Arte, color y música por la Ley de Centros Culturales en la Ciudad

por Revista Cítrica
07 de noviembre de 2014

El festival para defender a los centros culturales cuenta con la presencia de La Bomba de Tiempo y Peteco Carabajal.

La ciudad de Buenos Aires, desde la asunción de Mauricio Macri como Jefe de Gobierno en 2007, ha desarrollado una política cultural cuyo perfil se caracteriza por ser: neoliberal y comercial (promueve la percepción de cultura como mercancía), centralizador (la oferta cultural está concentrada), eventual (se sostiene sobre la realización de megaeventos esporádicos), que privilegia la vinculación del Estado con productoras y empresas transnacionales, y reduce la identidad de la ciudad al mercado del turismo internacional.

En este marco, y siendo la Ciudad un centro de atracción turístico indiscutible en la región y en el mundo por su diversidad de expresiones, su rica identidad y sus propuestas culturales de calidad, las acciones generadas desde el gobierno porteño no hacen más que confirmar la teoría de que el PRO se propone concentrar la oferta en determinados barrios, aumentar la desigualdad en el acceso a la cultura, e invisibilizar las producciones culturales autogestionadas y alternativas.

La dicotomía que lleva adelante el gobierno de Mauricio Macri se basa en el fomento y fogoneo de grandes eventos o festivales multitudinarios, la promoción de proyectos y programas medidos por sus altos niveles de audiencia (rating), y el beneficio a las empresas privadas que realizan producciones culturales,  en detrimento de otras formas de relacionarse con la cultura de forma territorial, cotidiana y sin fines de lucro. 

Tan solo con ingresar al sitio web oficial del Gobierno de la Ciudad o leer cada día el Boletín Oficial, puede observarse cómo el modelo del macrismo abandona la idea de cultura como construcción dinámica y colectiva, y olvida la riqueza de las identidades barriales y locales. Mientras organiza grandes Festivales, promueve la exención de impuesto a las empresas privadas que se sitúen en los diferentes polos, o nombra a Marcelo Tinelli como “personalidad destacada de la cultura", descuida el trabajo de los Centros Culturales barriales (públicos y privados), las bibliotecas populares, las orquestas infantiles, y los artistas callejeros, entre otras expresiones alternativas al mercado.

En dicho desafortunado contexto para la cultura, los Centros Culturales han sido durante los últimos años, pero con más vehemencia e los últimos 3 meses, foco de acciones persecutorias que terminaron con la clausura discrecional de más de 40 espacios de todo Capital Federal. Lo cierto es que en la actualidad no existe un marco normativo que ampare la multidisciplinariedad de los Centros, y sí existe para actividades segmentadas como Clubes de Cultura, Teatros Independientes, Peñas, etc. De este modo el vacío legal deja vía libre a los inspectores para que clausuren libremente los espacios en caso de que se esté realizando una actividad para la cual no tienen habilitación.

Frente al difícil panorama en septiembre el bloque del Frente para la Victoria en la legislatura porteña presentó un proyecto, elaborado junto al Movimiento de Espacios Culturales y Artísticos (MECA), que crea la figura habilitatoria y formaliza a los Centros Culturales, al tiempo que regula su funcionamiento, facilita su desarrollo y especifica las medidas de seguridad necesarias para cada espacio teniendo en cuenta tamaño y capacidad de los mismos.

La campaña “Construyendo Cultura” encabeza en este sentido la lucha de varias organizaciones sociales y centros culturales por la Ley, y por “medidas que tiendan a la transformación cultural de la Ciudad, en función del proyecto de desarrollo con inclusión social que el Gobierno Nacional viene sosteniendo desde hace más de 10 años”. 

Justamente el domingo 9 de noviembre se realizará un Festival en el Parque Rivadavia, ubicado en Caballito, con el objetivo de hacer visible el reclamo de los Centros Culturales, sumar a la sociedad civil y mostrar la cara de la cultura que el gobierno porteño pretende anular: la organización colectiva.

La jornada que se iniciará desde las 15 tendrá no solo shows e intervenciones en vivo, sino además stands de los distintos Centros Culturales, revistas autogestionadas, músicos independientes y estampado de remeras. La musicalización estará a cargo de Ariel Prat, Los Garciarena, y la Tranquera, entre otros, y para el cierre subirán al escenario La Bomba de Tiempo y Peteco Carabajal.

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