¿Y las cooperativas de trabajo?
por Federico TonarelliFotos: Juan Pablo Barrientos
26 de abril de 2020
Desde el Hotel Bauen, el presidente de la Federación de Cooperativas de Trabajadorxs Autogestionadxs de la Ciudad de Buenos Aires habla del difícil momento que atraviesa el sector. Desidia estatal, empleos en riesgo y cooperativas que resisten como pueden en medio de la pandemia.
Se olvidaron de nuestro sector, una vez más.
La gran familia de las cooperativas de trabajo nuclea en Argentina a un número significativo de trabajadorxs sin patrón, que en este contexto de parate absoluto no sabemos cómo seguir adelante si el Estado nos da la espalda. Somos 15.000 cooperativistas si se tiene en cuenta sólo a las empresas recuperadas y más de 80.000 si la mirada se amplía a todas las cooperativas de trabajo que hay en el país.
Si no se toman medidas políticas urgentes, muchas de nuestras experiencias de trabajo genuino (que han soportado todo tipo de atropellos políticos y judiciales) van a desaparecer. Puedo hablar del Hotel Bauen, que es la cooperativa de la que formo parte y en la que trabajo todos los días, pero esto es extensivo a muchas otras cooperativas: estamos con facturación cero, sin generar ingresos y, en consecuencia, sin que nuestros compañeros y nuestras compañeras puedan llevarse un mango a sus casas.
¿Cómo es posible que haya medidas para las empresas pymes, los empleadores privados y lxs trabajadorxs informales, y no se considere a un eslabón fundamental (por historia y por generación de valor) de la economía nacional: nuestras cooperativas?
Si no se toman medidas políticas urgentes, muchas de nuestras experiencias de trabajo genuino van a desaparecer.
El Ingreso Familiar de Emergencia (IFE) no alcanza a todxs nuestrxs compañerxs. Si algunx de ellxs tiene algún ingreso registrado en su grupo familiar, no lo cobra. Además, lxs que lo cobran deben abonar el mes de monotributo ($2.000), lo que en la práctica hace que reciban $8.000 y no $10.000.
La famosa Línea 1 del Ministerio de Trabajo para el Trabajo Autogestionado, que se pretende equiparar falsamente a lo que serían los Repro para los privados, alcanza a cada uno de nuestros asociados con $6.500 y es incompatible con varias asignaciones. ¿Quién puede sobrevivir con ese dinero? Es una cucharada de sal para calmar la sed en el desierto.
Se han lanzado créditos personales a tasa cero para monotributistas. ¿Pretenden que una persona asociada a una cooperativa se endeude individualmente para generar capital de trabajo? Otra locura sin pies ni cabeza.
Por otro lado, la posposición del pago de servicios públicos sin cortes y de los alquileres de locales comerciales, nos protege hasta el 30/9. A partir de octubre hay que pagar... ¡y no vamos a poder! Tenemos facturación cero.
Necesitamos que los funcionarios entiendan que en la actualidad, el trabajo no sólo puede ser asalariado o autónomo, sino también trabajo asociado en cooperativas de este tipo. El Gobierno debe comprender que en las cooperativas de trabajo no existe la figura del "empleador" y que a lxs cooperativistas de trabajo nos une una relación asociativa con la entidad a la que pertenecemos.
Mes a mes, lxs cooperativistas retiramos un adelanto del excedente que anualmente produce nuestra cooperativa. Ese adelanto mensual de excedente es el que, en la actualidad, nuestras entidades no pueden afrontar debido a la falta de facturación.
Si no se toman medidas políticas urgentes, muchas de nuestras experiencias de trabajo genuino van a desaparecer.
Por ello solicitamos que, así como se asiste a los empleadores para el pago de salarios, se asista del mismo modo a las cooperativas de trabajo para el pago de los adelantos de excedentes mensuales de sus asociadxs.
Este sector, que es un eslabón muy importante en la cadena de producción, tiene el orgullo de decir que sostuvo fuentes de trabajo en momentos difíciles: acá no se despide trabajadorxs, no se fuga dinero y los excedentes de dinero se reinvierten permanentemente.
Como dato extra, hay decenas de nuestras cooperativas que en medio de la pandemia pudieron, con mucho esfuerzo, reorientar sus tareas para cumplir un rol social, ya sea fabricando barbijos, camisolines, alcohol en gel, envases, mascarillas y otros insumos indispensables. ¿De verdad nos van a seguir ignorando?
Ojalá que se nos escuche antes de que la pandemia ponga a la mayoría de nuestras cooperativas al borde de la quiebra.
Federico Tonarelli es vicepresidente de la cooperativa del Hotel Bauen y presidente de la Federación Argentina de Cooperativas de Trabajadorxs Autogestionadxs (Facta).
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