“Queremos infancias más libres”

por Magalí Aquino
02 de junio de 2017

Magalí, una nena de 10 años fanática de las antiprincesas de Editorial Chirimbote, entrevistó a Nadia Fink, la creadora de libros infantiles. Risas, preguntas simples y los nervios de ser periodista por un día.

La noche anterior preparé las preguntas. Eran miles. Quería saber de todo: ¿Cómo se aprende tanto de historias desconocidas? ¿Le gustará hacer deportes? ¿Y bailar? Nos encontramos en Parque Centenario a charlar de las batallas de Juana Azurduy, las infancias libres y el amor de Frida Kahlo, los cuentos de Julio Cortázar y María Elena Walsh, su pasión por el fútbol y su amistad con Eduardo Galeano. ‘¿Qué pensás de las princesas de Disney?’, me animé a preguntarle.  

Pero eso fue un rato más tarde. Cuando llegué al encuentro, en la puerta del museo de Ciencias Naturales, me puse tan nerviosa que no le podía hablar ni mirarla. “Vos tenés vergüenza y yo un pánico terrible. Si querés miramos las dos para abajo, así nos animamos”. Eso me dijo Nadia, con una sonrisa. Y así empezamos mi primera entrevista.

M-¿Por qué de tantas personas elegiste a esas mujeres para contar sus historias?

N- En realidad a Frida y a Violeta ya las conocía porque había hecho unas notas sobre ellas. Entonces ya las tenía investigadas y me encantaban, me parecían impresionantes sus vidas. Y a Juana ya le tenía muchas ganas, por eso fue la tercera. Como decimos que la colección es bien de Latinoamérica, queríamos que vaya rotando de países, que no sean siempre de Argentina. Por eso fuimos eligiendo a esas mujeres latinoamericanas.

M-¿Cuándo pensaste que podías ser una escritora?

N-No lo pensé nunca. De hecho cuando me dicen que soy escritora me asusto. En realidad se me fue dando .Escribía desde chica pero sobre fútbol. Me tiraba panza en el suelo a mirar los partidos y a anotar cosas. De grande estudié corrección literaria y empecé corrigiendo y después a escribir, como un trabajo militante en la revista Sudestada. Y me decían: ‘Che, Nadia, tenés que escribir algo vos’. Y finalmente lo hice. Lo primero fue una nota de fútbol. Después me fui animando más y escribí para chicos y chicas. Pero no lo pensé nunca, la verdad.

De chica quería ser directora técnica de un equipo de fútbol y periodista deportiva. También quise ser maestra. Pero nunca me imaginé escribiendo un libro. En la escuela nos hicieron hacer un diario y con un amigo hicimos uno con noticias graciosas. Esa fue mi primera experiencia. Ojo que para mí ser escritora es una herramienta. No es que yo soy Nadia ‘la más mejor’. Creo que cuando una escribe lo mejor que puede hacer es contar historias que a veces no son tan conocidas.

M- ¿Qué mensaje querés transmitir con tus libros?

N-  No sé si un solo mensaje. Tenemos ganas de que se conozcan esas historias de mujeres y hombres que de verdad fueron muy importantes. Siempre hablamos de infancias libres, con la idea de que cada chica y chico pueda ser lo que quiere ser en su vida. Eso sí nos parece fundamental porque hay chicos y chicas que tiene miedo de sentir lo que sienten o decir lo que piensan: ‘Si hago esto me van a decir que soy varonera o un flojito’. Ojalá los ejemplos que damos sirvan para mostrar que cada uno y una pueda ser lo que quiera ser.

M- ¿Y qué necesita una nena para ser una antiprincesa?

N- Lo primero es escucharse, saber cómo una quiere ser. Las princesas son muy estereotipadas: todas de pelos lacios, prolijas y correctas. Tenemos que tratar de que ese modelo no nos condicione. Tal vez a una antiprincesa le guste usar vestidos o jugar con muñecas, y eso está bien. Pero solo si le gusta a ella, que no sea impuesto por nadie. Una buena antiprincesa seguro tiene que decir siempre lo que le dé la gana y ser como desea ser. Hay que ser auténtica y fiel a nuestro deseo. Ser más libres.

M- Entonces mi hermana lo es porque le gusta todo: jugar con muñecas y también con camiones.

N- ¿Y a vos qué te gusta?

M. Me gusta leer y jugar. Siempre me trepó a los árboles de mi casa. Voy hasta arriba y me quedo ahí un rato. Yo soy una antiprincesa también. ¿No? (risas).

N-Uh, como el Che, que leía arriba de los árboles.

M- ¿A qué antiprincesa te pareces?

N- No me parezco, pero si tuviera que elegir a una me encantaría ser Juana Azurduy por un rato. Me encantaría andar arriba de ese caballo con la espada libertando por ahí. Y Gilda también me gusta mucho. Cada una trascendió a lo que habían pensado o deseado para ellas. En eso sí un poquito me identifico con todas. ¿Y tu preferida cuál es?

M- Gilda me gusta mucho. Pero me parece que también un poco todas. ¿Qué pensás de las princesas de Disney?

N- Tengo una hija y desde que ella era chica pienso en mostrarle alternativas. Las princesas dicen que las mujeres solo tienen que ser de una manera y nos ponen en lugares demasiado quietos. Disney casi siempre muestra esas mujeres de adorno, lindas y buenas que esperan un príncipe que las rescate y se case con ellas. Y las mujeres hacemos otras cosas en la vida real.

M- ¿Cómo hiciste para saber tanto de la vida de cada uno de los antihéroes y las antiprincesas?

N- Leí mucho y así fui aprendiendo. El Che me costó bastante porque se dijo tanto sobre él y yo no quería equivocarme. De Gilda, que no había tanto escrito, busqué todas las entrevistas y las notas que le hicieron en su vida. Y de Juana tuve que leer siete libros.

M- ¿Tantos?

N- Sí, muchos.

M- ¿Cómo fue conocer a Eduardo Galeano?

N- Fue hermoso. Lo había leído mucho y lo admiraba porque me parece un gran escritor. Y cuando tuve la posibilidad de ir a conocerlo a Uruguay estaba muy nerviosa. De hecho la primera hora de entrevista no hablé. Me la pasé callada. Y después entablamos una amistad. La segunda vez que lo vi ya estaba más relajada.

M- ¿Qué leíste en tu infancia?

N- Me gustaba mucho Dailan Kifki, de María Elena Walsh. Lo súper recomiendo porque es una novela linda. Y después leí mucho los libros del Pajarito Remendado y El Sapo en Buenos Aires, de Gustavo Roldán.

M- ¿Qué otros libros nos recomendás?

N- Todos los de Gustavo Roldán; Silvia Schujer, Graciela Montes y Pablo Bernasconi, un chico de ahora que dibuja y escribe. Y Cortázar, leer siempre a Cortázar. Historia de Cronopios y de Famas tiene cosas que pueden divertirte.

M-¿Cómo se trabaja en Chirimbote?

N-Somos muchas personas en este proyecto y todo es autogestivo. A veces figura más mi nombre o se leen mis palabras pero la conexión que logramos con las ilustraciones de Pity es fundamental. Somos muchos y muchas más para que esto salga, funcione, circule y se conozca en todos lados.

La entrevista terminó. Nadia se iba rápido a una charla sobre fútbol y mujeres. Nos abrazamos y me dijo 'gracias'. Ella a mí. Ahora cuando leo sus libros imagino su voz y su sonrisa al escribirlos. Me encantó conocerla.

 

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