Nadando por la vida

por Jorge Torres Fariña
07 de noviembre de 2016

Hernán Sachero tiene 37 años y recibió un transplante renal. Su propia hermana fue la donante. Nadador, multi medallista en los Juegos Mundiales de Trasplantados, dedica su vida a la concientización por la donación de órganos.

Pedir una segunda oportunidad para hacer algo que no salió como esperábamos, o como esperaban que lo hiciésemos, debería ser algo a lo que estemos acostumbrados. Sin embargo, hay segundas oportunidades que no son tan cotidianas, como por ejemplo volver a nacer. 

Hernán Sachero tiene 37 años. Pero hace cinco años nació de vuelta. Su nuevo cumpleaños es el 25 de abril de 2011, la fecha en que Vanina, su hermana le entregó su riñón y junto a él, la posibilidad de una nueva vida. Desde entonces Hernán hace todo lo posible para devolver un poco de lo que recibió. Hoy es un nadador reconocido por sus logros en el mundo del deporte de trasplantados y recorre la provincia de Buenos Aires buscando concientizar a la sociedad sobre la importancia de donar órganos y las posibilidades que los trasplantes dan. Y claro, se utiliza a él como prueba, como el mejor ejemplo.

“A los 5 meses de trasplantarme me metí al agua por primera vez. Llamé a un amigo que es entrenador y le dije que en noviembre de 2012 quería participar de una competencia. Pensó que estaba loco, pero aceptó. Me ha ido bien, pero lo importante de competir es demostrar la calidad de vida que podemos tener los trasplantados”, le cuenta Hernán a Cítrica sus inicios en el deporte de trasplantados.

A los 5 meses de trasplantarme me metí al agua por primera vez. Llamé a un amigo que es entrenador y le dije que en noviembre de 2012 quería participar de una competencia. Pensó que estaba loco, pero aceptó.

Si bien en la adolescencia practicaba distintos deportes, y durante varios años se había dedicado a la natación, tras finalizar sus estudios se alejó de la actividad física. Y comenzó una vida de excesos. En 2008, y tras una serie de estudios, se enteró que uno de sus riñones estaba atrofiado y el otro funcionaba al 40% de su capacidad. Sólo había dos caminos por tomar: hacer diálisis o un trasplante. La primera opción fue descartada debido al marcado deterioro físico y mental que conlleva el tratamiento. Fue por eso que, tomando los recaudos necesarios, aguardó hasta que pudiera realizarse la operación. 
 
La actualidad lo encuentra en una situación muy distinta. Ya afianzado como nadador trasplantado y con una gran cantidad de medallas, dedica una parte considerable de su tiempo a la concientización sobre la importancia de la donación de órganos. Además colabora desde Incucai, donde se desempeña como comunicador, o desde ADETRA (Asociación que agrupa a los deportistas trasplantados y de la que es vicepresidente). Brinda charlas en distintos lugares (sean colegios, universidades, ONG, etc.) y busca que su mensaje llegue a la mayor cantidad de gente posible, con el objetivo de comunicar sobre la importancia de la donación de órganos y que los trasplantados sean conscientes de los cuidados que deben tener, para que su calidad de vida no disminuya. Y la mejor forma para conseguirlo es a través del deporte.

Los trasplantados deben tomar inmunosupresores de por vida para que el cuerpo no detecte el órgano que le es ajeno. Sin embargo, estos remedios bajan sus defensas. Entonces, la actividad física se transforma en una herramienta clave para eliminar las toxinas que esos medicamentos tienen. 

Es por eso que Hernán celebra cada vez que alguien -en condiciones similares- quiere sumarse al deporte. Y por suerte, y gracias al trabajo de Hernán y muchos otros otros, cada vez son más. Algunos lo han hecho a partir de las charlas que él dio por la provincia, pero muchos otros se interesaron a partir de la gran difusión que tuvieron los Juegos Mundiales de Trasplantados que se realizaron en Mar del Plata el año pasado. Más de 1200 atletas de 44 países se hicieron presentes, algo que llamó la atención de los grandes medios. Y a través de ellos, decenas de trasplantados se enteraron de las competencias y se animaron a hacer deporte.

“Falta mucha conciencia en la sociedad y en la dirigencia. Los políticos no tienen la más pálida idea de lo que se trata, pero en los Juegos Mundiales de Mar del Plata conseguimos algo que ninguna delegación argentina logró alguna vez, que es terminar en el podio del medallero final de la competencia. Con 144 medallas alcanzamos el segundo lugar”, comenta Hernán.

Un fiel reflejo de los avances es que para el primer gran evento de deportistas trasplantados de este año se espera una concurrencia récord de participantes. Entre el 15 y el 20 de noviembre, en Mendoza, se realizará la undécima edición de los Juegos Argentinos y octava de los Juegos Latinoamericanos. Los organizadores esperan que participen unos 400 deportistas, teniendo en cuenta la importancia del Mundial pasado y que “a nivel regional y latinoamericano, Argentina es referente. El torneo de Mendoza es el de mayor envergadura porque no hay evento que junte tantos trasplantados y menos aún para hacer deportes. Entre otras, este año van a participar delegaciones de Colombia y de Puerto Rico”.

Aún abocado a la organización de este certamen continental, Hernán no deja de lado nunca su tarea como comunicador ni los entrenamientos, como así tampoco su vida familiar.  Todo es un conjunto y demanda mucho tiempo. Tanto Hernán como sus compañeros de la CD saben que es una gran responsabilidad la que tienen, pero la llevan adelante con gran motivación porque entienden que su trabajo ayuda a mejorar la calidad de vida de cientos de trasplantados, que tampoco quieren desaprovechar esta segunda oportunidad.

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