Mucho más que salidas transitorias

por Mariana Aquino
27 de diciembre de 2016

Algunos sectores quieren limitar las excarcelaciones de los procesados y restringir las salidas. Para las personas privadas de su libertad, las horas fuera de la cárcel se transforman en trabajo, reinserción social y dignidad.

Semanas atrás, la Cámara de Diputados avaló un proyecto presentado por el Frente Renovador que, de aprobarse en el Senado, limitará las excarcelaciones de los  procesados y restringirá las salidas transitorias, entre otras modificaciones. La posible reforma de la ley N° 24.660 despertó el rechazo de personas privadas de su libertad, familiares y gran parte de la sociedad que cree en la inclusión social y laboral después  de la cárcel.

Ante los prejuicios y discursos represivos que bajan desde medios de comunicación, en los que se asegura sin un análisis profundo que este tipo de medidas contribuirían a bajar los índices de inseguridad, una pregunta ayudará al debate y al conocimiento mayor de un derecho que por estos días está en riesgo de ser vulnerado: ¿Qué representa el tiempo libre para quienes están cumpliendo una condena y pasan sus días entre rejas?

“Con las salidas transitorias uno está con la familia y se recuperan esos vínculos muchas veces dañados. También salís para estudiar y activar contactos que se generan con algunas organizaciones. Porque cuando salís estás completamente solo y vas a buscar laburo y no tenés experiencias, solo antecedentes. La sociedad muchas veces te da la espalda. Nosotros cuando empezamos con la cooperativa salíamos a comercializar y comprar materia prima. Después de tanto hacinamiento y violencia es necesario ese tiempo”, expresa Marcelo Vargas,  socio fundador de Kbrones, la primera experiencia cooperativa en contexto de encierro.

Kbrones nació en 2009 por iniciativa de personas con antecedentes penales que se conocieron en la unidad N° 12 de Gorina, en La Plata. Hoy, la cooperativa genera 15 puestos en sus talleres textiles de Barracas. Ellos se organizaron para cambiar prejuicios por trabajo y hacerse unos pesos dignamente. Y lo consiguieron.

“La reforma sería un retraso. Los pibes no tendrían la motivación para hacer otra cosa  que no sea delinquir. Porque la ley también te garantiza el derecho al trabajo y la educación”, analiza Martín Villalba, presidente de la Cooperativa Visión, Trabajo y Futuro de Almirante Brown. Él estuvo preso durante diez años. En ese tiempo, terminó el secundario y empezó a estudiar Derecho en la Universidad Nacional de Córdoba. Y en  una de esas salidas se acercó al mundo cooperativo. “Cuando terminé mi condena, volví a Buenos Aires y no conseguía trabajo. La discriminación laboral y el abandono institucional no son mitos. En Kbrones me ayudaron a cumplir mi sueño: formar una cooperativa y darle una oportunidad a pibes de mi barrio. Ahora somos 10 socios y 15 aspirantes. Estamos trabajando”, cuenta Martín.

Para Gastón Bosio, especialista en derecho penal y asesor del Sindicato Único de Trabajadores Privados de la Libertad Ambulatoria, “las cárceles en Argentina son depósitos de personas. No reinsertan, ni resocializan.  Para socializarse hay que estar en comunidad. Es imposible fijarse objetivos de tal naturaleza con personas encerradas”.

Además, asegura, “el pensamiento punitivo se promueve y recicla desde los medios de comunicación de manera permanente, y cada vez con más énfasis”.

“Lo que traería esa reforma es el abandono total del Estado. Se le negaría a las personas la reinserción en la sociedad, tal como dice la Constitución Nacional y  los tratados internacionales. Las penas se deberían cumplir sin ningún tipo de tratamiento, sin ninguna alternativa para salir de manera progresiva”, remarca Silvio Romero, presidente del Centro Universitario de la Unidad Penal 31 de Florencio Varela.

A la huelga

Después de nueve días de huelga de hambre, los/as presos/as de las diferentes unidades de la provincia de Buenos Aires lograron la conformación de una mesa de diálogo con las autoridades de los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial, para abordar la problemática general que atraviesan las cárceles bonaerenses. Será el próximo miércoles 28.

 “La violación sistemática de los derechos humanos y el incumplimiento de las normas penales vigentes en materia de penas y excarcelaciones, así como la superpoblación y hacinación que padece el servicio penitenciario”, denuncian desde los penales de hombres y mujeres: las unidades 1 de Olmos, 8 y 33 de Los Hornos, 9 de La Plata, 31 de Florencio Varela, y 33, 36 y 47 de San Martín. 

 

* Nota publicada en el suplemento Autogestión, de Tiempo Argentino.

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