Coto persigue a sus empleados hasta por Facebook

por Revista Cítrica
24 de enero de 2013

Una trabajadora fue despedida a raíz de que en su página personal se había quejado de maltratos de la empresa. Ocurrió en uno de los locales porteños de la cadena de supermercados.

Un capítulo más de la vieja historia de persecuciones laborales y de cómo las empresas pueden meterse en la vida de sus empleados. Pasó hace unos días en un supermercado porteño. Una mujer con hijos a la que obligaron a tomarse vacaciones en noviembre cuando el convenio colectivo y la ley de contrato de trabajo le permiten hacerlo al mismo tiempo que el receso escolar. 
Al enterarse de esto, la empleada subió a su facebook la información que, al parecer, sus propios delegados se habían negado a brindarle, lo que generó la solidaridad de varios compañeros y compañeras y la red social se fue transformando en un espacio de encuentro, de protestas, de compartir situaciones cotidianas de maltrato laboral.
Precisamente esa práctica, la de delegados que responden más a la burocracia del empresario Armando Cavalieri -al frente del Sindicato de Empleados de Comercio de Capital Federal- que a los trabajadores, pareciera ser una de los reclamos recurrentes en diferentes sucursales de Coto, una empresa que si bien en su eslongan se dice argentina, copia lo peor de las multinacionales extranjeras. 

Esta vez, la firma de Alfredo Coto marcó un antecedente gravísimo en cuanto a persecución laboral. A través de Facebook comenzó a investigar a sus empleados hasta dar con esta mujer que, cibernéticamente, estaba haciendo lo "prohibido": dialogar con sus compañeros de los problemas comunes, de los atropellos patronales. ¿Y cuál fue la solución que encontró algún "cerebro" jerárquico de la cadena de supermercados? Tomar represalias con la empleada, a la que quisieron cambiarla de sucursal. Además, sus delegados, lejos de defenderla le "recomendaron" que se cuidara con lo que escribía en su Facebook.
Sin intenciones de maquillar la maniobra claramente antisindical, por no decir, invasiva de la vida privada de una persona, desde el departamento de Recursos Humanos fue citada la empleada, a quien le reclamaron por sus comentarios en la red social. Después de pasearla por la psicóloga de la empresa y por una línea teléfonica para reclamos, le terminaron mandando el telegrama de despido.

Según denuncia a través de un comunicado la Agrupación de Trabajadores de Comercio de la CTA, "este despido se suma a otros y a innumerables prácticas de maltrato laboral y persecución sindical que existen en esa empresa, conocida en el país por su persecución a todo trabajador y trabajadora que tenga actividad sindical, o simplemente, manifieste cualquier tipo de adhesión por ideas contrarias a las implantadas a fuerza de golpizas, despidos y amenazas por parte de los punteros de los recaudadores del sindicato, que en muchos casos operan bajo la figura de 'delegados'". 

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