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Jáchal y el verso del progreso

por Revista Cítrica
15 de septiembre de 2016

A 11 años de la llegada de la Barrick Gold a San Juan, se cae el mito de la generación de más empleo. Apenas el 1% de los habitantes trabaja en las mineras. El turismo no existe y los productores dejaron de exportar.

El pueblo de San Juan sufrió ya el quinto derrame de cianuro en las fuentes naturales de agua en Jáchal, producto de la actividad minera en la zona. La multinacional Barrick Gold se sostiene con la complicidad de los gobiernos y la Justicia, que ponen en juego la vida de 20 mil personas. La Asamblea Jáchal No Se Toca exige el cierre definitivo de la mina Veladero.  

“Nos comimos el verso de que la minería era progreso y de que iba a traer recursos económicos para el pueblo. La gente realmente lo creyó pero hoy tenemos que replantearnos qué es eso que nos prometieron. Cualquiera que visite Jáchal se dará cuenta de que el progreso por acá no pasó en lo más mínimo.Tenemos un índice de desocupación altísimo y menos del 1 por ciento trabaja en las mineras”, denuncia Marcela Frontera, de la Asamblea Jáchal no se toca.

Los asambleístas hace un año trabajan en la concientización de la problemática. Les costó que el pueblo tome real conciencia de que con la promesa de trabajo y progreso le estaban entregando sus recursos naturales a una multinacional. Lamentablemente, la realidad los golpeó una vez más: cinco derrames de cianuro, gobiernos que no escuchan, desocupación creciente y productores que dejaron de cultivar porque nadie quiere comprar frutas de tierras y aguas contaminadas. “Ahora la gente tiene más conciencia. Anoche tuvimos un déjà vu. Esa angustia, esa impotencia, ese pánico de no saber qué hacer. Esto nos unió mucho”, dice Marcela.

“Hace 10 años se levantó un grupo de jachaleros para que la minera no se instale. En aquel momento, para el resto de la sociedad, era un grupo de locos que no tenían idea de qué hablaban. Fueron muy resistidos por la población; después todos tomamos conciencia. El derrame del que nos enteramos el año pasado fue como la crónica de una muerte anunciada porque nos lo avisaron hace 10 años. De hecho nos enteramos de derrames anteriores”.

A un año del derrame que ocasionó un desastre ambiental sin precedente en el país por la actividad minera, la asamblea y el pueblo jachalero exigen al ministro de Minería de la provincia, Alberto Hensel; al ministro de Medioambiente de la Nación, Sergio Bergman; y a las autoridades de Policía Minera de San Juan respuestas inmediata.

“Habría que ver los recibos de sueldo de la policía minera y del juez Pablo Oritja también porque no sabemos a quién responden, al pueblo seguro no. La policía es obsecuente a lo que dictaminen las autoridades de la provincia, y ambos responden a la Barrick Gold. Cuando pasan estas cosas es imposible localizarlos, aparecen cuando hay conferencia de prensa detrás del ministro o del gobernador. Saben muy bien que son los primeros en caer en este domino de responsabilidades”, denuncia Marcela.

La Barrick Gold confirmó el nuevo derrame varios días después. Y el gobernador Sergio Uñac respondió anunciando la detención temporal de la mina Veladero y reconoció no contar con información certera sobre lo sucedido. “La minera se tomó todo el tiempo necesario para borrar las huellas del derrame. Y nuevamente los mecanismos de control y seguridad demuestran la completa incompetencia”, enfatizan desde la Asamblea en un comunicado. Además exigen participar de las comisiones de control porque no confían en las instituciones ni los organismos del Estado.

En Jáchal no hay cloacas ni asfaltos, el hospital no cuenta con quirófano ni médicos especialistas, la policía no garantiza la seguridad por falta de móviles y la iglesia local, declarada monumento histórico, permanece cerrada hace seis años. “Acá el turismo no existe, la producción tampoco. A los pocos productores que quedan les cuesta vender sus productos. Los exportadores de tomate, cebolla y de membrillo hoy no pueden ubicar sus productos porque afuera se sabe que donde hay mineras no hay producciones sanas. Lo triste es que los que gobiernan también son jachaleros; deberían estar del lado del pueblo pero el poder puede más para ellos”, se lamenta la integrante de la Asamblea Jáchal no se toca.

El juez habla de “hechos menores” a la hora de recordar el derrame de septiembre de 2015. En esta oportunidad cree que una multa a la millonaria multinacional puede subsanar los daños ocasionados. Los asambleístas agotaron todas las instancias, tanto legales como judiciales y dependen de la voluntad de las autoridades políticas para que se detenga a las mineras. “Cierre, mediación y prohibición inmediata” es el pedido que hacen.

Hace 20 años que no tenían nevadas tan intensas en la zona. El deshielo puede generar nuevos derrames, debido a la nieve acumulada en la Cordillera. Y Marcela, junto a todo su pueblo, vive con la angustia de no saber qué hacer: “Algunos tenemos la posibilidad de irnos.Y los que no pueden, ¿qué hacen? ¿Y los que no queremos? Yo mantengo las esperanzas porque tengo una hija, a mis familiares y amigos que viven acá. Amo este pueblo. No quiero bajar los brazos. Sé que es difícil porque el poder económico y el político están avasallando con todo, hay muchos intereses en esto”.