Cuando la justicia se toma décadas

por Taylor Dolven
12 de septiembre de 2013

La búsqueda para obtener justicia de Joan, viuda de Víctor Jara, llegó a los Estados Unidos, en donde se encuentra uno de los asesinos del cantante y militante comunista.

La búsqueda para obtener justicia de Joan, viuda de Víctor Jara, llegó a los Estados Unidos, en donde se encuentra el presunto asesino del cantante y militante comunista.

El martes 11 de septiembre en 1973, el día del golpe militar, Jara estuvo en la universidad con los estudiantes y compañeros por una exposición suya. Los militares invadieron el edificio, pasaron cuatro horas y, el 12 de septiembre, llevaron a casi todos al Estadio de Chile (hoy llamado Estadio Víctor Jara), el mismo lugar donde antes Jara tocaba para la gente.

Aislado por ser reconocido, Jara sufrió golpes, torturas, falta de comida, largos y profundos pisotones en las manos. Cuando todos iban a ser trasladados al Estadio Nacional, lo llamaron a Jara para llevarlo a los “vestuarios” (salas de tortura). Ese fue el último momento en que lo vieron vivo. El diario La Segunda, fiel a la tradición de la relación de los medios de comunicación masivos con las dictaduras latinoamericanas publicó aquel día que Víctor Jara había fallecido de manera no violenta. La hipocresía también tiene patas cortas. El cantante murió cuatro días después de manera ultraviolenta; a su cuerpo, con 44 impactos de bala, lo arrojaron afuera de un cementerio, donde finalmente lo encontraron junto a otras cuatro víctimas.

En medio de las torturas, Jara consiguió  lápiz y papel. Y escribió:  "Canto que mal que sales / Cuando tengo que cantar espanto / Espanto como el que vivo / Espanto como el que muero". Antes, cuando aún luchaba por la revolución había dicho: "La canción sigue siendo un arma de lucha. La canción auténtica tiene que cambiar al hombre para que este cambie al sistema".

Un ex militar, Pedro Pablo Barrientos, fue acusado por el asesinato. Barrientos fue a vivir a los Estados Unidos en el año 1989 y se convirtió en ciudadano estadounidense. La demanda en su contra fue presentada la semana pasada por el Centro por la Justicia y la Responsabilidad (Center for Justice and Accountability, EE.UU.) en la corte de Jacksonville, Florida. El abogado por el Centro, Almudena Bernabeu dijo que “aunque lo ideal es que la justicia pueda lograrse en el país de origen, los esfuerzos internacionales de justicia están al servicio de las víctimas y por la búsqueda de ellos, podemos apoyar y fortalecer la justicia en el país”.

Doce soldados del regimiento de Barrientos han asegurado que él asesinó a Jara."El teniente Pedro Barrientos decidió jugar a la ruleta rusa, así que sacó su arma, se acercó a Víctor Jara, que estaba de pié, con las manos esposadas a la espalda, hizo girar el cilindro de la pistola y lo puso contra la parte posterior de su cuello y disparó. El arma se disparó y Víctor Jara cayó al suelo. Tras ésto, los otros oficiales también dispararon", señaló José Paredes, uno de los soldados del regimiento que admitió también haberle disparado a Jara aunque luego se retractó de la confesión.

Barrientos tenía 24 años en el momento del asesinato. Ahora tiene 64 y vive en Deltona, Florida. Un equipo de televisión chilena encontró a Barrientos el año pasado y él negó tener relación alguna con el crimen.

Después de la muerte de Jara, su mujer y sus dos hijas fueron del país. Cuando volvieron, once años después, se dedicaron a buscar justicia por la muerte de Jara. Desde que Joan Jara presentó la demanda penal en Santiago en 1978, el caso pasó por seis jueces y los restos del cuerpo de Jara fueron exhumados para análisis forenses en 2009. "Toda la información que se ha excavado sobre los oficiales que estaban en el estadio ha sido descubierta sin la ayuda del ejército. No hay dinero que pueda curar el daño que he sufrido. He tenido dos vidas: una antes y otra después de 1973.”, asegura Joan.

Aunque la Corte Suprema de Chile autorizó la solicitud del juez de la extradición de Barrientos de los Estados Unidos en enero, el gobierno chileno todavía no envió la solicitud de extradición a las autoridades estadounidenses. El expediente judicial (543 páginas) está siendo traducido, según dijo el Ministerio de Relaciones Exteriores.
 

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