La indigencia del fútbol (segunda parte)

por Revista Cítrica
13 de febrero de 2015

Fuimos recorriendo barrio a barrio, potrero a potrero de la Ciudad de Buenos Aires, para ver si encontrábamos alguna gambeta, algún quiebre de cintura por ahí perdido. Pero hubo poca suerte. Sin embargo nos encontramos con especialistas de la redonda y les preguntamos: ¿qué le pasa al fútbol nuestro de cada día? Esta es la segunda entrega de las charlas que mantuvo Revista Cítrica con referentes del periodismo deportivo.

“Cualquier explicación que podamos tener sobre la degradación de la sociedad argentina en lo que hace a la educación, salud, vivienda y trabajo se la puede trasladar al fútbol”, sostuvo el periodista Mariano Hamilton. “Desde la primera presidencia de Perón hacia acá todo fue empeorando en nuestro país. En el fútbol pasó algo parecido. Los años de Torneos y Competencias, pagando miseria por los derechos de la televisión, hicieron que los equipos tuvieran que vender figuras al exterior antes de que se consolidaran y eso no se arregla en un año de Fútbol para Todos. Hoy estamos en el punto más bajo y, como en el resto de las cosas que están pasando en la Argentina, vamos mejorando. Pero 40 años de destrucción sistemática o se puede arreglar con 2 ó 3 años de reparaciones”.Además sostuvo que  “No creo conformarme con poco, lo que ocurre es que todos los fines de semana recibimos poco y eso hace que se vayan naturalizando determinadas cosas”.

Llonto también expresó su enorme decepción con respecto al fútbol actual y dijo que “La desilusión mía ha sido doble. Te voy a dar un ejemplo viejo, pero que sirve. Yo en el mundial de Sudáfrica 2010 quería ver lo que pasaba después del mundial. Esperaba que el espejo y modelo de España ayudara a contagiar el entusiasmo entre entrenadores y jugadores para que se jugara mejor pero evidentemente no pasó”.

“No han aparecido talentos y los que hay no han decidido mostrarse mucho mas”, dijo Llonto y agregó “tal vez estemos atravesando un periodo donde la regularidad sea de ver jugadores de 5 o 6 puntos de rendimiento y que quizá puedan ser eficaces pero no estéticamente considerables. Generalmente, los cotejos se caen en seguida, y a los 15 minutos uno puede adivinar lo que va a ocurrir en el resto del partido. Los equipos que parecen ser los mejores tienen como característica la regularidad, la potencia, y la velocidad, pero eso es todo”.

“Esto seria como una racha de mal cine argentino. Si así ocurriera, miraremos un poco de cine francés o italiano. Uno no debería fastidiarse tanto. Cumplamos con la rutina de contar esto y veamos si hay algo afuera q valga la pena”, concluyó.

El comentarista devenido a relator, Matías Canillán, expresó su anuencia a los conceptos sobre las prematuras exportaciones de jugadores, la imposibilidad de reemplazarlos y el auge de jugadores del ascenso, como causas comunes en torno al nivel futbolístico que recorre los estadios argentinos.

Sin embargo agregó al debate otros pensamientos: “Me provoca indignación y furia lo que veo. A diferencia de otros deportes, el fútbol argentino evidencia una pereza inaceptable. Casi ningún entrenador se anima a arriesgar, pocos muestran a lo largo del tiempo un crecimiento profesional y pareciera que dejaran de prepararse y aprender. No se discute de fútbol: si preguntás, te responden con frases hechas y sin arriesgarse, porque si responden la verdad "se rompen códigos".

Al no existir debate no hay forma de crecer. Todo esto además, está estimulado por la prensa deportiva, quizás la mayor vergüenza del fútbol argentino. Debemos ser el país con mayor cantidad de prensa y medios deportivos que menos crece en cuanto a los conceptos y el debate de ideas. Porque la mayoría de esos medios se dedican a lo que rodea al fútbol o juegan su carta para ganarse la amistad de los protagonistas para obtener exclusivas. Seguimos discutiendo sobre izquierda y derecha del fútbol, lo cual es una mentira total, algo que debió haber sido superado hace más de 25 años. ¿Por qué será que en Rugby o Básquet no se debate sobre si importa o no defenderse? Porque es tan absurda la pregunta que les daría vergüenza. Al fútbol argentino no le da vergüenza”.

Llonto agregó que “entre los periodistas cada vez discutimos menos de cómo hacer buen periodismo y el resultado de todo eso es el éxito como  catalizador en los medios. Los medios son buenos si venden mucho o tienen mucho rating. La preocupación por hacer buenos productos es cada vez menor. La preocupación mayoritaria es por conseguir más avisos o vender más”.

Canillán expuso que “todos creen que lo saben todo y sentarse a escuchar a otro es ponerlo por encima de uno mismo. Es patético. Los jugadores que cuando llegan a Europa son capaces de atajar si hace falta, ¡acá critican al técnico si les pide que se corran quince metros para tapar un hueco! Cuando la chatura de lo que se genera es tan grande, no es posible esperar una mejoría. En general las limitaciones son escandalosas. Tanto de los protagonistas como del periodismo. La mediocridad es tan grande que no hay ni curiosidad para preguntar: La línea de 4 es "normal" y pasa. Cualquier otra cosa es "rara" y si no da resultado es el motivo del fracaso. Francamente es un concepto impresentable”.

(Continuará)

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