Cómo gestionar los residuos

por El Diario del Centro del país
19 de noviembre de 2013

El ingeniero catalán Daniel Vilaró plasmó el modelo de tratamiento por "fracciones" instaurado en España.

La gestión de residuos urbanos y su máximo aprovechamiento energético fueron dos de los ejes sobre los que giró la I Jornada Internacional de Biomasa, desarrollada en el marco del III Congreso de Ambiente y Energías Renovables, que se desarrolló en la sede de la Sociedad Rural.

El modelo que propone el ingeniero catalán Daniel Vilaró Casalinas nació a comienzos de los 90. Se trata de un sistema mixto, puesto que propone diversas soluciones para diferentes residuos. “Partíamos de una situación de gestión de los residuos concentrada en pequeños vertederos ilegales e incontrolados que tradicionalmente había a la salida de cada municipio”, explicó.

El primer paso fue la creación de infraestructuras adecuadas y centralizadas para la gestión conjunta de varios municipios. Esto contribuyó, tal como resaltó Vilaró, a facilitar el control de la gestión. Una vez obtenido ese control, comenzó la recogida separada que se realiza en cuatro “fracciones”: papel cartón, vidrio, envases plásticos y materia orgánica. El proceso persigue obtener la máxima fuente de recursos de los residuos que se generan, fundamentalmente recuperados en forma de energía.
 
Separación de la basura
 
Vilaró destacó que actualmente está muy internalizada por la población la separación de los residuos hogareños, a punto tal que “quien no separa, no dice que no lo hace, porque está mal visto”. Actualmente, el 40 por ciento de los residuos que se genera en los municipios catalanes se recoge de forma separada. El otro 60 por ciento corresponde a la denominada “fracción resto” para cuyo tratamiento se buscan alternativas al tradicional vertedero.

Entre los tratamientos que se aplican a la materia orgánica, la digestión anaeróbica es un proceso que tiene la particularidad de que, “además de gestionar el residuo de forma adecuada, permite obtener energía”. Mediante procesos biológicos controlados, se genera un biogás con un alto contenido metano. Es decir, que permite su uso en motores de generación para obtener energía eléctrica, en sistemas de calefacción, o incluso como combustible para vehículos industriales.
 
“Tecnología madura”
 
El experto detalló que se trata de “una tecnología madura” porque se utiliza desde hace varias décadas, si bien la aplicación a residuos urbanos es más reciente.

Consultado acerca de las posibilidades de aplicación del modelo catalán en otras latitudes, Vilaró afirmó: “La extrapolación es posible y es adecuada, pero tiene que haber una adaptación. Siempre hay que tener en cuenta el contexto porque evidentemente la situación geográfica, la densidad de población, la posibilidad de disponer de redes de conexión eléctrica cercanas para poder exportar la energía eléctrica, la posibilidad de cooperación con otros sectores, son factores que hacen que el modelo sea adaptable de una forma o de otra”.

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