Una tortura y un aborto

por Redacción Rosario
20 de septiembre de 2013

A Adriana Arce le quitaron para siempre la posibilidad de ser madre. Mientras sectores perversos de la prensa se dedican a cuestionar la cifra de desaparecidos, en los juicios por delitos de lesa humanidad se demuestra que el horror no se mide con números.

La sobreviviente de la última dictadura Adriana Arce declaró esta semana ante el Tribunal Oral Federal 1 de Rosario cómo perdió un embarazo durante la tortura cuando estuvo cautiva en un centro clandestino de detenciones. “Me hicieron un aborto sin anestesia. Empezaron a pegarme y a picanearme, me dijeron que me desnudara”, contó la mujer sobre los tormentos que sufrió tras ser secuestrada el 11 de mayo de 1978, cerca de la terminal de ómnibus de Rosario, y trasladada al centro clandestino que funcionó en la ex Fábrica Militar de Armas “Domingo Matheu”. 

“Para aplicarme la picana me la ponían debajo de las uñas, y así perdí a mi hijo, me hicieron un aborto sin anestesia”, abundó Arce ante los jueces entrerrianos Roberto López Arango, Lilia Carnero y Noemí Berros, integrantes del TOF1 de Rosario. Arce, que fue asesora del juez español que investigó los crímenes de la dictadura Baltasar Garzón, declaró este jueves en el juicio oral por la causa conocida como Guerrieri II, en la que están acusados por delitos de lesa humanidad 12 militares y personal civil de inteligencia retirados. Contó que era militante sindical del gremio docente en Rosario cuando se inició la dictadura y brindó detalles de su secuestro. Corroboró que estuvo cautiva en el ex Fábrica Militar, en el Batallón de Inteligencia 121 y, tras ser sometida a Concejo de Guerra de las Fuerzas Armadas, estuvo detenida en la cárcel de mujeres de Villa Devoto hasta recuperar la libertad.

 Al detallar los tormentos que sufrió a manos de “la patota” del Batallón 121, entonces dirigido por el ahora imputado Pascual Guerrieri, se explayó en la perversidad de los represores: "Me hicieron un aborto sobre la mesa donde comían (sus verdugos), donde me tenían de brazos y piernas”. El represor que la atendió le dijo: "no tengo muchas posibilidades, yo no te puedo operar por abdomen, te voy a limpiar, pero no te puedo asegurar que no te vayas a morir". “Arce se desmayó y nunca más pudo quedar embarazada. La dictadura le quitó la posibilidad de tener hijos. De dar vida. 


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