Las ausencias están más presentes que nunca

por Revista Cítrica
25 de marzo de 2016

Familiares de personas desaparecidas durante la última dictadura cívico militar en Argentina dan testimonio en el informe 40 años, 40 historias.

Reconstruir sus ideas

Por Julieta Colomer - Familiar de desaparecidos

No hay un sólo día en el que yo no hable de mi papá, o de mis tíos desaparecidos, no hay un sólo día en que no los traiga al presente. Intento recuperar esas ausencias con alegría, con lucha, con resistencia, pese a todo, porque me interesa contarle a mis hijos que su abuelo y su generación de compañeros luchó por un mundo más solidario, más justo, pensando en el todos y no en unos pocos. A mis hijos muy pocas veces les transmití un mensaje de tristeza o de llanto, más bien crecieron viéndome activa, recordando, luchando, haciendo memoria con el fin de construir justicia en el presente.

Desde muy chica ya era conciente. Me enojaba el hecho de que mis compañeros de escuela primaria me decían "¿Cómo que tu papá desapareció, se fué?" Y yo trataba de explicarles, con una seguridad tremenda, que mi papá no se había ido porque quería sino que se lo habían llevado por decisión de otros. Desde muy chica sentí la incomprensión de mis pares hasta que conocí a otros hijos.

La militancia activa es fundamental en el proceso de reconstrucción de la identidad de un desaparecido. En la reconstrucción de los lazos sociales, del vínculo entre los desaparecidos y la sociedad toda. Yo lo viví de manera activa en el proceso de construcción de los escraches. Caminamos los barrios en donde detectábamos que vivía un genocida en libertad. Lo interesante allí no fue sólo denunciar la impunidad de ese genocida libre por las leyes de Obediencia debida, Punto final e indultos sino reconstruir las historias, las militancias de los desaparecidos, los espacios donde ellos habían construido sentido. En muchos barrios ese sentido se había perdido porque la dictadura también contó con el gran aparato disciplinador de los medios masivos para formatear ideas y pensamientos de muchos argentinos con la triste frase "algo habrán hecho" y "no te metás". Justamente nuestra militancia activa construyó otro sentido: reivindicar la lucha de nuestros padres y participar, comprometerse, no mirar para otro lado.

El 24 de marzo es un día que no debemos olvidar jamás. Significa recordar a cada paso que las razones del terror de Estado fueron económicas, que la consolidación de un modelo de exclusión requirió de una generación diezmada y de difundir el terror en la sociedad. Significa recordar lo que provoca una dictadura. Recordar que las consecuencias de esa dictadura alcanzaron el plano político, cultural, social. Que se produjo una fractura histórica en la cual toda la sociedad perdió derechos, perdió protagonismo, perdió voz. Durante la dictadura se instauraron las políticas neoliberales que luego se profundizaron, con los sucesivos gobiernos constitucionales hasta estallar en 2001. Esas políticas neoliberales que provocaron el hambre, la desocupación, el ajuste perverso, la represión y el abuso policial en nuestro país.

Recordar el 24 de marzo es no olvidarse de todo esto pero también es recordar, traer al presente, la inmensa lucha, que desde hace cuatro décadas, viene sosteniendo el basto y heterogéneo movimiento de Derechos Humanos. Recordar y traer al presente todas las luchas que se dieron en torno al Nunca Más y en la diversidad de espacios que construyeron memoria, verdad y justicia resistiendo al olvido y al silencio.

Recordar el 24 de marzo es preguntarnos hoy por los derechos humanos en la actualidad. No reducirlos a los crímenes del pasado sino pensar los derechos humanos de todxs.


Rosita

Por Julia Merediz (tiene a su madre desaparecida). Presidenta de la Cooperativa de trabajo La Usina de Ideas Ltda, que gestiona Ahijuna FM 94.7 de Quilmes.


De las tierras frías de Alemania un día llegó una caja. Roja oscura, breve, compacta, adusta. Pero acomodada en un lazo de raso gris, que le dejaba un sencillo carácter de cercanía. Dentro una prolija pila de papeles amarillentos, manchados del óxido del tiempo y los kilómetros recorridos de ida y de vuelta.

De manos de su hermana, aparecían palabras de mi mamá. Cartas enviadas antes y después de mi nacimiento. Cartas rápidas, apuradas, en papelitos casi de almacén, arrancados de un cuaderno, con ganas de pasar rápido al sobre y de ahí al correo. Otras con fechas de varios días, largas, detalladas casi como un diario o bitácora. Entre tantas palabras, las que me nombraban, me acercaron a la mano que con mucha brevedad pude disfrutar en caricias.

