"Bullrich tiene que renunciar"

por Revista Cítrica
06 de septiembre de 2017

Pablo Pimentel, de la APDH de La Matanza, estuvo en Esquel, sufrió maltratos y le impidieron visitar al lonko Facundo Jones Huala. Cómo al ministerio de Seguridad se le caen todos los versos para seguir sin admitir que la Gendarmería se llevó a Santiago.

El fin de semana pasado estuviste con integrantes de la Pu Lof en Resistencia del Departamento de Cushamen que el martes se presentaron ante el juez Otranto.

Yo viajé el jueves. Tenía varios objetivos. Algunos se lograron, otros no. Uno era ver a Facundo, pero fundamentalmente era hablar con los peñi y las lamien en la Pu Lof, donde se produjo la represión. Hay que reconocer el coraje y la valentía de esos chicos que estuvieron con Santiago Maldonado el 31 de julio y el 1 de agosto. La valentía de enfrentarse a un Estado mentiroso y negador. Matías (Santana, es uno de los integrantes de la Pu Lof en Resistencia del Departamento Cushamen que dio testimonio) ratificó lo que ya había dicho, ahora ante el juez. Charlé con ellos y me contaron que Santiago se puso la mochila y empezó a correr. Matías logró agarrar un caballo y vio como Santiago corrió al río y llegó a meter las piernas. Pero ahí inmediatamente Gendarmería lo redujo diciéndole que se quedara quieto. Ahí bajaron los gendarmes y ahí detienen a Santiago.

Todos los que estaban allí (alrededor de siete) que son todos mapuche, menos Santiago, logran escapar. Matías vio cómo se llevaron a Santiago. Ellos (los testigos) se fueron afianzando en distintas personas y sobre todo en la comunidad y por eso decidieron declarar.

¿Y qué pasó el viernes 1, a un mes de la desaparición forzada de Santiago?

El primero de septiembre se hizo la marcha en El Bolsón, la gente estaba muy agradecida porque en realidad ya no había nadie ahí. Iban por semana dos o tres dirigentes de partidos políticos y de DDHH. Estaban agradecidos porque se sentían muy solos. ¿Se imaginan lo que es vivir con el miedo de la desaparición de una persona y a la vez sostener una lucha? Porque están sosteniendo la recuperación del territorio mientras que El Bolsón y Esquel están militarizadas, los policías están camuflados porque todos están prestando servicios para la AFI.

Ahí escuché el discurso de Soraya (Maicoño es testigo clave en la causa por la desaparición de Santiago Maldonado), muy profundo. Es interesante cómo lo recibió el pueblo. Convocaron a luchar al pueblo por la aparición con vida de Santiago pero a la vez decían que Santiago tenía muy claro a lo que vino cuando llegó a Esquel el 30 o 31 de julio. No se sabe bien la fecha porque hay una hermana mapuche que dice que compartió una marcha el 29 de julio con Santiago. Hay muchos testimonios que dan cuenta de que Santiago estuvo en esas horas.Con identidad reservada, declaró una señora que lo llevó a Santiago el 31, 35 kilómetros hasta el Pu Lof, donde se produce la represión y es visto por última vez Santiago.

En Argentina estamos acostumbrados que una noticia tapa a la otra, por más grave que sea. No nos olvidemos lo que significó la desaparición con Julio López, o el caso de Darío Santillán y Maximiliano Kosteki, o Luciano Arruga. Y así tantísimos casos. Pasa el tiempo y pasa la agenda de impunidad, y después viene otro. Ahora este es el caso que nos tiene preocupados, y con justa razón, a gran parte del pueblo argentino. Yo les dije que cuando se apaguen las luces, nosotros vamos a estar.

Mi tarea fue acompañarlos y darle un poco de seguridad a estos chicos. Lo que necesitan estos chicos ahora es que cuando se apaguen las luces nosotros estemos.

¿Y a partir de ahí se convencieron para ir a declarar?

Creo que ellos fueron afianzándose en distintas personas que les hemos dado confianza, pero sobre todo en la Comunidad. Ahí tenían muy claro que ellos, en algún momento, iban a tener que declarar a cara descubierta, y ahí hemos contribuido todos los que hemos ido, dándoles esa confianza. En una reunión que tuve con ellos el sábado a la noche, me habían dicho que el lunes o el martes iban a ir a declarar, y así fue.

Tenías varios objetivos, uno era visitar a Facundo Jones Huala, ¿pudiste hablar con el lonko?

Cumplí todo el protocolo que exigen para poder verlo, mandamos tres emails al ministerio de Justicia, nos dijeron que los habían recibido. Estuvimos a la espera de la autorización por parte del subsecretario de Justicia de la Nación, y no me autorizaron. El domingo a la mañana, antes de ir al aeropuerto, ya estábamos ahí, y no hubo caso. Nunca llegó la autorización así que no pudimos vernos en cambio a Jorge Lanata lo trajeron en avión privado, lo subieron a una camioneta con vidrios polarizados, de ahí al penal, donde mantuvo dos horas de entrevista con Facundo y regresó. Esa fue la pasada de Lanata por el sur.

