Los lápices preguntan: ¿Dónde está Santiago Maldonado?

Emilce Moler, sobreviviente de La Noche de los Lápices, asegura que el nuevo aniversario nos interpela sobre este presente con una desaparición forzada.

Por Emilce Moler*

Un aniversario más que conmemora la Noche de los Lápices nos interpela para reflexionar sobre el pasado pero, sobre todo en estos tiempos difíciles que estamos viviendo, sobre el presente que atravesamos. Y es por eso que tenemos que hacer memoria, recordar nuestro pasado reciente para pensar, hacer parangones, analizar similitudes y diferencias. En ese ejercicio memorioso, podemos ver que los jóvenes de ayer como los de hoy siempre interpelaron e interpelan a los adultos, tienen ideales y luchan por una sociedad más justa. Hace años, a nuestra natural participación se contestó con una violencia, con una dictadura inusitada. ¿Qué cambia? Los tiempos políticos, las condiciones.

Durante los últimos años se abordaron en forma permanente las temáticas DDHH, tanto en las conceptualizaciones sobre la memoria, como en las  tensiones en que se inscriben y los conflictos que generan.

Hubo espacios donde se repensó cómo continuar en estas trasmisiones. Y en este nuevo desafío los jóvenes son quienes vuelven a crear interrogantes que nos atraviesan. Permitir y promover que surjan estos conflictos naturales, estas contradicciones, es un paso no sólo necesario sino sumamente motivador para que ellos puedan apropiarse de la historia. Muchas veces, algunos docentes y padres se paralizan y se angustian  frente a este tipo de dificultades; pero hay que tener en cuenta que para los alumnos las controversias y tensiones, funcionan como una especie de antídoto ante situaciones que les resultan lejanas y colaboran en  el proceso de producción del relato histórico.

Durante estos años, y como adultos, trabajamos para que eso no vuelva a ocurrir nunca más. Sin embargo tenemos que seguir ocupándonos porque ese pasado se nos cuela por muchos lugares en este presente; porque si bien estamos en democracia, vemos situaciones que son altamente preocupantes y que tienen indicios muy similares con los que hemos vivido en otros tiempos. Un ejemplo son los medios de comunicación que actualmente están jugando un rol muy similar al que jugaron en la dictadura. Y aunque parezca mentira, con todos los avances tecnológicos, redes sociales, el encapsulamiento de las noticias ocurre de la misma manera; los métodos de degradación y desprestigio de los militantes sociales, de los jóvenes y de aquellos que luchan por causas populares siguen dándose de una manera muy similar a la época en que a nosotros nos consideraban subversivos, irrecuperables, una lacra de la sociedad. Otro caso en donde podemos observar semejanzas es en la Justicia.

Ante esta situación, es nuestro deber como ciudadanos estar alertas y oponernos con todos nuestros instrumentos. Sí, estamos en democracia pero hay que darle densidad porque se está achicando, está muy mínima. Hoy más que nunca debemos prestar atención y fortificarla en el campo popular para que no sigamos retrocediendo como venimos haciéndolo desde el año 2015: cada paso que se desanda es preocupante, en especial hoy día cuando no dejamos de preguntar dónde está Santiago Maldonado.

 

*Emilce Moler era estudiante secundaria y militaba en la UES cuando la secuestraron el 17 de septiembre de 1976 (la Noche de los lápices). Sobrevivió. Es docente, investigadora y luchadora. 

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