“A nuestros pibes nunca los encontrarán callados”

por Revista Cítrica
03 de octubre de 2017

La Poderosa expuso ante la ONU sobre los abusos que las fuerzas de seguridad cometen contra niñas, niños y adolescentes en los barrios vulnerados de Argentina. “Pedimos que nos ayuden a exigirles respuestas al Estado”.

El grito de las villas llegó al Comité de los Derechos del Niño de Naciones Unidas. Los diez casos testigos que salieron del informe de las 44 asambleas de La Poderosa fueron a dar cuenta de los miles que suceden todos los días en los barrios populares del país: cada 25 horas hay un caso de gatillo fácil en Argentina, e innumerables casos de hostigamientos cotidianos que no están registrados por ningún organismo del Estado.

“Quienes debían estar disertando a nombre nuestro eran Kevin, Luisito, Aquiles, Ezequiel, Luquitas, Luciano, KiKi, María, Pascual, Gastón, Rodrigo, Thiago, Facundo, Cristian, pero ninguno de ellos podía venir porque todos están muertos”, nos dice Nacho Levy del otro lado del teléfono. El referente de La Poderosa está en Ginebra. Esta mañana habló ante el Comité de los Derechos del Niño de la ONU sobre la violencia institucional que se sufre en los barrios populares de Argentina.

¿Qué tan importante es visibilizar a nivel mundial lo que padecen los pibes y pibas en los barrios?

Para nosotros fue muy importante estar ahí, porque en general, cuando convocan a las organizaciones populares o a los vecinos de nuestros barrios es para dar explicaciones, o rating, o lástima, y pocas veces es para dar información. Eso lo agradecimos, pero subrayamos que 200 años de historias silenciadas en nuestros barrios o de gritos tercerizados, se hacían muy difíciles de condensar en el poco tiempo que había para disertar.

De algún modo, esta también fue una disertación tercerizada porque quienes debían estar disertando a nombre nuestro en el Comité por los derechos del niño eran Kevin, Luisito, Aquiles, Ezequiel, Luquitas, Luciano, KiKi, María, Pascual, Gastón, Rodrigo, Thiago, Facundo, Cristian, y que ninguno de ellos podía venir porque todos están muertos. Esos gritos tenían que llegar a la ONU. No para jugar algún lobby, porque las organizaciones populares no queremos eso, ni cumplir ningún protocolo, sino para romper los protocolos que garantizan que, durante tantos años, nuestro barrios hayan estado en silencio.

Los miembros del Comité ya conocían el informe. ¿Con qué idea fue La Poderosa y con qué se encontraron?

Nuestra finalidad no era describir el informe que ya tenían todos los miembros del Comité por escrito, sino con intentar llegar a sus tripas, sus entrañas, o a sus estómagos. Con eso nos conformábamos. Les dijimos que esos diez casos de tortura que tenían en sus manos eran apenas una muestra de los miles que presentamos, más de mil solamente en el último mes. Fuimos a dar cuenta del contexto en el que esas torturas conviven con la muerte, con la represión y la ausencia del Estado, siempre bajo un gran manto de silencio.

No es casualidad que los casos que hemos podido viralizar siempre tienen por denominador común la inocencia inapelable de los niños, porque no existen jefes narcos de nueve años. Esta realidad le pasa a todas las niñas y niños de nuestros barrios que no tienen un medio de comunicación propio o un lugar dónde contarlo. Fuimos a decir que no se tratan de casos aislados. Lo aislado es tener la posibilidad de contarlo. Y les dijimos que, con la autoridad que a nosotros nos daba el hecho de estar por fuera de cualquier chicana de la coyuntura partidaria -porque nosotros venimos denunciando el accionar de las fuerzas desde hace mucho tiempo-, la situación se ha agravado y profundizado muchísimo con esta nueva gestión. Si históricamente tuvieron carta blanca para desenvolverse en nuestros barrios, hoy lo que tienen es un protocolo de la ilegalidad, una orden de bajar al territorio esa mano dura que no pueden sacar desde el Congreso.

Desde la organización saben que los cambios necesarios para que no nos arrebaten más vidas en las villas llevarán años, por eso impulsan un proyecto de ley de control popular a las fuerzas de seguridad. ¿Qué propone la iniciativa legislativa?

El control popular nos permitirá dar cuenta a la procuración contra la violencia institucional y los organismos de DDHH, de la realidad de nuestros barrios pasando por encima de las comisarías, que son las que administran el delito dentro de nuestros barrios. Las soluciones de fondo a todas estas problemáticas se consiguen a mediano y largo plazo, con políticas inclusivas, con una educación integradora, y que eso puede llevar 50 o 60 años. Pero ¿mientras tanto, qué? Esto se da en las villas de Capital y en el interior del país. Allí, los códigos de faltas o contravencionales están prácticamente intactos desde la época de la Dictadura.

Les pedimos a todos los miembros del Comité que trataran de pensar -no en nuestros compañeros Iván y Ezequiel- sino en los familiares que tengan, de 15 o 18 años, que puedan ser encapuchados por una fuerza de seguridad, llevados a la vera del Riachuelo, esposados a una valla, golpeados por la espalda para que corran esposados hasta que perdieran la sensibilidad de las manos, obligados a hacer abdominales mientras les quemaban cigarrillos en las piernas, obligados a hacer flexiones de brazos mientras le saltaban en sus espaldas, o a rezar un padrenuestro con un revólver en la nuca, u obligados a actuar en un simulacro de fusilamiento en una carrera entre dos jóvenes adolescentes diciéndoles que quien llegara último iba a ser asesinado. Y ahí, los pibes pensando si había que correr rápido, o correr lento, para salvarse, o para salvar al otro. Nuestros compañeros pasaron por todo eso, y un montón de otros jóvenes de los barrios lo pasan todos los días. Denunciamos el silenciamiento que existe para nuestros barrios, en los medios hegemónicos de comunicación, en muchas de las plataformas académicas, e incluso en muchas de las plataformas internacionalistas de beneficencia.