Y a él lo dejaron entrar aunque haya pedido la autorización el mismo día.

Sí. Fue el mismo día, inmediatamente lo dejaron entrar.

¿Sufriste maltratos policiales estos días?

Sí, el viernes, antes de la marcha. Temprano, antes de ir al territorio, fui a intentar ver a Facundo. El vigilante de la guardia del servicio penitenciario me dijo que aún no había llegado mi autorización. Estaba claro que no dependía de ellos. Esa mañana, eran como las 8 y media y hacía un frío particular, entonces pedí pasar al hall. No me dejaron. Me quedé dos horas esperando. Estaba lloviendo, muy nublado, nevaba en las montañas. Y no me dejaron entrar en ningún momento. Les dije que era una falta de respeto, una actitud inhumana, el hecho de dejar a cualquier persona en la vereda, con el frío que hacía. Y yo solamente estaba esperando una contestación. Esta actitud demuestra la predisposición de esta gente. En enero, cuando fuimos con Nora Cortiñas a pedir por la libertad de los chicos detenidos tras la represión de enero (en La Trochita, en la cual hirieron a Emilio y Fausto Jones Huala) entramos al hall, se tramitó todo ahí, y no tuvimos que hacer toda esta historia. La detención de Facundo Jones Huala se enmarca dentro de la extensión de un preso político de alta peligrosidad. Le dan ese status. Otra que no pudo entrar hace una semana fue Alejandrina Barry, del CeProDH, quien había cumplido con todos los permisos y no la autorizaron. Y donde yo recibí el maltrato, y donde les avisé que iba a hacer una denuncia, fue cuando volví el viernes a la tarde –antes de la marcha- a eso de las 16, para intentar verlo a Facundo, y un servicio penitenciario me dice: “¿Qué hace usted acá?, si yo le dije que no tenía autorización”. Y le pido que me repita lo que me dijo. Y me dice: “Sí, si yo ya le dije, ¡no sé para qué insiste!”. Y ahí le pedí que me pase con el jefe de la unidad porque ya me quería quejar. Al final, nunca me pasaron con el jefe de la unidad, fue payasesco lo del tipo, decía ser el jefe de toda la unidad.

¿Cómo fue la marcha en Esquel? ¿Por qué ahí no hubo “incidentes” como en El Bolsón?

Cuando se hace la concentración en Esquel, hay una plaza muy linda y la costumbre es hacer el acto antes de la marcha, hablaron las compañeras mapuche y ahí advertimos que había tres tipos que dije: “Éstos son servicios”, son policías. En el discurso los mencioné y les dije que transmitieran bien qué es lo que estamos planteando, la aparición con vida de Santiago y la libertad de Facundo. Después durante la marcha detectaron a uno que andaba filmando y ahí sí le dicen 'vos sos policía' y lo echan. Desde El Bolsón nos llamaron y nos dijeron que tengamos cuidado porque había gente de civil que podía generar un problema en Gendarmería. Cuando termina la marcha, alguien propone ir a Gendarmería pero los compañeros de APDH dicen que no .Si se iba pasaba lo mismo que en el Bolsón. Como nadie conocía al que propuso ir a Gendarmería no le dieron bolilla y la marcha terminó ahí.

¿A qué se debe la represión y los infiltrados? ¿Es el último recurso que tienen para que no se hable de la desaparición de Santiago?

Esto es la desesperación de un gobierno que quiere cambiar las tapas de los diarios, que no se bancó el acto masivo del 2 x 1, en el que se demostró que gran parte del pueblo no está dispuesto a bancarse ningún retroceso en materia de Derechos Humanos. El 11 de agosto la marcha por Santiago fue masiva y los agarró desprevenidos. Esta vez la prepararon bien: generaron policías de civil para producir estos hechos. Pudo haber alguno que se haya prendido pero fue toda una preocupación del gobierno para que se hable de los incidentes violentos y no de la desaparición de Santiago Maldonado. Ahora este gobierno está en un brete porque el domingo le dijimos al juez Martínez de Giorgi que estábamos frente a la detención aberrante de 31 personas y que no se sostenía ninguna detención, únicamente la del chico venezolano que lo agarraron con un documento que no era de él. Pero de todo el resto no tienen ninguna prueba para imputarlos de delitos de desorden, resistencia y demás. Además ahora la hipótesis de que a Santiago lo habían acuchillado se cayó con los ADN. Y además las declaraciones de los mapuche ante la Justicia, que declaran lo mismo que hace 25 días pero como dice Soraya “es muy difícil que la palabra de un mapuche sea creída de entrada”.

¿Algo más que quieras decir Pablo?

Que aparezca Santiago, que renuncie Patricia Bullrich y que a Noceti se lo lleven a defender a los genocidas.

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