El bondi cultural

por Agencia NaN
10 de noviembre de 2013

A tres kilómetros del centro de Lomas de Zamora y al borde de las vías del tren, paró un bondi con murales, títeres, música, empanadas, bingos y mucho más. El arte del sur del Conurbano en un viaje distinto.

Las canciones de Sofía Viola y La Roscada; la música de Fantastic Tube Band, los títeres de Laura Pagés, las pinturas de Florencia Menéndez, entre otros artistas del sur del Conurbano, se subieron a un festival andante que se podría resumir en un “hecho social, gregario, unificador e integrador”.

Al borde de las vías del tren, suelen haber paradas para los bondis en todo el Conurbano. Así, para muchos, la famosa triada del incansable“¡vaya incansable laburante!“ viajero tren-bondi-casa y a la inversa. Sin embargo, el domingo esta lógica se rompió. Nadie fue a laburar. Nadie viajó al centro“o al menos buena parte, no generalicemos“.

 A tres kilómetros del centro de Lomas de Zamora y al borde de las vías del tren, paró un bondi con unos conductores que se venían con murales, empanadas, bingos y mucho más. Y la parada: Parque Finky. La SUBE tampoco hacía falta. Es que tampoco te la iban a aceptar. Es gratis. Así, desde las 3 de la tarde, Colectivo Gratis tocó bocina y estacionó para quedarse en el anfiteatro a cielo abierto. Y es que los pasajeros eran muchos. Los boletos para subir tenían una sola condición: Que todos se sumen al primer encuentro que apuntó a reunir a varios otros grupos artísticos del Conurbano sur.

Pasadas las 17, subió al colectivo la bella Sofía Viola, la cantautora oriunda de Remedios de Escalada, que apenas con voz y guitarra hizo cantar a todo ese anfiteatro en el corazón mismo del Finky. “Una pitanga dejé en Escalada, otro pitanga dejé en Lavallol/ Cierta pitanga dejé en Monte Grande /Y esa pitanga es mi amuleto”, cantaba. “Dame alegría por volverte a ver/ Pensando que no te encontraré”. Y todos los pasajeros seguían sus letras. “Pancho en Constitución” se impuso como uno de los primeros temas que se mezclaba con los aplausos y el canto a coro. Pero todo llega a su fin y la cantautora tocó el timbre para bajar de escena. Pero antes ofreció un tema más. La respuesta era evidente. “Será tu perro” recorrió pronto los oídos de todos esos oídos deseosos de su música.

Una mesita. Trapos. Latas de pintura y muchos pinceles. Sí, en simultáneo, la muralista e integrante de Arte a la Calle Florencia Menéndez, una de las conductoras de este bondi, coordinaba la pintada de muchos de los asientos del gran colectivo en el que se transformó el Finky. Con pinceles en mano, cuenta a Agencia NAN de qué se trata todo: “La idea es que puedan pintar todos, sepan o no sepan bajo una idea que voy coordinando para que quede lindo”. “Yo soy muralista y estoy acostumbrada a dejar mi huellita“, reconoce la artista de Temperley en algún lado de la ciudad, pero el resto de la gente, no. Está bueno que pase y que cada uno veo lo que hizo”. Y como nadie queda afuera, los niños también exponían sus trabajos, además de que participaban activamente de la pintada.

Uno de los primeros que se subió al colectivo fue La Roscada, un grupo de folklore que hizo bailar a todo aquel que estaba cerquita del centro del anfiteatro. Las palmas acompañaron a Sergio Mazzitelli (voz y bombo legüero), Yésica Nicolet (flauta traversa y voz), Nicolás Schimkus (percusión), Gabriel Quiña (piano), Pablo Martínez (guitarra) y Nicolás Lapine (voz y guitarra). Toda la banda completa agitó para que nadie se pierda el baile.


Un viaje lúdico
Varios minutos después, como todo no es música y pintura, se vino el juego. El bingo todavía, no. Lo hubo, pero primero se vino el juego de las Fiestas
Lúdicas, de Espacio Mu de Adrogué. Tímidos un poco, al comienzo, algunos se iban sumando al centro del anfiteatro. Luego, de la mano de Claudia Turdo, integrante de Espacio Mu, se acercaron más y más. El pudor, ese pudor de los adultos, se desvaneció y todos estaban enredados en el atrapasueños. Cuando esa hermosa maraña ya estaba exhibida, Turdo contó que el atrapasueños se cuelga tradicionalmente en las cabeceras de la cama para atraer justamente los sueños, esos que anhelamos. Una gran alegoría para lo que fue toda la jornada en el Finky.

Bingo, bingo, bingo. Parece que en el bondi todos se callaron cuando llegó el momento de ese juego. Se repartieron los cartones y empezaron a cantar los números. El silencio parecía de batalla. Un silencio atento para saber quién ganaba. Pero el espíritu fue el juego mismo. Los regalos, de los más desopilantes, como el “Manuel del Sobreviviente Urbano”, una Paparazzi. Esas bolsas llenas de regalos, para las líneas y el bingo, también venían con lo mejor del sur: disco de Sofía Viola, libros y DVDs del gran titiritero de Banfield Sergio Mercurio, de pinturas de Florencia Menéndez, entre otros.


¡Paren que se llena cada vez más el bondi!
Cuando uno viaja en bondi, alguno que otro también te vende algo para morfar. A colectivo gratis, morfi también. No puede faltar en todo viaje. El empanadazo estuvo ahí presente desde el comienzo. Ni más ni menos, eran parte de la conducción de ese colectivo que no paró de subir gente. Empanada por aquí, empanada por allá. Mates y bizcochos no faltaron en los grupitos. ¡Más bien! Si viajás “en alto viaje“ hay que comer.

¿Quién más? La gran titiritera Laura Pagés estuvo allí con su gran invención. Con esa pequeña que hace revivir en cada momento y que puede conmover a espectadores bien diversos. La bailarina Giselle Dana también se metió al bondi. Los de la Fonda Cultural tampoco quisieron perderse la parada y se subieron. Facundo Galli andaba por ahí también. Las cámaras de video del proyecto colectivo de Agenda Prisma hacían lo suyo, medio que pronto lanzará su segundo programa televisivo. Tampoco faltó el filósofo, podremos llamarlo así, y poeta Juan Orgeira, que se despachó sobre este festival en las redes sociales: “Es un movimiento que excede por lejos las disciplinas artísticas y lúcidas y pasa a ser un hecho social, gregario, unificador e integrador”.


¿Y la próxima parada?

La música recorrió hasta el final, donde se desató la fiesta, el cierre de ese primer ciclo. Los instrumentos de Fantastic Tube Band dieron la nota, con tuba, saxo, percusión y guitarra, para que conductores, pasajeros y todos bailen hasta pasadas las 20. Una sensación bien diferente se sintió el domingo. No fue ese viaje cansador y medio desgastante de la maldita triada tren-bondi-casa, sino que ese aire, ese bondi estaba lleno, pero todos no querían tocar el timbre para bajar, sino que querían seguir de viaje con ese colectivo gratis.

Por Emmanuel Videla 

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