El testimonio de un padre cuyo hijo participa de la toma del colegio Lengüitas. El miedo de saber que un patrullero irá a su casa, la desesperación en grupos de WhatsApp y un pedido a la ministra de Educación porteña para que no cierre el diálogo y escuche a alumnos y alumnas. ¿Por qué? Porque hay algo que, así, no funciona.