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Escape en juego

Pablo Lechuga
18 de diciembre de 2014

¿Alguna vez soñaste con ser un detective? Bueno, ahora eso lo podés hacer realidad con Eureka, que tiene flamante segunda versión: "La venganza de Spencer"

Entrás. Estás con dos amigos, con tres, con cuatro o con un par de desconocidos. No sabés muy bien en dónde vas a quedarte encerrado. Saber poco está bueno, agranda el desafío de tener que escapar. Te permite sorprenderte, ver pistas en todos lados; seguir las falsas que están plantadas y hacer brotar nuevas de tu imaginación que no llevan a ningún lado. Quizás sea bueno no leer esta nota ahora, dejarla para después. O no, quizás, sea bueno leerla para entender un poco de qué se trata Eureka LEG y estar atento todo el tiempo a cuándo detener la lectura. Estar atento todo el tiempo desde ahora y ser consciente de que a veces es mejor no saber demasiado.

Lo que sí sabés es que nunca es bueno estar en el momento incorrecto, en el lugar equivocado. Cuando cruzás el umbral y se cierra la puerta, el cadáver yace inerte y estás atrapado junto a tus compañeros. Sos parte de un grupo mafioso que fue a buscar los servicios del detective Spencer, pero su cuerpo con sobretodo, un sombrero y un maletín cerrado están caídos. La policía tardará una hora. Si llega y vos estás ahí, sos el principal sospechoso del asesinato. Tenés que salir cuanto antes.

Observás todo detenidamente. Ahora, ocupás el rol de detective. Te acordás de Sherlock, de Watson, de Hércules Poirot, de Philip Marlowe, de Dick Tracy, de Clarice Sterling, de Grissom, de Bones. Estás en la escena del crimen. No hay sangre. Más allá está el escritorio, con algunos cajones cerrados, un teléfono sin línea y una libreta.

Cuando ves la máquina de escribir, pensás que ahí pudo haber estado Julieta Díaz y que el Cerati de Crimen podría ser Spencer. Proyectás el video de ese tema en tu cabeza. “Mi ego va a estallar”, cantás por dentro cuando no podés resolver la primera pista.

Seguís analizando solo y con los demás. Antes de entrar te dieron una clave: el trabajo en equipo, la comunicación. Ves la biblioteca, abrís los libros, leés, los dejás, mirás los dardos en el blanco. Qué es un indicio y qué no. Al principio no hablás mucho, nadie habla mucho, pero a medida que van surgiendo hipótesis erróneas, vas tomando confianza y a elevar el tono de tu pensamiento.

Mirás los cuadros y el planisferio colgados. Te habían dicho que este desafío venía desde allá, que ya se jugaba en Europa y Estados Unidos, que ahora se estaba haciendo en Buenos Aires y que los primeros que lo organizaron se habían inspirado en los juegos de escape virtuales. Tu mente está en la oficina de Spencer, en las combinaciones y los códigos, pero no está sola, también está tu cuerpo, las cajas cerradas y los cofres encriptados. Suena un celular, no es tuyo ni de tus cómplices. Tenés que manipular el cadáver.

Creés que podría haber una lupa, una pipa, una petaca, una linterna, un revólver, para completar el listado de elementos del manual del detective. Cada pista resuelta es un pincel que te dibuja una sonrisa de orgullo. Después, cambia la música, cambia la iluminación y estás atascado otra vez. Sabés que se acerca la policía, imaginás que se empiezan a escuchar las sirenas, que afuera es de noche, que las luces de los patrulleros giran, azules, sobre las paredes de la oficina y que los agentes se bajan y apuntan detrás de las puertas de los autos antes de empezar a amenazarte por megáfono. Se van consumiendo los minutos.

Querés encontrar la llave y escapar. Si no lo lográs, sabés que el verdadero problema no sería ir preso; esto es un juego. El verdadero problema es que no te gusta perder. 

Dónde: Kowalski Club de Cultura (Billinghust 835, CABA)
Cuándo: Viernes 20hs / 21:30hs / 23hs.
                Sábados 17hs / 18:30hs / 20hs. (con reserva previa)
Correo electrónico: [email protected]
Más información: http://www.eurekaleg.com.ar/
Facebook: www.facebook.com/eurekaleg/