Docente que lucha también educa

Una sociedad anónima cerró las puertas del Colegio Guido Spano en el barrio de Palermo. Ahora, sus trabajadoras/es y familiares de estudiantes reabrirán las puertas bajo la gestión cooperativa.

Acompañados por familiares de alumnos, legisladores y referentes del cooperativismo, los docentes del colegio de gestión privada Guido Spano adelantaron que el establecimiento "no se cierra y que tiene que seguir funcionando en el edificio" del barrio de Palermo (Buenos Aires).

Fue después de recibir el compromiso del ministro de Educación porteño, Esteban Bullrich, de mantener la subvención que recibía la firma que cerró el establecimiento y buscar la forma de frenar la venta del inmueble; así como les fue ratificado el respaldo de parte del Sindicato de Docentes Privados (Sadop), legisladores e instituciones cooperativas.

La iniciativa de asumir la gestión surgió luego de que la sociedad de capital que lo hacía cerrara sus puertas e intentara desvalijarlo en las últimas horas del año pasado, y tiene el respaldo activo de las federaciones Argentina de Cooperativas de Trabajadores Autogestionados (Facta), de Cooperativas de Trabajo de la República Argentina (Fecootra) y de Cooperativas de Enseñanza y Entidades Afines de Buenos Aires (Feceaba); y legisladores porteños de la Red de Parlamentarios Cooperativistas, entre otros.

El lunes por la tarde, en una conferencia de prensa en las puertas de la escuela, el cuerpo docente y el personal en general del Guido Spano manifestó la intención de mantener abierto el colegio del barrio porteño de Palermo para dar continuidad laboral y educativa.

Luego del cierre e intento de vaciamiento, los docentes del colegio Guido Spano presentaron un recurso de amparo para frenar la venta y posible demolición del edificio. En busca de obtener garantías políticas, se reunieron en la Legislatura, en donde cosecharon varios apoyos, y con el ministro de Educación de la Ciudad de Buenos Aires, Esteban Bullrich.

El modelo de gestión social o cooperativa de la educación sostiene más de 450 establecimientos iniciales, primarios y secundarios en todo el país, muchas de las cuales se reconvirtieron después de ser quebradas o abandonadas por sociedades de capital, como el caso de Fishbach, en el barrio de La Paternal, y otras nacieron como proyecto asociativo, como Nuevo Mundo, en Villa Crespo.

En Guido Spano, la gestión estaba a cargo de una sociedad anónima que cobraba una cuota similar a Mundo Nuevo, pese que a tiene los salarios docentes subvencionados en un 60 por ciento y no tenía que alquilar el inmueble; en Mundo Nuevo, se constituyó una experiencia autogestiva con más de 41 años de trayectoria.






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