No al cierre del jardín del hospital Ramos Mejía
Padres y docentes denuncian que el sistema online de inscripción a las escuelas públicas de la Ciudad de Buenos Aires asigna las vacantes según la condición socio- económica de cada familia.
El sistema de inscripción online para las escuelas porteñas parece haber sido realizado para expulsar a los chicos de lo público y sumergirlos en la educación privada. Según un relevamiento realizado por el colectivo Vacantes para tod@s, ya hay más de 450 familias que no consiguieron que a sus hijos se les asigne un colegio para el ciclo lectivo 2017.
Este año, además, los padres y docentes hicieron un llamativo descubrimiento: el sistema online elige las escuelas de los chicos según su condición social. “Constatamos que de acuerdo a la vivienda que uno pone en el sistema, se le ofrecen como primeras opciones unas escuelas u otras. Si uno pone vivienda propia aparecen ciertas escuelas, si uno pone hotel familiar o pensión, le aparecen otras completamente distintas. Eso nos da la sensación de que se está buscando agrupar a ciertas personas en determinadas escuelas de acuerdo a su nivel socio- económico”, explica la abogada Cecilia Fernández, que asesora al colectivo de padres y docentes que luchan para que no haya chicos que se queden sin vacantes.
Se abrieron tres escuelas en ocho años. Por eso no hay vacantes. Todos estos errores en el sistema de inscripción no son errores, es un plan que hace que la gente pague matrícula en escuela privada. Todos los años se incrementa el presupuesto para las escuelas privadas.
“Cualquier razón que esgriman para justificar esta diferenciación va en contra de la inclusión y de los grupos heterogéneos. No puede haber una razón válida”, apunta Patricia Pines, docente que integra el Colectivo Vacantes para Tod@s.
El viernes 25 de noviembre, familias, docentes, militantes de diversas agrupaciones sociales, entregaron en el Ministerio de Educación de la Ciudad un petitorio en el que proponen a la ministra Soledad Acuña una serie de medidas concretas para que los chicos no se queden sin vacantes para 2017.
Las propuestas principales son muy claras: aprovechar los edificios ociosos que tienen, tanto el ministerio como el Gobierno de la Ciudad, y ejecutar el reducido presupuesto de la cartera para abrir nuevos colegios. Sin embargo no parece fácil: los terrenos y el presupuesto también puede ser fuente de negocios para empresarios amigos.
“Hay soluciones a corto y mediano plazo. Hay escuelas privadas que cerraron y se pueden expropiar. Tienen toda la estructura lista como para poder funcionar en 2017”, agrega Patricia Pines. Un caso emblemático es el colegio Ex Santa Rosa de Caballito, ubicado en Rosario 638. Ya hay un proyecto de expropiación, pero una empresa constructora pretende tirar todo abajo y edificar torres y cocheras. Además los vecinos del barrio se oponen, porque las torres los están dejando sin luz durante los días de calor. “También hay un jardín que cerró hace tres años en la calle Venezuela 2271, en donde podría haber 400 vacantes. Y hay otro en Chivilcoy 1985, que hace diez años lo cedieron al club All Boys, para que hiciera un jardín maternal que nunca llevaron a cabo; el Gobierno de la Ciudad debería recuperar ese espacio”.
La falta de vacantes es una decisión política: “Se abrieron tres escuelas en ocho años. Por eso no hay vacantes. Todos estos errores en el sistema de inscripción no son errores, es un plan que hace que la gente pague matrícula en escuela privada. Todos los años se incrementa el presupuesto para las escuelas privadas. Y cada vez funcionan más Centros de Primera Infancia- CPI-”, subraya Pines.
Los CPI son las instituciones que según consta en la página web del Gobierno de la Ciudad “garantizan el desarrollo saludable de niñas y niños de 45 días a 4 años en situación de vulnerabilidad Social”. Pines las define de otra manera: “Allí no hay docentes. Es una educación de segunda, es un retroceso pedagógico, es retroceder 50 años. Van a alimentarse y a que les cambien el pañal, no hay educación”.
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