30 horas: lo que tardan en matar a una mujer en la Argentina

por Papel Tortuga
02 de octubre de 2014

La estadística es escalofriante. En el país mueren casi dos mujeres por día debido a la violencia de género.

Lauricia Della Nina, Abogada y Especialista en Derechos de Familia; Fiscal Alejandro Peralta Ottonello; Luciana Lipka, Psicóloga de la Unidad Judicial; Noemí Oliverio, del Área de Violencia Familiar de la Municipalidad y Cristina Anachuri, integrante de Mumala (Mujeres por la Matria Latinoamericana), manifestaron preocupación por el aumento de denuncias, la falta de políticas de estado en educación y prevención y la demora de la Justicia y la Policía en atender los casos.

“Las estadísticas revelan que cada 30 horas muere una mujer en Argentina y sólo vinculado a violencia de género. Un 36 por ciento son ex parejas, un 15 por ciento cónyuges, un 15 por ciento concubino, un tres por ciento hermanos y un dos por ciento novios, en todos estos casos media una relación afectiva”, según indicó Peralta Ottonello, y afirmó que en Alta Gracia en el 2010, hubo 720 denuncias por violencia familiar y en el 2013, 1100. “Hay un incremento de denuncias, la gente se anima más a denunciar y pedir más protección y que se garanticen sus derechos”, expresó.

DENUNCIAR EL MALTRATO

“Las denuncias se canalizan a través de la unidad judicial o en dependencias policiales con la intervención de fiscalía, haya o no delito. Nosotros siempre intervenimos y a su vez comunicamos al Juzgado de Familia o Juzgado Civil con competencia familiar para tratar el caso”, explicó el fiscal. Además agregó que la violencia se da en absolutamente todas las clases sociales. No discrimina edad, religión, ciudadanía”.

Por otra parte Luciana Lipka manifestó que su tarea es prestar colaboración a la Unidad Judicial, brindando “ayuda y contención en crisis con o sin denuncia”. También coincidió en que la violencia “está presente en todas las clases sociales, en todos los barrios”.

Noemí Oliverio indicó que “no necesariamente hay que arrancar por la denuncia, sino que es importante notar con mucha anticipación situaciones raras que puedan desprender violencia y consultar. Así podremos intervenir y trabajar con la familia para conocer la situación y actuar como corresponde, aunque es necesaria la denuncia a pesar de que es un paso muy doloroso”. Oliverio coincidió en que, si bien “las denuncias han aumentado, significa también que la problemática se visibiliza y la gente se anima a hablar cada vez más”.

En ese sentido, Cristina Anachuri de Mumala, acuerda con Oliverio, pero destaca que el tema radica en “cómo están trabajando esos organismos que toman la denuncia, porque falta aceitar muchos engranajes en el ?pasilleo?, donde te mandan para un lado, para el otro”. “Estas cosas no tienen que suceder porque la mujer se cansa y se vuelve a su casa, sea por el tema que sea”, agregó.

En tanto la abogada Della Nina, plantea que “antes de los pasos legales, es importante que la mujer hable con su círculo familiar íntimo para reforzarse internamente para poder después llevar adelante lo legal. Es una decisión muy difícil y no saben lo que sigue después”.

También aclaró que “muchas veces no le toman la denuncia, o la toman y no dan respuestas urgentes”. “La Justicia llega tarde también y se conocen las consecuencias irremediables”, continuó. “Una vez que haya decidido ir a la Policía es preciso ir acompañada y mantenerse acompañada siempre, nunca sola”, finalizó.

ORDEN DE RESTRICCIÓN

Es una orden de la corte que protege de maltrato físico, emocional o económico. También puede proteger de ser acechado o acosado.

Se pueden obtener cuatro tipos de órdenes:
* Orden de restricción de violencia en el hogar.
* Orden de restricción de acoso civil.
* Orden de restricción de maltrato de ancianos o adultos dependientes.
* Orden de restricción de violencia en el trabajo.

Puede pedir una orden de restricción de violencia en el hogar si una persona la ha maltratado y:
*Tiene una relación cercana con esa persona (casado o pareja, divorciado, separado, novios o fueron novios, viven juntos o vivieron juntos), o si tiene un parentesco (padre, hijo, hermano, hermana, abuela, abuelo, suegra/o, cuñada/o, yerno, nuera) o tiene un hijo con dicha persona.
*Tiene que tener una relación más allá de ser compañeros de cuarto.

Lipka plantea que “la medida de restricción en muchos casos no se respeta. Hasta con asentimiento de las dos partes. Y eso es difícil de controlar, tiene que ver con una cuestión muy personal de naturalizarlo, de decir ya pasó y pretender levantar la medida”.

Mientras tanto el fiscal expresó: “Las medidas se disponen pero la supervisión no es fácil de realizar. El Tribunal Superior de Justicia dispuso en un precedente, justamente de la fiscalía de Alta Gracia, que en el caso de las personas que violen las restricciones dispuestas por el Juzgado de Violencia Familiar, constituyen hechos delictivos nuevos que desobedecen una orden judicial y nos da la posibilidad de dictar prisiones preventivas”.

