Ellas agitan el conurbano bonaerense

Desde hace 22 años, las mujeres organizadas, independientes, feministas y no tanto, obreras, amas de casas, jóvenes y re adultas, estudiantes, sin diplomas, y tantas más, se reúnen en los encuentros con una premisa: Construir en colectivo. O colectiva. Esta vez, el Encuentro Regional –el número 16- las enredó en la localidad de José C Paz, al Oeste del Gran Buenos Aires para deliberar sobre violencias, educación, trabajo, sexualidades, Derechos Humanos, maternidades, aborto, vivienda, cuerpos, instituciones, organización y salud, entre muchos temas más que se abordaron en los 24 talleres desarrollados en las aulas de la Escuela Media Nº 7.

Como cada año, un establecimiento da cobijo y las agrupa. Y como en cada oportunidad, la elección de la zona no es arbitraria. “José C Paz no es casualidad, por el contrario surge la necesidad de encontrarse y organizarse como respuesta ante el avance de la implementación de prácticas legitimadas de violencia y abandono hacia las organizaciones sociales, por parte de la gestión municipal que muy bien sabe representar a la situación política generalizada que vivenciamos en nuestros días”, explicó Camila Parodi, activa militante y  vecina, a la autogestionada Revista Furias.

Y otra de comunicadora y militante, Celeste Farbman, de la FM Fribuay 90.7, añadió: “También destacaron, como otro argumento que justifique la presencia de las mujeres en la zona, las continuas situaciones de violencia sufridas cada vez que acuden al Hospital Mercante, principal hospital público del distrito, cuando llegan luego de haberse realizado un aborto. En la mima línea denunciaron la falta de salas de atención primaria de la salud y la casi nula aplicación del Programa de Salud Sexual y Procreación Responsable”.

Provengan de donde lo hagan, todas coinciden en el cambio que promueve cada Encuentro Regional. También las emparenta la batalla por la abolición del patriarcado, ese que oprime cuerpos y libertades. Cansadas pero jamás abatidas, se corren de un espacio al que fueron signadas culturalmente: del dominio privado, salen al público. Y allí, por las calles, marcharon al finalizar la jornada, el sábado gris. Antes, poco después de las inscripciones, participaron de las charlas informativas sobre uso de misoptrostol, políticas sociales, parto respetado y violencia obstétrica, ecofeminismo, lucha de las trabajadoras de Kraft, ciclo menstrual, autodefensa, Reiki, Trata de mujeres, niños y niñas con fines de explotación sexual y sensopersepción.

El Encuentro Regional de Mujeres (ERM) tuvo una radio abierta, una construcción colectiva de emisoras comunitarias y comunicadoras del Oeste. La FM En Tránsito, FM Fribuay, Sol y Verde y  Fm Tinkunako.

Más de 600 mujeres bailaron al ritmo de Las Conchudas, se unieron en abrazos primerizos e infinitos, cruzaron miradas y besos, dejaron la palabra a un costado para soltar el cuerpo, ese que se baila al ritmo de la revolución. Porque ahí mismo, en la calle, fueron todas una: porque tal como el lema del Encuentro lo predijo, “con otras somos nosotras”. Y lo fueron.

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