"Pero si de hijos se trata no te imaginas lo que es la mía. Nunca creí que fuera a tener una nena así. No es tan linda como simpática (si es la madre la que escribe señores). Habla tan clarito:”Che piba" o "che pibito" son sus frases peleadoras y "no llores luna" cuando las nubes la tapan o va a llover. Es una pendeja increíble (basta de Julita hasta unos renglones más abajo)... Me imagino que mamá te habrá contado que fueron a buscarlo a Rolo a la casa de Quilmes. Allí solo encontraron 2 o 3 papeles de AC y se lo llevaron al viejo. Eran 14 tipos de civil que cerraron la cuadra. Al Negro lo tuvieron secuestrado 20 horas ahora solo hablamos con los viejos por teléfono. Pienso que para el cumple de Julita nos encontramos todos, ella está mucho conmigo. Estoy de licencia en el trabajo y además le hacemos sentir la situación como lo más normal que podemos. Espero que pronto logremos estar en nuestra casa y que tenga sus amiguitos y jardín, en fin su lugar, dentro de lo que un hijo de militante puede...".

Buenos Aires 17 de febrero 1976. Es un fragmento de la carta de Rosita a su hermana Graciela.

Si de madres se trata, esta es la mía. Que con la misma energía que combatió el horror, disfrutó de su maternidad y militó la felicidad. Honor estar entre sus pasiones.

Las y los desaparecidos son hijos, hermanos, compañeros, padres y madres de todos y cada uno de los argentinos. Son ausencias que tenemos todos. Son militantes y luchadores que hicieron mucho por marcar la historia. Nos faltan a todos y es necesario construir sin descanso la Memoria colectiva. Sin embargo no podemos alejarnos de ellos, de su vida cotidiana, de su carácter de pueblo, de su innegable pasar por este mundo. Que la dictadura no solo ensangrentó la historia, también robó caricias, impidió que nos vean crecer y que los veamos envejecer.

Rolo Merediz Rosita Murno Presentes!!


Lo más hermoso que me pudiera pasar

Por Gastón Goncalves- hermano de Manuel- nieto restituido

El 24 de marzo es el día que desapareció mi papa, es un día bisagra para mi y todos los que vivimos en la Argentina, en la democracia se mató gente, hay gatillo fácil y la economía es un asesino invisible, pero hay que cuidarla y protegerla. No hay nada como una dictadura. El 24 es un día para reforzar la memoria y para hacer una muestra gigante de que el pueblo no quiere esto más.
Me enteré de lo de mi hermano , medio de grande, me enteré por una tía que estaba hablando. A mi viejo lo secuestraron ante de que me lo pudiera contar, me enteré por una charla con su hermana y quedé descolocado. En ese momento pensé que no lo íbamos a encontrar, mi abuela fue la que más hizo por la búsqueda y por supuesto el envión clave fueron los descubrimientos del equipo de Antropología forense. Encontrar a mi hermano fue la cosa más hermosa que me pudiera pasar, una cosa hermosa que no me esperaba, tengo una maravillosa relación, lo quiero infinito.


Los derechos humanos de hoy

Matías Ayastuy - familiar de desaparecidos - Entre Ríos

Mi mamá estaba embarazada de seis meses cuando se la llevaron junto a mi padre el 6 de diciembre del 77. A los dos días me secuestran a mí y me llevan a la Casa del Menor de la Familia en Buenos Aires, yo tenía sólo nueve mesesA las dos semanas de mi secuestro mis abuelos me rescataron. Pero no volví a ver a mis padres y busco a un hermano o hermana que seguramente nació en cautiverio. Mi mamá pudo haber dado a luz entre mayo y agosto de 1978. Pero no sé mucho más que eso.

Este 24 de marzo copamos la plaza por los proyectos que estaban en juego en esa época y por lo que está pasando ahora en la Argentina. Hoy nos encontramos en un país vulnerado en sus derechos. Los sectores populares sufren una violencia institucional que alarma. Y el actual gobierno se lleva por delante las grandes conquistas de los últimos años.

 A nosotros, los hijos de desaparecidos, nos toca rendir homenaje a una generación que luchó por un mundo mejor y también pensar en los derechos humanos de ayer, hoy y mañana.

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