Por otro lado la abogada, indicó que el Juez dicta la medida y se da por un tiempo determinado. Después del plazo, la mujer puede pedir la actualización para que siga vigente.

Explicó que si tanto la víctima como el victimario no tienen una terapia que los ayude a salir, “la situación se convierte en algo que no tiene fin”. Existe la llamada “etapa luna de miel” que se da cuando después del maltrato se pide perdón. “Entonces cuando decidís salir te piden perdón y al aceptarlo, vuelven a ser golpeadas”, resaltó. 

POSTERIOR A LA DENUNCIA

Desde el Área de Violencia Familiar de la Municipalidad, Oliverio destacó que “a la mujer hay que acompañarla desde todo un proceso de fortalecimiento de escucha, asesoramiento y orientación”. También comentó que hay un gran trabajo de promoción y difusión sobre esta problemática, hablando y visibilizando. “Esto facilita encontrar espacios en la que la mujer donde consulta, no se la juzga, sino que se la escucha y puede hablar con confianza, mientras se evalúan los recursos para salir adelante. Ya que antes se la mandaba a la casa y le decían ?tenes que aguantar porque es tu marido?”, acotó la profesional.

Anachuri sostuvo por su parte que “el trabajo de Mumala ha sido abrir los espacios que hay y articular con las instituciones que están trabajando, poner en contacto a la persona, acompañarla y orientarla, porque la gente empieza a visibilizar situaciones y empieza a solidarizarse. Ya que las situaciones que vive tu vecino es responsabilidad de todos”. Destacó que “lo importante es la inversión en políticas de estado para acompañar a la madre porque si tiene el marido como sustento, queda sola con sus hijos”.

LAS LEYES Y LA EDUCACIÓN

“Las estadísticas crecen y pese a las normas y esfuerzos de la Justicia no se puede poner freno a la violencia. Si nosotros no internalizamos lo que dice la ley, ésta no va a funcionar en la realidad social. Por lo tanto se sigue cometiendo abusos, que también tienen que ver con una cuestión cultural. El machismo viene de hace muchos años y es difícil de evitar si no educamos. Educar desde el jardín, primario, secundario para que la gente establezca vínculos más sanos”, indicó la abogada.

Asimismo, agregó que “cuando algo se judicializa es porque no lo hemos podido resolver de una manera pacífica dentro de la familia, y que poder detectar a tiempo situaciones es fundamental porque después hay que sacar leyes cuando las consecuencias son irremediables”.

En tanto, el fiscal remarcó que “antes no se percibían los casos de violencia en noviazgos con agresiones verbales, pero hoy sí. Existe un dominio sobre todo de varón a mujer en edad temprana, desde los 15 años, que ejercen un intento de dominación, en revisión de celulares, celos, salidas a fiestas y vestimenta. Entonces es necesario comenzar allí con el trabajo para erradicar y no llegar a hechos violentos”.

Mientras que la psicóloga expresó que “si bien hay más conciencia social”, no hay una conciencia personal de que la violencia no es natural, y que “es más fácil decir que me robaron el celular antes que mi marido me pegó”.

MEDIOS QUE NO AYUDAN

La búsqueda de Melina Romero en Buenos Aires y de Paola Acosta junto a su hija Martina, en Córdoba, terminó con dos finales trágicos. Luego de cuatro días y vista por última vez antes que bajara a atender al padre de la nena para recibir la primer cuota alimentaria, el cuerpo de Paola de 36 años fue encontrado en una alcantarilla de calles Zípoli e Igualdad, en el barrio Villa Urquiza, Córdoba. Junto a su hija de un año y nueve meses, quien pasó cerca de 80 horas a la intemperie y fue hospitalizada por el principio de hipotermia que presentaba. Mientras que Melina, de 17 años, fue encontrada sin vida dentro de una bolsa de consorcio en el Río Reconquista, tras estar desaparecida un mes.

En tanto, medios masivos como Clarín, se encargan de justificar la desaparición de mujeres difundiendo datos que describen “cómo se vestía Melina”, “cuántos aros usaba”, “a qué boliches asistía”, “indicando que dejó la secundaria para dedicarse a las fiestas” y otras tantas más.Y en este sentido, Oliverio resaltó que “los medios tienen mucho que ver en el tratamiento del tema. Estamos inundados por muchos titulares y ves de todo. Los medios son los que menos toman el tema seriamente. Hay que desmitificar lo que plantean, como por ejemplo el culpabilizar a la víctima con el "algo habrá hecho" o "por algo será”.

Anachuri indicó que los medios masivos tratan “muy por arriba” el tema. “Pasa una situación, nos enteramos de distintas maneras, según ideología y salimos todos y nos quedamos ahí. No volvemos a la situación, para saber cómo sigue”, analizó.
La abogada Della Nina, considera por su parte que los medios dan mensajes ambiguos. “Por un lado hay avances: antes se hablaba de crimen pasional y hoy de violencia de género. Pero por el otro en la televisión la mujer se expone como objeto de deseo. Muchas situaciones en las que deja de ser persona. Entonces se da un doble mensaje que confunde a la sociedad”, concluyó. 

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