“Noceti nos sigue persiguiendo”

Los gendarmes que desaparecieron a Santiago Maldonado, los que reprimieron a la Pu Lof en resistencia, los quemaron un banco de semillas, los que secuestraron las herramientas de trabajo, los que debieran estar separados de sus funciones si la ministra de Seguridad Patricia Bullrich no insistiera en negar la realidad, los que actúan bajo el cinismo del jefe de gabinete del ministerio Pablo Noceti. Esos mismos gendarmes intimidan y persiguen a los mapuche y a organismos de Derechos Humanos.

Diana, Mateo y Néstor son tres de las nueve personas que fueron detenidas el lunes 31 de julio en el juzgado federal de Bariloche por reclamar la liberación del lonko Facundo Jones Huala. Y les abrieron una causa. A un mes de haber sufrido la represión estatal, debieron dirigirse a firmar al escuadrón 35 de Gendarmería que corresponde a El Bolsón. A firmar para comprobar que no se escaparon del país. A firmarles a los gendarmes que desaparecieron a Santiago, que no tienen ninguna causa abierta y que no tienen que firmar nada en ningún lado. Y que para completar la burla del Estado represivo, filmaron e intimidaron a estas tres personas  este mediodía en la entrada del Escuadrón.

Diana es integrante del Colectivo de Derechos Humanos de El Bolsón. Sergio y Mateo son mapuche de El Bolsón. Todo empezó frente al juzgado federal de Bariloche –a cargo del juez Ricardo Villanueva-, el 31 de julio, cuando activistas y autoridades mapuches reclamaban por las condiciones en que estaba detenido el lonko Facundo Jones Huala. “Se cumplía el límite para que estuviera detenido, entonces fuimos. Habrán pasado 15 minutos, llegaron las fuerzas especiales y nos desalojaron de la entrada. Ahí empezó un forcejeo. Nos tiraron balas de goma, nos persiguieron durante dos cuadras. Participaba Policía de Seguridad Aeroportuaria, la Gendarmería y la Policía rionegrina. Yo me quedé acompañando a una chica a la que un gendarme le bajó los dientes y ahí nos detuvieron”, recuerda. La liberaron al día siguiente, el mismo día en que en la Pu Lof en Resistencia Cushamen esa fuerza de uniformes verdes aplicó la violencia y desapareció a Santiago Maldonado.

“Hoy fuimos a firmar al escuadrón 35 que corresponde al Bolsón, que es lugar de la justicia federal acá, para constatar nuestro domicilio. Lo tenemos que hacer una vez por mes, pero como al  Jefe de la Gendarmería de Bolsón, Fabián Méndez, lo estamos denunciado, queríamos tener ciertas garantías entonces lo hicimos público por eso nos acompañaron fotógrafos y otras personas. Firmamos en disconformidad y aclaramos que esa causa que nos hicieron es por luchar, pero también porque sabemos que esa sede de Gendarmería  formó parte de la desaparición de Santiago”, nos dice Diana. Aún siente el frío que le provocó ver a esos efectivos, quienes intimidaron y hasta llegaron a filmar de cerca a quienes se manifestaron este mediodía.

“Nos recibió un oficial y sufrimos las mismas provocaciones de siempre: nos estuvieron filmando muy de cerca algunos gendarmes antes de entrar a firmar. Nos estuvieron esperando 40 minutos. Todos los integrantes de esa sede de Gendarmería habían ido a reprimir al Lof y además habían formado parte de la desaparición de Santiago. Esto terminó cuando pudimos entregar nuestras notificaciones en disconformidad. Fabián Méndez, la persona a la que estamos denunciando se asomó por la puerta y nos miró demostrando que estaba ahí, haciéndose ver por todos los que estábamos afuera”. Una demostración de poder. Como la de los jueces Gustavo Villanueva y Guido Otranto. Como la manifestación fue en Bariloche es Villanueva quien lleva la causa y quien busca artilugios legales para aumentar las penas a pedido del poder ejecutivo. “El juez decide aumentar penas y lo relacionamos con ley antiterrorista y las causas tienen que ver con intimidación pública, figuras que apuntan a criminalizar la protesta. Villanueva y Otranto han recibido instrucciones del jefe de gabinete del ministerio de Seguridad para aumentar las penas de quienes se manifiestan. Pablo Noceti nos sigue persiguiendo”, asegura Diana.

Pero al menos los vecinos de El Bolsón, las organizaciones de Derechos Humanos y los medios comunitarios están atentos para evitar más atropellos: “Nos parece un acto de fortaleza que a pesar de todas las intimidaciones que venimos sufriendo, hoy nos hayan acompañado treinta personas a firmar. El jefe del operativo se sintió muy incomodo y eso se notó. En cada momento que nos quieran hostigar vamos a estar preguntándoles dónde está Santiago”.