¿Qué otras realidades se silencian desde el Estado, la Justicia y los medios hegemónicos?

Una emergencia habitacional que dice que el Instituto de la Vivienda de la Ciudad, sólo ha ejecutado el 16% de su presupuesto y que siguen incumpliendo las leyes de urbanización.    Existe la emergencia en la violencia de género, donde dice que hay un femicidio cada 17 horas. Hay una emergencia en salud que todavía nos tiene discutiendo si nos van a mandar o no las ambulancias, por cuestiones de seguridad, como si la seguridad de nuestros barrios no dependiera de que nos manden la ambulancia.

Tenemos una emergencia educativa que habla de un vaciamiento de los programas que más se necesitan en nuestros barrios. También hay una emergencia alimentaria: las escuelas de Zavaleta vuelven a tener alumnos complicados de desnutrición y parásitos, que deben recibir raciones dobles, porque las raciones individuales no alcanzan, por supuesto, porque también ha disminuido su valor nutricional.

Después de enumerar toda esta realidad que vivimos a diario, invocamos al filósofo KiKi. Él tenía apenas 12 años cuando en una discusión con un gran filósofo contemporáneo adulto le preguntó si estaba dispuesto a venir a nuestro barrio, y ese intelectual le respondió que no tenía miedo de ir al barrio pero que no sabía si iba a ir porque no sabía qué cambiaría si él iba la barrio. Entonces KiKi lo miró y le dijo: "Vos tendrías que venir, porque así vos cambiarías".

Para entender esas emergencias hay que bajar al territorio…

Sin dudas. Y  desde ese lugar le pedimos a todos los intelectuales, a los diplomáticos miembros del Comité, que por favor intentaran venir a nuestros barrios. Tienen que dejar sus bancas, sacarse sus zapatos, pisar nuestras villas, y buscar con sus propios ojos nuestros derechos. A los pibes de nuestros barrios los pueden encontrar muertos, pero nunca callados. Por eso, por los que están, pero fundamentalmente por los que no están, les pedimos que nos ayudaran a exigirles respuestas al Estado. Al mismo Estado que no quiere responder dónde está Santiago Maldonado.

Con esta convocatoria, lograron instalar en agenda el tema de la violencia institucional…

Nos sirve para dar a conocer una realidad que denunciamos desde hace muchos años y que -mucho antes que nosotros- lo hicieron un montón de compañeros anónimos de la historia de nuestros barrios. Sentimos que esto ya está siendo aprovechado porque nos han llamado grandes medios de comunicación de Argentina que jamás se hicieron eco de nuestras denuncias ante el accionar arbitrario de las fuerzas de seguridad, pero ahora sí, porque nos convocó la ONU.

Entonces, con esto, pareciera ser que el certificado de credibilidad, nos lo ponen acá, en Suiza. Pero bueno, bienvenido sea, si sirve, para que entonces esos medios hegemónicos también nos escuchen y se hagan eco de esa realidad que nosotros necesitamos poder difundir.

Para nosotros es un capital político en sí mismo la entidad que nos da la ONU convocándonos y la caja de resonancia que genera hacia adentro de Argentina, y hacia afuera también. Al final de la convención, se acercaron representantes de distintos estados y especialistas técnicos de particulares materias sobre las que nosotros disertamos, a reconocernos que habían recibido información que antes no tenían y que la habían recibido de primera mano, y el valor que eso tenía ante las futuras interpelaciones al Estado.

Y es un respaldo institucional fundamental al proyecto de ley de control popular de las fuerzas de seguridad. ¿No?

Sí. Porque es lo que necesitamos para poder regular el "mientras tanto" en nuestros barrios, que significa que nos están matando y torturando jóvenes todo el tiempo, prácticamente están exterminando una generación silenciada de jóvenes adolescentes pobres, morochos, con visera y equipos de gimnasia que en silencio sufren todas estas atrocidades que hoy pudimos denunciar.

Ojalá que también sirvan los canales institucionales y diplomáticos para que efectivamente, a partir de esta información, el Comité procese las preguntas necesarias y correspondientes, para interpelar en mayo al Gobierno argentino -cuando una misión de la ONU vieja al país- sobre cada uno de estos temas. Y ojalá que el cinismo, y las mentiras sistemáticas del Gobierno argentino se topen con las recomendaciones que debiera darles este Comité. No sería porque nosotros confiemos en demasía en el efecto que pudiera tener diplomáticamente. Porque ya lo hemos visto. El Comité contra la Tortura ya interpeló al Gobierno argentino por las torturas a Iván y Ezequiel. Y las respuestas fueron puras mentiras. Pero poco a poco se va poniendo a la vista de todo el mundo.

La disputa del escenario y la visibilidad de las problemáticas, no es poco. Y si además de eso, podemos tener una conquista diplomática e institucional, que traiga aparejada una respuesta política, bienvenida sea también.         

Este fue un ámbito ajeno al nuestro, pero nosotros nos sentimos muy auténticos con lo que somos. Con nuestra forma, palabra e impronta pudimos dar cuenta de lo que -para nosotros- era lo más importante, que no era leer un documento escrito. Lo que llevamos, lo llevamos puesto, en la tripa, en el cuerpo, en los huesos. 

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