Infancias desiguales

por Revista Cítrica
24 de febrero de 2017

En la ciudad, once mil chicos/as no tienen vacantes para los colegios primarios y muchos/as más que no pueden acceder a un jardín de infantes. Las soluciones del GCBA: para los barrios del norte, educación privada; para los del sur, Centros de Primera Infancia o la calle.

No hay más vacantes. Solo listas de espera y abogados. La educación pública en la Ciudad de Buenos Aires pareciera ser un privilegio de difícil acceso. La historia de 2016 se repite este año: otros once mil chicos y chicas fuera del sistema público, más la falta en los jardines de infantes. Además se aprobó el presupuesto para Educación más bajo de la historia. Y los padres y madres vuelven a reclamar. Conseguir que el Gobierno de la Ciudad cumpla con el artículo 24 de la constitución porteña, que obliga al Estado a garantizar la educación de los/as chicos/as a partir de los 45 días de edad, está aún muy lejos de la realidad.

Ante esta situación, familias y docentes crearon el grupo Vacantes para Tod@s en las Escuelas Públicas, desde donde brindan asesoramiento y realizan manifestaciones para exigir respuestas a un Estado que juega a favor de lo privado. Desde allí también denuncian la conveniencia entre el gobierno y el Ministerio Público de Defensa. “Se niega el derecho a la educación y el derecho a reclamar. Esto es parte de un plan sistemático de vaciamiento a favor del sector del privado. Una vez que un chico ya está en una escuela, es difícil que un padre lo saque de la educación privada para llevarlo a una escuela pública. Ya se generan vínculos e identidades”, explica Patricia Pines, madre, docente y participante activa de Vacantes para Tod@s.

Hay mucha desigualdad. En lugares como Belgrano no hay demanda porque los padres recurren al sistema privado. Pero en La Boca, Barracas, Lugano o Villa Soldati es un enorme problema

Es el caso de Jerónimo Prieto, quien, a pocos días de empezar las clases, no sabe a qué colegio irá su hija.  Pidió una vacante y se la negaron, recurrió al Ministerio Público de Defensa y a la Dirección de Niñez pero -después de interminables trámites y averiguaciones sobre su poder adquisitivo, bienes e ingresos- no le dieron una respuesta. “Yo quiero que mi hija vaya a la escuela pública y voy a hacer todo lo posible para conseguirlo. Pero si no tenemos vacante, ingresará a una escuela privada. Este año se hace difícil sostenerlo pero no nos queda otra, y ya estamos haciendo recortes económicos en la familia”.

Las desigualdades empiezan aún más temprano: esta semana Infancia en Deuda -la causa que llevan adelante más de diez ONGs vinculadas a niñez y adolescencia- difundió un informe del defensor adjunto del pueblo, Arturo Pozzali: el código de habilitaciones de la Ciudad indica que el área de cada aula no debe ser menor a 1,35 metros cuadrados por alumno. Y hay apenas 54.400 metros cuadrados disponibles para jardines de infantes. Por lo tanto, de cumplirse la ley, de los casi 200 mil chicos de entre 45 días y cinco años, 95 mil no tendrían espacio en los jardines públicos.

Así se acentúa más la desigualdad: hay niños que asisten a un jardín de infantes dependiente del sistema formal, y otros que asisten a un centro con personal no especializado en educación

“No es un problema nuevo, ya tuvimos que accionar hace cinco años cuando Esteban Bullrich, era el ministro de Educación de la Ciudad y tuvimos que hacer un amparo para que habilitaran vacantes. Hay mucha desigualdad. En lugares como Belgrano no hay demanda porque los padres recurren al sistema privado. Pero en La Boca, Barracas, Lugano o Villa Soldati es un enorme problema”, denuncia Laura Musa, directora de Fundación Sur Argentina, una de las ONGs  que integra Infancia En Deuda.

Ante los reclamos, el Gobierno de la Ciudad da respuestas que no conforman: “Ellos dicen que avanzan con más metros cuadrados pero en ellos crean más CPI(Centros de Primera Infancia), que son una solución no pedagogica. Así se acentúa más la desigualdad: hay niños que asisten a un jardín de infantes dependiente del sistema formal, y otros que asisten a un centro con personal no especializado en educación”, explica la directora de Fundación Sur Argentina.

Infancia En Deuda -además- reclama que en el inicio de las sesiones legislativas de este año el presidente del Senado, Federico Pinedo, nombre a los cinco senadores que faltan para conformar la comisión bicameral encargada de elegir al Defensor de Niños, Niñas y Adolescentes. El defensor –contemplado en la Ley 26061, sancionada en 2005– debe velar por la protección de los derechos de las y los más chicos, sus condiciones dignas de vida y desarrollo, además de realizar anualmente un censo nutricional.

¿Qué pasará con los niños sin espacio en los jardínes? CPI, traslado o calle. “Les van a dar alternativas de Centros de Primera Infancia y/o los van a trasladar a otros lugares, en colectivos que no cumplen con las reglas de los documentos de educación. Los padres tienen que ir al Consejo de Derechos de niñas y adolescentes, para intimar al Ministerio de Educación. Porque vacantes tiene que haber y si no las hay, las deben construir”, recomienda Musa.

 

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