Motín en la cárcel de mujeres de Ezeiza

Son más de cuatrocientas. Denuncian la represión intramuros con un “motín pasivo”. Las agreden y nos les dejan entrar comida.

417 presas en Ezeiza llevan tres días sin salir a trabajar a los talleres ni reciben la comida del penal. Este “motín pasivo”, así lo llaman, es la respuesta a la represión que sufren ellas mismas y la violencia y verdugueo contra sus familiares. Por caso, al cierre de esta edición Gabriela Roldán y Belen Peralta fueron apaleadas por miembros de “la pesada” y ensangrentadas “las mandaron a los tubos” (celda de castigo), según informó una compañera anónima.

Por su parte, los penitenciarios hacen caso omiso a todo pedido de atención médica y a quién insiste la callan a palazos. El hecho se repite con solicitudes de audiencias por visitas especiales o cualquier otro tema.

A la vez, los familiares son sometidos a requisas humillantes, incluidos los chicos. Así, se hizo más intenso el ensañamiento que, por ejemplo, no deja entrar la mercadería, luego de largos y costosos viajes, y cambian las reglas en un juego perverso: “hoy entran tres jugos” pero mañana “solo uno”. Esta fruta no, esta verdura sí, pero mañana será al revés.

Los hechos coinciden con la retirada de Marambio, quien regresa a España luego de ser nombrado dos veces al frente del Servicio Penitenciario Federal por Cristina Fernández. Una de las represaliadas expresó: “así, con saña y maldad se va el director nacional, por favor denuncien, hagan algo que nadie nos escucha”.

Fuente: Agencia Rodolfo Walsh

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