Las historias que vas a leer

por Revista Cítrica
21 de septiembre de 2013

Queremos una comunicación federal. Y mientras buscamos conectar a las provincias, nos encontramos con un mundo oculto y fascinante.

Se gritan, se pelean, se putean. Como si el ganador de la discusión fuera a tener la bendición popular y el perdedor, la condena de la sociedad. “No me corrijas esto”, dice uno. “Pero se escribe cuadriciclo, viene de cuatro”, le explica el otro. “Pero ya te dije que no. Eso no tiene nada que ver. En el deporte se le dice cuatriciclo, otra vez lo mismo”, insiste el primero. Se putean. El otro se aleja ofuscado. “Es cuadriciclo”, dice y pega un portazo que resuena entre el silencio y la calma de un feriado en la redacción de El Diario del Centro del País, en Villa María, Córdoba. Escenas como éstas vemos cuando viajamos por el país a las reuniones de FADICCRA. Personas y situaciones que nos demuestran que hacer periodismo todavía es posible. La Argentina está repleta de historias escondidas.


Los compañeros del Diario del Centro del País, que en el año 2001 fueron  abandonados por sus patrones, decidieron pelearla y crear una cooperativa. Muchos pensaron que no aguantarían demasiado. Y sí, pasaron momentos duros, pero ahora les va bien y, juntos, le ganan todos los días la batalla a esa máxima falsa que dice que no se puede vivir del periodismo sin trabajar para corporaciones o empresarios. A menos de 200 kilómetros, en Alta Gracia, funciona Radio Tortuga. Allí compartimos la visita de unos chicos de Villa del Prado (una de las localidades más pobres de Córdoba), que se están organizando para tener su propia radio y contar las verdades de su pueblo, estigmatizado por los grandes medios de la provincia. Los chicos se
asombraban con las computadoras y los cables. Esas miradas, tan ricas, no las encontramos en la prensa masiva.

 

En La Rioja nos preguntaron si conocíamos al poeta Héctor David Gática. A ese señor al que Atahualpa Yupanqui llamaba “Don Rioja” y que inauguró nuestra sección de poesía. Ahí está sentado, nos dijeron, y nunca olvidaremos esa noche que no queríamos que terminara nunca, en la que escuchábamos, por ejemplo, como ese hombrecito gigante y sabio nos contaba que de niño aprendió a escuchar el silencio, que sus poemas se los recita primero a la noche, al viento y a los árboles, y que
recién cuando éstos le dan el visto bueno, los comparte con las personas. 

 

En Resistencia le preguntamos a muchos a quién no podíamos dejar de entrevistar. Todos nos dijeron a Aledo Meloni, el escritor que ya pasó los 100 años. Le tocamos el timbre y nos invitó a pasar; hablamos como dos horas y hasta nos leyó poemas suyos y de Machado. 

 

Eso queremos, seguir contando historias. No sólo porque nos gusta hacerlo, sino para que lleguen, para comunicar, para encontrarnos en esa comunicación. Porque en La Rioja casi todos saben quién es Gatica y lo mismo en Chaco con Meloni. En Alta Gracia se sabe donde es Villa del Prado y en Villa María se conoce la historia de lucha del Diario del Centro del País. Pero en el resto del país no. Cuando fuimos a Rosario vimos bajar de un micro a un compañero de Lincoln agotado. “Es así. No hay
ningún micro de Lincoln a Rosario, hay que pasar sí o sí por Buenos Aires”. Nosotros no queremos que sea así. Y por eso intentaremos que la Argentina se comunique entre sí, tratando de crear los caminos que no existan o de explorar los que no estén muy transitados.

 

Editorial del número 2 de Revista Cítrica. Suscríbite para leer las historias de todas las provincias.

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