Las consecuencias políticas de una tormenta

Las secuelas sociales del temporal del lunes.

Falta de agua y luz, negocios violentados o cerrados, cortes de calles y rutas, humo negro y un olor insoportable de gomas quemadas, esas que se acumulan y contaminan las barriadas, árboles caídos por doquier, muchos bancos sin atención al público,  escuelas sin chicos ni recreos, colectivos que no pasan o cambian de recorrido, trabajadores que no van ni vienen a ningún lado, largas e interminables colas en las paradas de colectivos y estaciones de trenes, corridas, piedrazos y gomeras, autos con vidrios rotos, especulación de precios al mejor estilo criollo, aprovechadores de turno, fuerzas policiales que aparecen de día y desaparecen con el sol, hastió, cansancio, pobreza estructural, planes que ya no alcanzan, vivos y avivados; una psicosis generalizada tras la secuela de la fugaz tormenta del lunes pasado, en un contexto político donde los medios masivos de comunicación alertan y alientan los ya conocidos saqueos de diciembre y ponen al servicio de unos pocos intereses, un blindaje mediático que invisibilidad estos hechos.

Coincidencias del calendario, este caos social que sigue calando hondo, poco y nada tiene que ver    con lo sucedido en la provincia de Córdoba tras el acuartelamiento de su policía provincial, pero si con los padecimientos de los habitantes del sur del conurbano bonaerense como consecuencia de una tormenta. El lunes 2 de diciembre por la noche, el Servicio Meteorológico Nacional indicaba que el desplazamiento del temporal que alcanzó el área sur del conurbano, alrededor de las 18 horas, originó precipitaciones bajas y vientos fuertes con ráfagas de 110 km/h y en pocos  minutos el desconcierto se hizo un fotografía común por múltiples localidades;  la caída de árboles sobre el tendido eléctrico en varios sectores de Lomas de Zamora, Esteban Echeverría, Berazategui así como de torres de alta tensión en Florencio Varela, Quilmes y Glew, dejaron sin suministro eléctrico a una porción amplia del mapa del conurbano. En simultaneo, las áreas de Defensa Civil de los distintos municipios estimaron que los problemas energéticos tardarían días en resolverse, incluso más de 10 días y Edenor, la empresa que suministra el servicio eléctrico en esta región, bien gracias, como de costumbre, sin respuesta efectiva.

Tres días después, con la impaciencia colectiva a flor de piel y la conjunción insoportable de falta de luz y altas temperaturas, las localidades de Canning, Ezeiza, El Jagüel, Monte Grande, Esteban Echeverría, Luis Guillón, Adrogué, Lomas de Zamora, Banfield, Temperley, Lavallol, Quilmes y Berazategui; siguen sin soluciones en el servicio eléctrico y con cortes intermitentes del servicio de agua potable.

Mientras tanto, muchas consecuencias sociales adormecidas siguen aflorando, dejando de lado las secuelas de una tormenta más.

Por Julia Kaimen

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