no pragmáticas entre sectores;
*priorizar el bienestar social a largo plazo, lejos de especulaciones electoralistas;
*multiplicar las asambleas y los espacios de discusión.


Llamas, cenizas y comunidad
Antonella Casanova, brigadista autoconvocada, relata la experiencia colectiva de trabajar para apagar los incendios en la Comarca Andina. Los aviones de Bullrich que pasan para los reel de Instagram y el contraste con la ayuda que llega de abajo y de todos lados.

Monocultivo de pinos, una de las razones del desastre
Llamados “bosques comunales” por la FAO y otros organismos, los pinares reemplazaron a la flora nativa de la zona. El caudal de los ríos en cuencas pinificadas disminuyó entre el 30 y el 60%, desaparecieron manantiales y las aguadas y mallines se secaron. Son altamente combustibles. Por eso, no detener estas plantaciones es sembrar futuros desastres.

La reconstrucción de la Comarca Andina
Después de los incendios que arrasaron en marzo con unas 500 viviendas, tres vidas humanas y miles de hectáreas de bosques, en la nueva etapa hay trabajo comunitario y solidaridad popular para llenar los vacíos del Estado. Historias, miradas y esperanzas que nacen entre las cenizas.