Un plan maestro: ni docentes ni escuelas

por Lautaro Romero
22 de diciembre de 2017

En la Ciudad, cada vez más pibes y pibas ven vulnerado su derecho de recibir una educación pública: faltan vacantes y se estima que 12 mil quedarían sin escuela el año próximo. Son víctimas del vaciamiento, el desprestigio y la precarización que también sufren sus docentes; quienes resisten, ante un sistema perverso.

“La Ciudad asume la responsabilidad indelegable de asegurar y financiar la educación pública, estatal laica y gratuita en todos los niveles y modalidades, a partir de los cuarenta y cinco días de vida hasta el nivel superior”. Artículo 24 de la Constitución de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Qué feliz hubiese sido Patricia Pines, si en 2014 hubiesen aceptado en la escuela pública a su hijo Camilo, cuando apenas tenía 1 año. Es que ya para ese entones, el dinero no alcanzaba: en nuestro país, hace tiempo que los docentes no tienen un sueldo digno. Pero ella no se cruzó de brazos. El hecho de vivirlo en carne propia te moviliza. Y más si tu caso es el de otros miles: ese año el Gobierno aceptó en los medios que para el inicio de clases, entre 6 mil y 7 mil pibes de la Capital, quedaban fuera del sistema educativo por falta de vacantes. A Patricia no le importó el hecho de ser sólo tres mamas reclamando por sus derechos y el de sus hijos, en plena 9 de Julio, mientras UsainBolt se medía con el Metrobús y acaparaba todos los flashes.

En 2015, entre 8 mil y 9 mil chicos no tenían vacantes en las escuelas públicas. Y la historia se puso mucho peor para 2016: 10.500 de nivel inicial

Así nació el colectivo Vacantes para Tod@s en las Escuelas Públicas, que en este tiempo tuvo dos grandes logros: la construcción de un jardín de infantes en Venezuela 3269, en un espacio ocioso que pertenecía a la Ciudad y que otorgará más de 400 vacantes; y la escuela recuperada Carlos Fuentealba, en Parque Patricios. “Denunciamos los métodos de vaciamiento y privatización de la educación. Alertamos a las familias”, nos dice Patricia. “Ahora somos 7 mil miembros en el colectivo, de los cuales 1300 se sumaron en los últimos 20 días. Se hace cada vez más grande, porque la gente accede a esta información que le es vedada. Tenemos un instructivo de reclamo paso por paso”, asevera Patricia, quien da clases en el Normal Nº2 Mariano Acosta, en el barrio de Balvanera.

Porque el sistema de inscripción online es ilógico y poder hacer el reclamo, una quimera  “Completás con tu nombre y apellido, un email y presionás enviar. Pero para que queden grabados los datos, tenés que hacerle click a la x de cerrar. Desaparece y ahí recién te toma el reclamo. Lo mismo con el DNI. La gente no lo puede hacer, y es tremendo. Se hizo con la idea de desestimar los reclamos, que no entren y sean los menos posibles. Es difícil luchar contra eso. Son mecanismos sumamente sofisticados”, reconoce sin entenderlo del todo.

Año tras año, los números tienen más cifras y duelen más. En 2015, a Patricia el Estado le reconoció mediante un pedido formal desde la Legislatura, que entre 8 mil y 9 mil chicos no tenían vacantes en las escuelas públicas. Y que la historia se pondría mucho peor para 2016: 10.500 de nivel inicial, marcando una problemática aún mayor en los jardines infantiles públicos; y más de 500 chicos de primario. ¿Qué respuesta recibieron los padres y docentes de parte del Ministerio de Educación, cuando fueron por un nuevo reclamo, a principios de este mes? Ninguna. “Según nuestra proyección, creemos que el piso del año que viene van a ser 12 mil. No hubo construcción de escuelas. El problema se agrava. Ya ni siquiera es la privatización, sino la expulsión del sistema educativo”.

Según el Gobierno, el docente del futuro modelo debe ser: "flexible y se adapta al cambio, es abierto a la diversidad, usa las tecnologías, tiene habilidades de comunicación y actitud emprendedora, trabaja en equipo y comprende las culturas".

Cada año se reciben menos docentes en la Ciudad de Buenos Aires. Aquí, en contrapartida a lo que sucede con las vacantes en las escuelas públicas, los números van en picada: en 2007 se recibieron 3451 maestros. En 2011, sólo terminaron 2607, en 2015, hubo 300 graduaciones menos. Y como consecuencia en 2017, quedaron 144 cargos de maestro grado sin cubrir.

