“Nos gobiernan empresarios cínicos e impunes”
por Laura Litvinoff y Nicolás Peralta31 de mayo de 2016
Referente del teatro argentino, Cristina Banegas se siente “enojada y alarmada” con las medidas del macrismo. El papel del actor, la autogestión y la cultura como resistencia.
Su casa es amplia, con una gran biblioteca que ocupa una pared entera- aún así tiene libros amontonados alrededor de su living- y un patio trasero con una enamorada del muro verde y tupida y que le dan un aspecto selvático a ese rincón del barrio de Palermo. Con amabilidad se dispone a charlar con Citirica durante más de una hora. Actriz, directora y maestra de actores, Cristina Banegas nos recibió en su casa para hablar de su oficio, la autogestión y, por supuesto, de la actualidad política del país. “La situación es muy grave para todos, pero especialmente para los que menos tienen. Me parece que hay que ir viendo cómo se puede hacer para crear situaciones de resistencia, de denuncia, de testimonio”. Sumándose a la ola de artistas que repudian al ministro de Cultura de la Ciudad, Banegas fue contudente: “Lopérfido es un siniestro”.
--¿Como vivís este momento de la Argentina?
--Alarmada y enojada por todo lo que está ocurriendo. Creo que lo que hace este gobierno es grave para toda la sociedad. Lo que queda por hacer entonces es denunciar, opinar, expresarse, salir a la calle. Estamos siendo gobernados por empresarios que con un gran nivel de cinismo e impunidad avanzan sobre los derechos de la gente. Y encima se la pasan teniendo fallidos contra los pobres: dicen que van a proteger a los ricos, que el pasado vuelve. En el fallido irrumpe el inconsciente, y ahí entonces es cuando aparece la verdad.
--¿Y desde la cultura qué se puede hacer, más teniendo en cuenta que el propio ministro niega la cantidad de desaparecidos en dictadura?
--Lopérfido es un siniestro. La pobreza del discurso de todos los que ahora están en el poder es un mamarracho. Me parece que hay que ir viendo cómo se puede hacer para crear situaciones de resistencia, de denuncia, de testimonio. La situación es muy grave para todos, pero especialmente para los que menos tienen. Son tiempos complicados, porque se meten con la educación pública, la salud y avanzan sin mirar las consecuencias. Los tarifazos son un claro ejemplo de eso. Hay que ver cómo establecer una serie de acciones que sin ser panfletarias tengan la calidad de expresión de la cultura.
--¿El camino de la autogestión puede ser una alternativa?
--Lamentablemente cada vez es más difícil autogestionarse, la gente está más dispersa y cada vez hay que hacer más cosas para sobrevivir, entonces cuesta más producir. Pero no creo que se esté perdiendo la bohemia de lo artístico. Como decía el marxismo, el proceso histórico es progresivo-regresivo, es decir, un paso para adelante y dos para atrás. Todo se está moviendo todo el tiempo, y cuando no se encuentra por un lado, se encuentra por otro. Yo he trabajado mucho en el teatro independiente porque siempre tuve conciencia de que la concepción de proyectos es clave. Y para eso lo grupal también es muy importante, el teatro de hecho siempre es en conjunto. El individualismo también puede estar presente en lo grupal por supuesto, “divas” hay en todos los barrios, pero lo grupal sin duda me parece que es clave para transitar este momento.
--¿Cómo te decidiste por ser actriz?
--Vengo de una familia de artistas, me crié en Canal 7. Mi mamá (Nelly Prince) fue pionera en la televisión y mi padre era productor. En realidad lo primero que hice fue escribir poemas cuando tenía diez años, aunque también estudié danza desde los cuatro, así que esas serían mis primeras inclinaciones por expresarme. También fui muchos años guionista. Actuar fue algo que llegó de manera natural.
-¿Los actores son intelectuales?
-Creo que algunos pueden ser, pero la mayoría no. Hay gente más culta que otra, pero hay otros tipos de talentos que se pueden ver en un actor. También hay sabidurías extremas que vienen de culturas milenarias y no desde lo académico. De hecho podés ser un intelectual en el sentido más estricto de la palabra y no saber nada porque el saber, el conocimiento, es otra cosa.
Actualmente Cristina Banegas dirige dos obras de teatro: “La Señorita Julia”, adaptación de Alberto Ure y José Tcherkaski sobre el original de August Strinberg, que narra la compleja psicología de dos personas de diferentes clases sociales sumergidas en la tragedia que acontece cuando la pasión debe enfrentarse al poder. Con una coproducción argentina-uruguaya, la obra cuenta con las potentes actuaciones de Belén Blanco, Gustavo Suárez y Susana Brussa. Tras una buena temporada en el Teatro Solís de Montevideo, desde hace dos meses se presenta los sábados y domingos en el Centro Cultural de la Cooperación. Banegas, que además de actuar no deja de formar a jóvenes actores, también está dirigiendo “Barranca abajo”, de Florencio Sánchez. Primera coproducción entre el Teatro Nacional Cervantes y el Teatro Municipal Coliseo Podestá de La Plata, la obra se estrenará el próximo 7 de julio.
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