Dan cátedra

por Jésica Farías
22 de diciembre de 2017

Dos materias encaran al aborto desde la perspectiva del derecho a la salud y a la autonomía de las personas con capacidad de gestar. En Medicina de la Universidad Nacional de Rosario y la UBA, se avanza hacia la despenalización social mientras el Congreso atrasa y no discute la legalización.

La avanzada hacia la despenalización social da grandes pasos. Ya se habla, sin bajar la voz, del derecho al aborto legal, seguro y gratuito en las calles, en las plazas y en las casas. Ahora también en las aulas:este año, después del receso invernal, la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de Rosario (UNR) comenzó a dictar El aborto como problema de salud, la primera cátedra en su tipo del país. Y se sumó la UBA en octubre. Así responde la Academia ante los derechos que se recortan –y afectan la calidad de vida de mujeres y otras personas con capacidad de gestar- y el ejercicio de la autonomía que se restringe. Mientras tanto, el Congreso hace silencio: en 2016, la Campaña Nacional por el derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito presentó por sexta vez consecutiva el Proyecto de Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE). Todavía no se discutió.

 “Empezamos a abordarlo como un problema de salud, de problema de derechos y de justicia social; dejando de lado casi un siglo de una mirada reduccionista basada en todo lo contrario; es decir, en la oposición del derecho de las mujeres a decidir sobre sus propios cuerpos, en la violación total de otros derechos sexuales como el derecho a la información, a la educación sexual integral, al acceso métodos anticonceptivos seguros”, recapitula Raquel Tizziani, titular de de la materia optativa El aborto como problema de salud. Ella también es integrante de la Red de Profesionales de la Salud por el Derecho a Decidir, que promovió la asignatura que comenzó a dictarse en la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de Rosario (UNR).  Fue la primera experiencia en su tipo en el país.

El Congreso hace silencio: en 2016, la Campaña Nacional por el derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito presentó por sexta vez consecutiva el Proyecto de Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE). Todavía no se discutió.

Deseada por esa red en 2016, puede ser cursada por estudiantes que ya estén pasando el tercer año de la carrera. Fue planificada por profesionales de la salud como un proyecto colectivo y horizontal. Su objetivo es abordar el marco legal, la atención de casos y modos de realizar la práctica de un aborto no punible, entre otros lineamientos. Una vez planificada, se presentó  a la facultad con la necesidad urgente de “modificar el paradigma de la formación médica en relación a aborto, sobre todo en Medicina y en otras del área de salud, tales como Enfermería”, precisa Tizziani. Y sigue: “Veíamos que gran parte de las dificultades y barreras que existen dentro del sistema de salud pública para que las mujeres puedan acceder a la interrupción legal de un embarazo, tiene que ver la falta de capacitación pero también con la mirada restringida del marco legal vigente o con una mala interpretación de, por ejemplo, la objeción de conciencia”.

Que el aborto haya sido introducido en la formación universitaria es una batalla ganada contra el patriarcado

Finalmente comenzó a dictarse luego del receso de invierno de este año, a fines de agosto pasado. No fue fácil: quienes la impulsaron fueron blanco de lxs antiderechos. También el decano de la UNR, Ricardo Nidd, que recibió más de 10 mails pidiendo que, antes de empezar, se cerrara la cátedra. “Tiene que ver con una lucha que llevamos adelante y que, a pesar de las resistencias, tuvo el apoyo de la gestión dentro de la institución, del Centro de Estudiantes, del estudiantado en general y de distintos sectores que son parte del Consejo Directivo. Por eso es que surge la materia y se prueba por unanimidad”, evalúa la docente que agita el pañuelo verde. Hubo aula llena, con 100 personas. Hay lista de espera. Fueron 14 encuentros donde “se consideró al aborto –reflexiona Tizziani- desde esta otra mirada, una que tiene que ver con que el Estado es el garante de los derechos de las personas y ciudadanxs, y la universidad pública es una de las instituciones en donde se forman lxs profesionales que deben garantizarlos porque no podemos hablar de ni una menos sin garantizar el acceso a la Interrupción Voluntaria del Embarazo”.

Enseguida tomó la posta la Red de estudiantes de salud por el derecho a decidir. Dos de sus integrantes, Sofía Mandirola y Julián Jaure, quienes estudian Medicina en de la Facultad de Ciencias Médicas de la UBA, cuentan como fue el proceso: “Queremos formarnos para ser garatizadorxs de derechos”. Y lo están haciendo.“Que el aborto haya sido introducido en la formación de lxs futurxs profesionales de la salud de la Universidad Nacional de Rosario fue un gran impulso, una batalla ganada contra el patriarcado, que nos hizo pensar que no era un imposible, que organizándonos podríamos conseguirlo. La experiencia de las compañeras de Rosario nos brindaron la oportunidad de pensar cómo atraviesa la falta de formación a lxs estudiantes y el armado de un programa que interpele a los planes de estudio”.

Iban a esperar hasta 2018 pero no aguantaron: “Cuando quisimos darnos cuenta de lo que estábamos realizando, teníamos a más de 100 inscriptxs y el primer encuentro a horas de realizarse”, comentan sobre la asignatura. La primera cátedra libre de la Campaña en la UBA surgió en 2015 en la Facultad de Ciencias Sociales. Un año después incorporó otra, pero esta vez en la de Psicología. Cuando les consultamos sobre la relevancia de la flamante cursada optativa en Medicina, nos responden: “Principalmente porque es un tema muy estigmatizado en todas las currículas de las carreras de la facultad. Según la suerte de la cátedra y el/la docente, se hacen ciertos abordajes, pero ninguno con la claridad y prioridad que esperamos. En Medicina Legal, Ginecología y otras materias, no se brindan todas las herramientas para que, en unos años, cuando ese/esa estudiante tenga su título, no replique la violencia contra esas personas que solicitan Interrupciones Voluntarias del Embarazo, no estigmatice o no tenga miedo de perder su matrícula o ser judicializadx”. De ese modo, resumen la importancia las asignaturas para abordar al acceso a las interrupciones voluntarias de las gestaciones como un derecho, y no como un crimen. No paran: “Se deconstruye el modelo médico hegemónico tan arraigado a los juicios morales y partir de la cual nos podamos pensar como simples acompañantes en las decisiones autónomas de las personas. Eso tiene un enorme potencial transformador para poder hacer de esta práctica algo distinto”. Resuena fuerte el eco de la triple que se grita en las calles y que insiste en educación sexual para decidir, anticonceptivos para no abortar, aborto legal para no morir.

El  próximo año se sumará una nueva materia que abordará al aborto desde la perspectiva de salud pública, será en el sur del país, en la Universidad del Comahue. 

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