¿A qué se debe que docentes en las escuelas? Para la ministra de Educación de la Ciudad, Soledad Acuña, el fenómeno se relaciona con que la carrera es “muy teórica”, y con un formato “muy rígido”. Sin embargo, Liliana, quien hace 11 años da clases en primario en la Villa 1-11-14, en el Bajo Flores, tiene otro relato. Corresponde con el de miles de compañeros y colegas con vocación, a los que les toca enfrentar una cruda realidad. “Las condiciones salariales no te permiten llegar a fin de mes, hay precarización de las escuelas, y  un desprestigio que genera el gobierno sobre los maestros", explica Liliana. No hay recursos, hay superpoblación y falta asistencia”, asegura Juan Manuel; quien lucha día a día por transmitirles esperanza  a los pibes de nivel inicial de una escuela en Villa Soldati, olvidada en la zona sur de la Capital.

 “A las escuelas las pintan por afuera pero por dentro tienen condiciones paupérrimas. Las becas de los comedores son cada vez peores, y los pibes vienen cada vez con más hambre. Viven hacinados. Se habla de la escuela del siglo XXI, que de la mano de la tecnología vamos hacia el futuro; cuando en realidad las condiciones mínimas de vida no están garantizadas", nos cuenta Liliana. Otra vez las políticas públicas, desvinculadas de la realidad social. El monstruo con el ojo que todo lo ve. Menos lo justo y necesario. El polémico Operativo Aprender es un ejemplo: “Toman decisiones de manera arbitraria. No es lo mismo la evaluación en una escuela privada, con chicos que tienen otras realidades”, opina María Luisa, quien trabaja en 4 escuelas y tiene 49 horas cátedra para “sacar un sueldo digno”.

Después de muchos conflictos y reclamos, que incluyeron la carpa itinerante y la represión del Gobierno de la Ciudad a los docentes, se propuso una mejora “de bolsillo” del 21,5% que aquietó las aguas. Pero ahora la Reforma Laboral, Previsional e Impositiva cambió el paradigma nacional.

La destrucción del Régimen Jubilatorio Docente, preocupa. Patricia Pines no se imagina dando clases a los 65. “Es imposible. No es un privilegio para las maestras de inicial jubilarse a los 50 ó 55 años, es una necesidad”

Lo que hace la reforma básicamente es atacar los derechos de los trabajadores, sus salarios y el de los jubilados. Hemos decidido oponer resistencia a estas políticas de ajuste desde la unidad multisectorial, en las calles, en las movilizaciones, donde se pueda” asegura Guillermo Parodi, Secretario Adjunto de UTE. Y lo analiza como un todo: “Estamos viviendo algo que se ve mucho en los países de Latinoamérica, y que son los procesos de desescolarización. Buscan transmitir las matrículas al sector privado. Una política deliberada del gobierno para no cubrir las vacantes y profundizar el déficit de docentes en la Ciudad”.

La destrucción del Régimen Jubilatorio Docente, preocupa a más de a uno. A Claudia, por ejemplo, que está a punto de jubilarse y aportó 30 años de su vida a la enseñanza en escuelas de La Matanza. En tanto que Patricia Pines, no se imagina dando clases a los 65. “Es imposible. No es un privilegio para las maestras de inicial jubilarse a los 50 ó 55 años, es una necesidad”, considera. El desprestigio y la estigmatización hacia la clase obrera, parecieran arrasar con cualquier pretexto. Incluso con los 29 Institutos de Formación Docente (IFS), que pretende cerrar el Gobierno el año próximo, para concentrar toda la enseñanza terciaria en un solo edificio. “No podés cerrar los profesorados de los barrios. Es totalmente distinta la carrera universitaria, que está orientada a la investigación, a la producción de textos, académica. No es una formación pedagógica, para trabajar en un aula”, explica Patricia, quien estudia Licenciatura en Ciencias de la Comunicación en la UBA.

Sin consenso con los sectores sociales y a espaldas de la comunidad, el Gobierno impulsa la Reforma Educativa. La Secundaria del Futuro alcanzará a 16 escuelas porteñas y apuesta a un quinto año con la mitad del tiempo dedicado a pasantías en empresas mal pagas. “Está todo muy deshumanizado. Los políticos tienen que meter la pata en el barro. Vengan a las escuelas, transiten, conversen. Toman medidas desde el absoluto desconocimiento”, sentencia Patricia.

©2024 Revista Cítrica. Callao 360, Ciudad Autónoma de Buenos Aires - Argentina - Editor responsable: Cooperativa Ex Trabajadores del Diario Crítica. Número de propiedad intelectual:5313125 - [email protected] | Tel.: 45626241