Aceitando la autogestión

por Revista Cítrica
29 de agosto de 2016

Los ex trabajadores de la empresa Agroindustria Madero conformaron una cooperativa y están listos para volver al oficio. Esperan la autorización de la Justicia y que los empresarios vaciadores no les pongan palos en las ruedas.

La cooperativa Aceitera La Matanza está lista para empezar a funcionar y los trabajadores quieren volver cuanto antes a sus tareas. Tienen muchos amigos, el apoyo de sus familias y el aguante de los vecinos. También tienen enemigos. Los más molestos son Carlos Delpina, el empresario que les dejó de pagar los sueldos y a pesar de ello aún pretende sacar algún beneficio económico, y los tiempos de la Justicia que nada tienen que ver con los tiempos de las necesidades.

Los 110 trabajadores que conforman la flamante cooperativa empezaron su lucha durante el verano de este año, cuando aún pertenecían a Agroindustrias Madero. En aquel entonces, Delpina los mandó a todos a tomarse vacaciones. Ellos confiaron, a pesar de que los signos del vaciamiento ya estaban presentes: las ART impagas y cuando volvieron los sueldos empezaron a ser en cuotas hasta desaparecer. La gota que colmó el vaso fue cuando los hizo trabajar una semana gratis. Ahí se endurecieron las medidas y tomaron la fábrica.

Los trabajadores ya tenían en claro que Delpina no quería cumplir con sus obligaciones como empleador. A las empresas aceiteras les fue muy bien económicamente con el modelo de consumo interno y exportación del kirchnerismo. “Fue una mala administración, se endeudaron a propósito y generaron la deuda con ellos mismos. Fue una estafa. Agarraron la plata y se fueron”, simplifica la historia José Vergara, trabajador de Agroindustrias Madero desde hace seis años y flamante presidente de la Cooperativa Aceitera La Matanza.

La matrícula según les adelantaron desde el Inaes saldría esta semana. Con eso ya podrán facturar y volver a ponerse en funcionamiento. Aunque también necesitan que la jueza dictamine la continuidad laboral. Ellos ya presentaron un proyecto de viabilidad y aseguran que no tendrán problemas económicos. “Para refinar los aceites tenemos todos los insumos y ya tenemos hablado con los clientes que van a traer el aceite crudo y nosotros lo refinamos. Los clientes van a ser los mismos”, explica Vergara. Además sus productos estarán incluidos en el  Programa Municipal “Compre Municipal Matanza”.

Agroindustrias Madero funcionaba dentro del predio de la empresa Molinos Navarro, al igual que BioMadero. Las tres pertenecen a Delpina y se subalquilaban las locaciones. Así el dinero pasaba de una razón social a otra pero siempre quedaba en las mismas manos. La locación sigue perteneciendo a Delpina, que no quiere allí a la cooperativa. La única de las tres empresas que decretó la quiebra fue Agroindustrias. Las otras dos siguen -en teoría- funcionando aunque según denuncian desde la cooperativa, en Biomadero hay deudas con los empleados.

“La quiebra es de AgroIndustrias Madero, BioMadero le adeuda a sus empleados pero no presentó quiebra. De allí hay dos compañeros que se sumaron a nuestra cooperativa. Biomadero está parado porque no puede funcionar sin Agroindustria. Es una misma empresa, está todo ensamblado: la caldera, los mecánicos y los eléctricos. Si Biomadero factura algo es por otro lado. Delpina estará mintiendo como siempre. Lo que quiere es no perder el cupo de biodiesel que le da la Secretaria de Energía. Presentaron un escrito queriendo ocupar nuestros servicios pero con ellos ahí adentro nadie confiaría en nosotros”, detalla el presidente de la cooperativa. Delpina quiere mantener a BioMadero para no perder el negocio del biodiesel, sin embargo en esa empresa tampoco cumple con sus obligaciones de empleador.

Las empresas de Delpina siempre se presentaron como respetuosas del medio ambiente. Ahora, uno de los desafíos de la cooperativa será que ese respeto pase de las escrituras promocionales a la realidad. “Nosotros como trabajadores siempre hicimos lo mejor para no contaminar - asegura Vergara- a ellos no le importaba, querían plata nada más, como todo empresario. Nosotros tenemos la mentalidad de ayudar al medio ambiente”.

Más allá de que Delpina se oponga a la cooperativa, cuando la jueza dictamine la continuidad laboral, los trabajadores podrán hacer lo que nunca quisieron dejar de hacer: trabajar. Y lo harán sin patrón. “Es algo nuevo para nosotros, es un lindo desafío. Estamos encaminados y esperamos tener éxito”, se ilusiona Vergara.

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