"La autogestión es fundamental en la Argentina"

por Revista Cítrica
24 de agosto de 2013

Pudo haber sido una estrella de Hollywood pero decidió quedarse en la Argentina. Rodrigo De La Serna habló de proyectos autogestionados, de medios de comunicación y del Che.

Afuera, pasaban autos y colectivos apurados. La calle Corrientes, ahí en donde brillan las marquesinas de los teatros porteños, no se quedaba quieta. Y él, el tipo comprometido, pausado y taza de café en mano, nos contaba sin nada de prisa como empezó a dar sus primeros pasos en la actuación.








En la vida de Rodrigo De La Serna el tren del destino paró muchas veces en su estación. Fue un afortunado. Y lo admite. Aunque también es cierto que a veces eligió subirse, otras cambiar de vagón y que, hasta alguna vez, prefirió quedarse en el andén. Sin embargo lo más admirable es que siempre, y el presente lo demuestra, optó por la mejor opción.




La primera vez que pasó el tren, aquella que marcó su destino para siempre, el vagón que había elegido estaba lleno y debió resignarse a subir a uno contiguo.Por aquel entonces Rodrigo tenía doce años y quería subirse siempre a la locomotora. “He hecho miles de vandalismos, era un muchacho con demasiadas inquietudes”, recuerda a la distancia el actor De La Serna de ese niño revoltoso, salvaje, repleto de energía y de muy mala conducta.Entonces ese pibe no dudó y cuando tuvo que elegir entre tres talleres, seleccionó el de periodismo. “Andá a saber que tipo de periodista hubiese sido, no se me ocurren buenas preguntas. No me hubiese sentido a gusto”, se alivia ahora de no haber entrado en el mundo de la prensa. El cupo estaba lleno y debió subirse al vagón de al lado: al taller de actuación.




¿Qué te significó el taller? 




Marcó mi vida para siempre, descubrí un oficio hermoso. Toda esa energía que tenía la pude volcar y sublimarla para lugares lindos como obras de teatro. El taller le dio un curso a mi vida. Le pude dar más forma y más sentido a la parte emocional: el teatro es una de las artes en la que uno más expone sus sentimientos. Fue una suerte encontrar lo que quería desde tan chico. 




¿Tus viejos te apoyaron?




Encima ganaba unos mangos en la adolescencia y no era un peso económico para mis viejos. Ellos vieron que disfrutaba de lo que hacía y que había respuesta de la gente de lo que yo hacía. Así que me apoyaron. En definitiva habrán visto que mi vida iba cobrando un sentido y una dirección”.




Pudo haber sido una estrella de Hollywood pero decidió quedarse en la Argentina con su hija. Trabaja en Maswichtz en un proyecto autogestionado y su versatilidad para interpretar personajes históricos, locos o pibes de barrio lo convirtió en uno de los actores más importantes y reconocidos de su generación.




Segunda estación




Rodrigo ya había tenido algunos papeles importantes en la televisión. Era un actor en ascenso y le surgió la posibilidad de un casting para interpretar a Ernesto Guevara De La Serna o a “un cordobés, a un tal Alberto Granados”.  El actor pensó se llama De La Serna como yo, me encanta, soy yo, voy a hacer del “Che”. Se concentró en conseguir el papel y realizó una gran audición. Pensó que quedaba pero Walter Salles, el director de la película, le dijo: “Bueno, ahora hace el otro”. Y le salió bárbaro. “Muy bueno su trabajo -dijo Salles- hay un inconveniente: tiene que engordar 20 kilos para hacer el personaje, ¿lo hace?” “Por supuesto que sí”, contestó De La Serna.




Aún Rodrigo no tenía conciencia de que este tren lo llevaría al viaje más mágico de su vida. A uno que formaría incluso sus ideas. Uno que le permitiría conocer la realidad latinoamericana y le abriría puertas a lecturas, músicas y artistas impensados.




Así como tampoco Rodrigo tenía idea de que la película le daría una entrañable amistad con Alberto Granados, el amigo del “Che”. 




¿Cómo fueron los viajes del rodaje de Diarios de Motocicleta?




Lo de la experiencia de la película del Che no puedo creer que me haya pasado a mi , parece como un sueño por todo lo que significó esa experiencia. Todos los viajes que tuve por esa película, no solo el rodaje, los meses previos de preparación, después un año y medio de gira por todo el mundo con la película. Conocer a Alberto Granados, a los hijos del Che, que los conocí en la intimidad, me hice casi amigo, me sentí como en familia, además compartimos apellido y eso nos dio la excusa como para entrañar más la relación. Fue como mágico. El laburo con Gael, Walter Salles, toda la gente que conocimos en la película, artistas en Chile, Perú, músicos, actores, el contacto con los pueblos originarios profundísimo ahí en Temuco. Nos hicieron una obra de teatro en un mapuzubum , una comunidad, una noche mágica, increíble. En Machu Pichu con el pueblo quechua, en el Amazonas y decis “loco, no lo puedo creer”. Mucha alegría, me ves ahí en la película y estoy como prendido fuego. Es una suerte increíble la que tuve con eso. Fue muy lindo el contacto con la gente, con artistas, hablar con los mapuches. La selva fue increíble, lo recuerdo y no lo puedo creer, eso en algún lado está pero que lastima que ya pasó, un duelo tremendo de terminar, hacerse cargo de que el viaje se había acabado fue duro.




Tercera estación




“Diarios de Motocicleta” le abrió a Rodrigo De La Serna puertas en todo el mundo. Lo nominaron a todos los premios. Vulgarmente se podría decir que tocó el cielo con las manos. Y lo invitaron a irse a vivir a Los Ángeles para trabajar en Hollywood. Pero optó por no subir al avión, por dejar pasar el tren y quedarse en el anden.




¿Por qué no aceptaste hacer una carrera en Estados Unidos?




No quise, tenía a mi hija y a mi mujer viviendo acá. El único que la manejó muy bien ahí fue Gael(García Bernal), después vino Bardem pero por lo general te estigmatizan mucho como latino. Sos el que baila salsa a la noche y de día limpia los baños o el narco que está a punto de bombardear casa blanca para justificar después invasiones a otros países. Es entrar a un juego peligroso. Me llegan todavía castings que vos decís “loco, estos gringos no pueden hacer esto, basta por favor”.




Empezaste en la actuación siendo muy chico, después de tantos años y experiencias en la televisión e intervenciones en la radio y las revistas, ¿Cómo te llevas con los medios?




Yo no me siento parte de los medios de comunicación. Para nada. Hay que saber sobrevivir a los medios. Hay que saber ser utilizado y utilizarlos cuando uno quiere promocionar algo que le interesa, decir algo que de verdad le importa. No quiero ser parte de lo que son hoy los medios de comunicación y lo que están significando comunicando. No me interesa. No me interesa ser un personaje mediático. Me interesa comunicar desde las películas que hago. O sea mi opinión está ahí. Mi opinión profunda y sincera está en mi trabajo, no está en mis declaraciones.




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